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Liberalismo o cinismo

“Toda la derecha, esté más o menos cercana a VOX, defiende un sistema económico en el que la verdadera libertad sólo la tiene el capital”.

Santiago Abascal, en un mitin en Toledo. SERGIO PÉREZ

No sé si el Libro Guinness de los récords incluirá un apartado para reconocer el récord de cinismo. Desde luego, si lo hubiera, la derecha española sería uno de los más firmes candidatos al título. Se lo tienen muy bien ganado, sobre todo ahora, con sus continuas y cínicas apelaciones a la libertad.

Reclaman libertad los continuadores del franquismo. Según Santiago Abascal, este gobierno socialcomunista “es el peor de los últimos 80 años”. En los últimos 80 años hemos tenido 36 de dictadura franquista. ¿Considera Abascal que entonces había más libertad que ahora? Recuerdo que en aquel tiempo se decía: “Sí, aquí hay libertad, puedes ser del Madrid o del Atlético”. De otras libertades, bastante menos. Por ejemplo, libertad sindical, ni verla. Yo acabé en la cárcel de Carabanchel por participar en una reunión de CC. OO., por aquel entonces un sindicato clandestino, como todos los otros que trataban de formarse a pesar de la represión. ¿Y libertad de prensa? Pues para hacer una crítica del gobierno había que salir por la noche a tirar octavillas, y con mucho cuidado para que no te pillara la policía. Sería de chiste, si no fuera un tema tan serio, que la derecha franquista ande protestando por la falta de libertad que hay bajo este gobierno.

VOX está en la línea de los otros partidos de la extrema derecha europea, que, si logran llegar al poder, no es precisamente la libertad lo que sale mejor parado. En Polonia, el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha expresado su preocupación respecto al estado de los derechos humanos en este país gobernado por la extrema derecha. Sobre la Hungría de Orban, Amnistía Internacional señala que el gobierno aumentó su control sobre el poder judicial; mantiene en vigor una legislación restrictiva contra las ONG, que ejerce un efecto paralizante en la sociedad civil. El acceso al país continúa gravemente restringido para las personas refugiadas y solicitantes de asilo. Y el colectivo LGBT+ está severamente discriminado.

Pero no se trata sólo del clamoroso cinismo de VOX y de esa derecha que se ve representada por los militares golpistas, que si no dan un golpe de estado es porque no pueden, no por falta de ganas. Es que toda la derecha, esté más o menos cercana a VOX, defiende un sistema económico en el que la verdadera libertad sólo la tiene el capital. Hoy todos los gobiernos tienen que moverse bajo la amenaza de un boicot de los mercados.

Las protestas de la derecha contra la ley de enseñanza -la llamada ‘Ley Celaá’- “porque no respeta  la libertad de las familias para elegir le educación para sus hijos” son una muestra de ese cinismo: ¿qué libertad tienen los millones de trabajadores precarios, los parados, las familias vulnerables para elegir la educación de sus hijos? Y los movimientos alternativos, las corrientes de pensamiento críticas con el sistema capitalista ¿Qué posibilidades tienen de llegar a la gran masa de la sociedad, sobresaturada por la avalancha de información de los medios del sistema?

Un trabajador normal y corriente tiene que tener mucho cuidado si pide una hipoteca para comprarse un piso, porque si luego no pude pagarla lo ponen en la calle sin más contemplaciones. Los grandes bancos, los grupos financieros que mueven miles de millones, no tienen que tener ese cuidado, buscando el mayor beneficio tienen libertad hacer las operaciones más arriesgadas. Si salen mal, ya vendrá el Estado a rescatarlas, porque “son demasiado grandes para caer”.

Hasta el último trabajador de Amazon paga religiosamente sus impuestos en España. ¿Y la empresa? Se trata de un grupo estadounidense que, en uso de su libertad, actúa por medio de cinco compañías y una sucursal, que dependen de la sociedad Amazon EU, con sede en Luxemburgo –paraíso fiscal–. El grueso del negocio corresponde a la sucursal, pero sus balances se confeccionan en Amazon EU, que incluye otras sucursales europeas como las de Alemania, Italia, Reino Unido y Francia. Por tanto, conocer al detalle las cifras de España se convierte en misión imposible.

El caso de Amazon no es único ni mucho menos. Prácticamente todas las grandes empresas son libres para tener sucursales en paraísos fiscales, lo que les permite evadir una gran parte de sus impuestos, mientras que los españolitos y españolitas de a pie tenemos que pagar hasta el último céntimo de los nuestros.

Parece que esto es una verdad incuestionable, pero la verdad nunca la ha importado demasiado a la derecha –y  más después de Trump–, así es que Casado, Ayuso, Abascal y sus corifeos siguen clamando contra este gobierno socialcomunista “que nos quita la libertad”.

Hombre, un poco menos de libertad para sus corrupciones sí tienen. Eso es verdad.

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