Política
El ‘VOX policial’ y la radicalización de los Cuerpos de Seguridad del Estado
Desde el SUP y la AUGC miran de reojo a Jusapol, sindicato mayoritario en el Consejo de la Policía, también conocido como el "VOX policial"
“Actuar, en el cumplimiento de sus funciones, con absoluta neutralidad política e imparcialidad”. Es lo que impone el artículo 5.1.b de la Ley Orgánica, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FFCCSE). Sin embargo, algunas actuaciones recientes han sembrado dudas sobre su obediencia y, en consecuencia, inducen a sospechar sobre una radicalización de sus agentes.
Esa sospecha existe, incluso, dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), miran de reojo a Justicia Salarial Policial (Jusapol), cuando se les cuestiona acerca de ese extremismo. Jusapol (Jupol en la Policía Nacional y Jucil en la Guardia Civil) nació en julio de 2017 como una asociación “apolítica y asindical, que reivindica la equiparación salarial con las policías autonómicas”, tal y como se explica en un vídeo de su perfil de Facebook. Se les ha llamado el “sindicato de VOX” o el “VOX policial”. “Por algo será”, dice Pedro Carmona, portavoz de la AUGC.
La participación en sus concentraciones de algunos de los rostros más visibles de la extrema derecha en España no ayuda a eliminar esta correlación. Fue VOX, por añadidura, el partido que presentó en el Congreso una proposición de ley que se inspiraba en la Iniciativa Legislativa Popular promovida por Jusapol sobre la equiparación salarial. Se rechazó con los votos en contra de PSOE, Unidas Podemos y los partidos que apoyaron la formación de Gobierno. Pero, ¿son verdaderamente representativos de lo que hay en los diferentes cuerpos? A tenor de los resultados de las últimas elecciones al Consejo de la Policía, celebradas en junio de 2019, está claro que sí: obtuvieron el 58,4% de los votos (ocho de los 14 representantes). Sin mencionar a Jusapol, fuentes del SUP reconocen que sí hay una radicalización en el seno de las FFCCSE: “La Policía siempre ha sido conservadora, pero hay un sector que ha dado un salto más en cuanto a la manera de pensar. Un salto hacia la extrema derecha”.
Aseguran que Jupol son “populismo puro y duro” y que, “como en la política, algún día los compañeros se darán cuenta y las cosas volverán a su cauce”. Defienden que cada uno pueda tener su ideología: “Pero hay que saber aparcarla cuando te pones el uniforme”.
El portavoz de la AUGC no cree que haya habido una radicalización dentro de la Guardia Civil ni que exista una ideología predominante: “Estamos molestos internamente, porque se nos tacha de ser afines a cierto partido político. Con el tema de VOX, se piensa que hay sectores muy radicalizados o politizados, pero nosotros trabajamos con normalidad, ajenos a la bomba explosiva, a los medios de comunicación y al debate político, con total independencia e imparcialidad”. Recuerda Carmona que ellos llevan muchos años reclamando la equiparación salarial desde una organización cuyos fundadores, como se apunta en la web de la AUGC, “dieron con sus huesos en cárceles militares y fueron expulsados del Cuerpo”.
Sobre Jusapol, explica lo siguiente: “En un principio, todo fue idílico y bonito: todos unidos, una plataforma sin siglas. En la primera manifestación no pasó nada, pero luego ya empezaron a decirnos que no podíamos ir con insignias de nuestra asociación, que eso era de Jusapol”.
“Agresividad”. Eso es lo que asegura Carmona que le llega de Jusapol. “En redes sociales –tras la creación de la Jucil– sufrimos un ataque bestial, insultos… Nos decían que estábamos en el ala de los generales”. Es una plataforma, comenta el portavoz de la AUGC, que “aprovechó toda la inercia de lo de Catalunya. Las imágenes causaron un apoyo social brutal. La Guardia Civil o la Policía Nacional abrían la boca y se les daba lo que hiciera falta”.
Juan Antonio Delgado es diputado de Podemos y guardia civil. Estima que ambos cuerpos son un reflejo de la sociedad y que no hay más gente de extrema derecha que en otros sectores. Cuando salen a la luz vídeos como el del exlegionario disparando a fotografías de políticos en una galería de tiro (desvelado por La Marea tras circular en varios chats de policías nacionales) “es porque lo filtra alguien de dentro, es decir, que también hay gente demócrata y decente que dice ‘esto no me gusta’”. Señala que hay muchas personas que no piensan así, pero que existe cierto miedo: “No tienen esas ideas, pero dicen ‘para qué me voy a complicar la vida, mejor me callo’”.
