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La violencia de género me persigue

«Tengo la mala suerte de que la violencia de género y los fascistas me rodean. Por ese motivo escribo esta carta de socorro».

Marcha del 8-M en Madrid (2017). Foto: Álvaro Minguito.

La violencia de género no existe. De igual manera que no existen fascistas y franquistas en el Ejército ni en los cuerpos y fuerzas de seguridad en España.

Tengo la mala suerte de que la violencia de género y los fascistas me rodean. Por ese motivo escribo esta carta de socorro:

Por favor, ayudadme, me han hecho vudú o me han puesto velas negras y no recuerdo que se me haya derramado la sal mientras comía, pero cuando tenía 15 años mi vecino degolló a su mujer.

Soy peligroso, la violencia de género me persigue.

Por favor, ayudadme, he sacado la basura y se me han cruzado tres gatos negros y no recuerdo que me haya vestido de amarillo en las últimas semanas, pero he visto a policías que se han infiltrado en manifestaciones y han causado ellos los disturbios. Esto no pasa en ningún sitio del mundo, solo cuando estoy yo.

Tengo muy mala suerte, es mejor que me manifieste solo.

Por favor, ayudadme, me he despertado con el pie izquierdo y no recuerdo haber pasado por debajo de ninguna escalera, pero todas mis novias han sufrido abusos y agresiones sexuales por parte de hombres que son desconocidos o familiares.

La violencia de género me acosa, no se quiere separar de mí.

Mi vecino es policía y vota a VOX. Mi vecino es pobre y vota a VOX. Ambos, hombres con el mismo discurso contra los inmigrantes, y, cuando era menor, vi como los hermanos de mis amigos pegaron palizas a dos negros, por ser negros. Algo muy raro en una ciudad, moderna y nada retrograda donde no hay neonazis.

Es más, de adolescente he tocado en grupos de música donde mis compañeros proclamaban ser neonazis. De la misma forma que lo manifestaban y se enorgullecían. Ahora los tengo en Facebook, dos son homosexuales y ahora dicen ser de izquierdas.

He pasado por muchos grupos de música y debo tener mucha mala suerte para conocer a tanto motero guitarrista y fascista.

Hoy me he hecho un bocadillo y he debido poner el pan al revés y he investigado a porteros de discotecas y salas alternativas, verdaderos aliados del feminismo… vendiendo burundanga. Y, yo, me he entrevistado con las víctimas. Qué mala suerte porque estas cosas no existen, como los datos falsos de violencia de género que presentó la fiscalía general.

¡Joder! Es que ya no puedo ni masturbarme tranquilo. Todas las páginas webs de pornografía online están llenas de violaciones y agresiones a mujeres.

¿Qué habré hecho para tener tan mala suerte? Serán los cuadros torcidos de mi casa.

Es que hasta ahí. Por los dioses griegos y romanos… En la misma casa donde vivo. ¿Sabéis qué? Antes que yo vivían una pareja y la mujer era víctima de malos tratos…

Tengo muy mala fortuna con mis compañeros de viaje cuando íbamos a manifestarnos, porque después de luchar por los derechos humanos y un mundo mejor siempre escuchaba al final del día: “Nos vamos de putas”.

Ahora, atento a lo que te digo lentamente: A N T I F A S C I S T A y ser un machista no es posible. Ser de izquierdas y consumir prostitución es engañarte a ti mismo.

Ayer, después de ducharme me resbale y rompí un espejo. Deberá ser ese el motivo de todo lo que os he escrito antes y muchas más cosas que no os puedo detallar por aquí.

Eso sí, mi desgracia no tiene límites. En mi familia existen varios casos que han sufrido mis seres más queridos. Es un no parar.

Y esta suerte no debe responder a clases sociales, religiosas y económicas. Está por todas partes. Famosos, ricos, pobres, inteligentes, tontos, cristianos y musulmanes.

¡DANGEROUS!

No os acerquéis a mí. O, mejor, sí. Soplemos dientes de león, crucemos los dedos, regaladme tréboles de cuatro hojas, tirad monedas a fuentes y pozos, toquemos madera y pisemos toda la mierda de perro que haya en la calle para que este 2021 los hombres empecemos a ser más igualitarios, dejemos de cosificar sexualmente a las mujeres, y, en definitiva, dejar de ser machistas y seamos más humanos.

Por eso, amigos, compañeros, hombres, que, aunque aún no os conozca, me doy la libertad de dirigirme a ustedes: deberíais reflexionar en qué situación te encuentras en este escenario, sobre todo, si tienes mejor suerte que yo.

Un saludo de vuestro amigo y vecino de Triana.

Este texto se publicó originalmente aquí.

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Comentarios
  1. ¿ Y si te digo que en mi juventud los fines de semana del verano hacía autostop para ir a la costa desde la gran ciudad o viceversa y nunca tuve un percance?. Personas de mi edad tienen la misma experiencia.
    Y que podías razonar con los varones sobre el egoísmo sentimental, el instinto posesivo y por lo general sabían razonar.
    Te hablo de la década llamada hippy en la que la juventud filosofaba, si señor, sabía pensar y se le daba más importancia a intercambiar conocimientos que a acumular bienes que es lo que prima ahora.
    ¿Se ha retrocedido o no?. Sin duda que se ha retrocedido y en todos los aspectos.
    Es la dictadura del capital con sus vacíos contenidos, su machacona publicidad consumista, sus «valores»: dinero, poder, dominio, competitividad, que nos ha atrofiado, que nos conduce involutivamente y lo peor es que la gente no se entera.

  2. Me gusta mucho tu artículo. A veces la ironia explica bien según que asuntos. Ojalá muchos hombres se implicaran más en la lucha contra la violencia machista. La mayoría ni siquiera consideran la prostitución como violencia contra las mujeres, o la pornografía…
    Gracias por ser de esa minoría de varones que tienen conciencia feminista.

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