“No hay radicalización en el Cuerpo”, afirma Pablo Pérez, secretario de comunicación de Jupol. “La gente puede pensar eso porque, tras la unión de policías y guardias civiles que logró Jusapol, los agentes salimos en masa a la calle. Se hicieron cientos de manifestaciones, todas ellas sin incidentes. Eran festivas, no radicales. Salvo lo que sucedió en Barcelona, cuando varios compañeros sufrieron agresiones por parte de los independentistas”, añade.
Sobre su acercamiento a uno u otro color político, Pérez señala: “Es muy curioso, porque cuando nacimos dijeron que éramos un movimiento podemita, luego de Ciudadanos –que es verdad que nos dieron mucho apoyo– y últimamente se nos vincula a VOX”. Asegura que son “apolíticos” y que buscan el apoyo de todos los grupos, aunque reconoce que últimamente miembros de VOX se dejan ver en sus concentraciones. El 3 de marzo, por ejemplo, los dirigentes del partido de ultraderecha Javier Ortega Smith y Macarena Olona estuvieron rodeando el Congreso junto a policías y guardias civiles enmascarados convocados por Jusapol. “Pero antes estuvieron de otros partidos. Nosotros nos reunimos con todos los que nos quieran recibir. Somos un colectivo bastante importante. Somos muchos votos, y los partidos quieren, entre comillas, adueñarse de esos votos”, apunta Pérez.
No parece, sin embargo, que desde las fuerzas del orden todos los partidos sean iguales. El pasado mayo, el Ministerio del Interior abrió expediente a una decena de miembros de Jusapol por protestar –el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer– frente a la casa de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias. También fue sancionado con 20 días Alejandro León (Jandro Lion en redes sociales: tiene casi 50.000 suscriptores en su canal de YouTube), policía y miembro de Jusapol, después de que en un vídeo, y tras el regalo de una navaja, dijera: “La cantidad de gente que voy a asesinar yo con esto, que se preparen los menas”. La navaja llevaba una inscripción, que él mismo leyó: “Para Alejandro León, el mejor youtuber jusapolero, con cariño de Jusapol Ciudad Real”. Es habitual que, desde su cuenta de Twitter, @Jandrolion apoye públicamente a VOX. En las últimas elecciones vascas, por ejemplo, retuiteó un tuit de la formación de extrema derecha que decía: “Ya hemos entrado”.
Formación en valores
En España, según diversas fuentes consultadas, el sueldo de un policía nacional de la escala básica oscila entre los 1.500 y los 1.900 euros netos mensuales. En el caso de la Guardia Civil, la horquilla está entre los 1.450 y los 1.550 euros. Por hacer una comparación con el funcionariado: los médicos y médicas (en su escalón más bajo) rondan los 2.425 euros mensuales y el profesorado de Educación Primaria van de los 1.800 a los 2.400.
Lo que se exige para presentarse a las oposiciones es tener la nacionalidad española; haber cumplido los 18 años y no exceder de la edad máxima de jubilación (el Tribunal Supremo –en dos sentencias de 2011– eliminó el límite de 30 años para ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía); no haber sido condenado por delito doloso, ni separado del servicio del Estado, de la Administración Autonómica, Local o Institucional, ni hallarse inhabilitado para el ejercicio de funciones públicas; no hallarse incluido en ninguna de las causas de exclusión física o psíquica que impidan o menoscaben la capacidad funcional u operativa necesaria para el desempeño de las tareas propias de la Policía Nacional; compromiso de portar armas y, en su caso, llegar a utilizarlas, que se prestará a través de declaración del solicitante, y tener una estatura mínima de 1,65 metros los hombres y 1,60 las mujeres.
En la Policía Nacional, solo alrededor de un 12 % son mujeres, porcentaje que desciende al 8% en el caso de la Guardia Civil. De hecho, en la convocatoria para ingresar en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro se ha reservado el 30% de las plazas para mujeres. Habrá que esperar a próximas convocatorias para comprobar si se convierte en tónica habitual.
El programa de las oposiciones a Policía Nacional consta de 41 temas. Entre ellos, está el estudio de textos genéricos como la Constitución Española o la Declaración Universal de Derechos Humanos y hay dos dedicados a Actitudes y valores sociales y Principios éticos de la sociedad actual.
En el de la Guardia Civil también aparecen los dos primeros, pero no hay mención a esos valores sociales o elementos de cultura democrática. “No creo que sea necesario”, explica Carmona. “Lo que sí decimos es que la teoría que se nos enseña es una formación militar, que poco tiene que ver con el servicio ordinario que realizamos. Deberíamos desarrollar un trabajo más técnico-policial. No sirve de nada que en la academia nos enseñen a desfilar”, prosigue. El temario para los guardias civiles cambió en junio de 2019, incluyendo 12 temas nuevos, entre ellos, Igualdad, Extranjería e Inmigración, Geografía e Historia o Literatura. Se sigue sin hablar de violencia de género. Algo que sí sucede en el de la Policía Nacional.
Los ejercicios de selección para acceder a la Policía constan de una primera prueba de aptitud física, otra de conocimientos y ortografía y una tercera formada por un reconocimiento médico, entrevista personal y test psicotécnico. Por último, hay un ejercicio voluntario de idioma. En el caso de la Guardia Civil, se realiza una prueba de conocimientos teóricos o teórico-prácticos, dentro de la cual se evalúan los conocimientos generales, el manejo de la lengua inglesa y la ortografía (en la última convocatoria, el 43% de los aspirantes suspendieron por esta prueba). También hay una prueba psicotécnica, pruebas físicas, reconocimiento médico y entrevista personal.
Desde el SUP aseguran que echan en falta más formación en valores: “Llevamos años denunciando que hay que dar un giro, que la sociedad ha cambiado, y los compañeros de los que te hablaba son el reflejo de la sociedad”. Son excesivas, sostienen, “las horas que se dedican a hablar de sanciones o de por qué tienes que detener a un ciudadano: si ha cometido un robo, será un juez el que le va a imponer tres años de cárcel. ¿Para qué tanta normativa sobre algo que no vamos a aplicar nosotros?”. La formación, afirman, “está obsoleta”. “Es necesario estudiar valores que antes los jóvenes tenían instaurados: hace años entrabas en el metro y todo el mundo sabía que había que levantarse para dejar el asiento a una persona mayor. Ahora, poco menos que te empujan para sentarse ellos”.
No existe un mecanismo de control de posibles radicalizaciones una vez que ya se está dentro del Cuerpo, asegura el portavoz de la AUGC. “Eso ya es un tema de asuntos internos, si se tiene conocimiento de que un guardia civil ha cometido una ilegalidad, los jefes hacen una nota reservada y se abre un procedimiento disciplinario”. A los guardias civiles se les aplica el régimen disciplinario y el Código Penal Militar. Desde la AUGC llevan tiempo reclamando la derogación del apartado 5 del artículo 1 del Código, para que este no se les aplique mientras realizan funciones policiales.
Este artículo pertenece al dossier de #LaMarea79: ‘Los anticuerpos del orden’. Puedes conseguir la revista aquí.
El que haya elementos de extrema derecha en los Cuerpos de Seguridad de Estado no es ninguna Novedad:siempre los ha habido,aquí y en todos los los países,sobre todo europeos,len el caso Español es más curioso aún por qué aparte de fachas impotentes le hacen el juego a los ricos(Banca,aristócratas,ricos,)
Me parece un poco lamentable que se compare el sueldo de un médico (carrera universitaria) y un maestro (carrera universitaria) varios años de estudio con el de un policía o GC, que con unos estudios básicos pueden entrar en el cuerpo, hasta el extremo que en algún examen tuvieron que bajar el nivel porque no aprobaron por las faltas de ortografía.
No confundas el esfuerzo de los primeros con el de los segundos.
Toda organización de trabajadores que surge como «apolítica» y «asindical» en España es de tendencia ultraderechista por defecto (No son realmente apolíticos: rechazan los partidos políticos democráticos, ni son asindicales: rechazan sólo los sindicatos de clase) si «en junio de 2019, (…)obtuvieron el 58,4% de los votos (ocho de los 14 representantes)» se puede afirmar sin posibilidad de error que la mayoría absoluta del cuerpo es ultraderechista, e incumple la Ley (Orgánica, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FFCCSE), y Gobierno y poder judicial permiten sin inmutarse que incumplan la ley precisamente quienes tiene que velar por su cumplimiento.
¿Neutralidad política e imparcialidad en una empresa pública? Cortaos un poco con los chistes de mal gusto, por favor.
LA CUERPOS DE SEGURIDAD DEL REINO SIEMPRE HAN SIDO, SALVO HONROSAS EXCEPCIONES QUE TAMBIEN LAS HAY, MAS QUE CONSERVADORES YA QUE LO QUE CONSERVAN, COMO EL PODER JUDICIAL, EL ECONOMICO, ECT. ECT., ES LA IDEOLOGIA DICTATORIAL DE AQUELLOS AÑOS DE «EXTRAORDINARIA PLACIDEZ».
La guardia civil, obedeciendo las órdenes del gobierno PP en 2012, apalea y pisotea la diginidad de Artieda.
https://www.youtube.com/watch?v=VcsrsEBHv9M
No entiendo que saber inglés puntúe, que me parece bien, y saber una de las lenguas cooficiales no lo haga.
Mientras la traidora y ruin ultraderecha española insertada hasta la médula en los cuerpos militares y policiales del Estado ( y por supuesto en el resto de instituciones del Estado) ; tiene sueños húmedos con volver a fusilar a la mitad de la población española.
«GRACIAS P$(-)€……..» pues sin vuestra indispensable colaboración y connivencia con el más puro franquismo ;todo este desastre que sigue siendo España no hubiera sido posible.