Sociedad
Un juez aclara que los migrantes del muelle de Arguineguín pueden salir si lo piden a un policía
El auto sostiene que los migrantes permanecen allí en libertad y que nadie puede impedir su salida después de que les entreguen la orden de devolución. Es decir, que si no se van es porque no quieren o porque no lo piden.
Un juzgado ha desestimado el habeas corpus solicitado para Yassine, uno de los 800 migrantes hacinados en el denominado “campamento de la vergüenza” en Arguineguín, Gran Canaria. En el auto judicial, el magistrado especifica que el jefe de la Brigada de Extranjería declaró que el hombre estaba en libertad, puesto que a la vez que se comunica el acuerdo de devolución se le traslada su puesta en libertad del muelle. Pero Yassine asegura que nadie le había informado de ello. ¿Por qué seguir hacinados? ¿Cuál es el origen de la historia?
Tarik y Yassine
La semana pasada se hacía pública la historia de Tareq y Sarah, que se trasladaron hasta el muelle de Arguineguín con el objetivo de encontrar a sus familiares. Pero no es la única.
Tarik vive en Dinamarca desde hace unos años, tiene nacionalidad italiana y es natural de Fez, Marruecos. Tiene una vida normal, tranquila, y trabaja como repartidor de paquetes de Amazon. Su odisea comenzó tras recibir una llamada desde Fez. Un amigo le comunicó que su hermano mayor, Yassine, habría partido desde esta ciudad hasta Dajla –pagando las respectivas comisiones a la policía marroquí durante su tránsito– para subirse a una patera dirección a Canarias. Esa fue la última noticia que tuvo sobre el paradero de su hermano.
Tarik aterrizó el pasado sábado en Gran Canaria sin saber si Yassine se encontraba en esta isla, ni si estaba vivo. Al llegar al muelle de Arguineguín, Tarik explica que se dirigió a la policía para preguntar por su hermano, pero no obtuvo respuesta. Sin saber a quién ni adónde acudir, un voluntario de Cruz Roja, que había sido testigo de la desesperación de Tarik al no encontrar a su familiar, le pidió que le mostrase una foto para intentar buscarlo. Cuatro horas después, Tarik recibía la buena noticia: el voluntario de Cruz Roja había dado con su hermano, que llevaba en el muelle desde el pasado 17 de noviembre.
Según cuenta Tarik, sabiendo que su hermano estaba en el muelle, se puso en contacto con un abogado para dirigirse a los juzgados de San Bartolomé de Tirajana y pedir un hábeas corpus. Quería denunciar que Yassine estaba detenido ilegalmente al haberse sobrepasado las 72 horas en el muelle.
El domingo 22, tras interponer la denuncia, Yassine –que aún se encontraba en el muelle– fue llevado a declarar ante el juez sobre su supuesta detención ilegal. Allí explicó que nadie le había dicho que estuviese libre y que, por tanto, podía abandonar el muelle cuando quisiese: «Si hubiese sabido que podía salir, me hubiese buscado un sitio para poder bañarme y cambiarme de ropa», aseguró. Según sus declaraciones, entendía que no se podían mover porque “si lo hacían, les golpeaban”. Además, añadió que pidió a la Cruz Roja hacer una llamada a algún familiar para avisar de que estaba en el muelle y que estaba bien, pero se lo negaron.
Sobre las condiciones en el muelle, Yassine explica que lleva una semana durmiendo en el suelo, con solo una manta, sin poder ducharse y asegura que “la primera comida del día llega a las 15:00h”. “Pasé hambre y sed”, continúa. Yassine, a diferencia de otros migrantes que han pasado por el muelle, sí pudo hablar con un abogado de oficio. No obstante, la entrevista con el letrado no fue personal, ya que “los abogados hablaban con grupos de cinco personas a la vez” y asegura que en el momento de explicarle sus derechos no entendió toda la información que le dieron. El migrante aclaró, además, que desde su llegada al muelle no había podido contactar con su familia y afirma que se enteró por una persona de la Cruz Roja que su hermano había venido a buscarlo desde Dinamarca.
Sin embargo, las declaraciones de los policías encargados en el muelle –el jefe coordinador de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y el jefe de la Brigada de Extranjería– contradicen a las de Yassine. Según el responsable de la UIP, “al chico se le dijo que se encontraba en libertad cuando se le notifica la orden de devolución”.
Según los responsables policiales, en el momento en el que se entrega el acuerdo de devolución, “las personas son informadas de que pueden salir libremente del lugar”. Yassine declaró lo contrario: “Yo no conozco a nadie que haya salido de forma libre”. Por último, el responsable de la UIP declaró que Tarik no había ido al muelle a buscar a su hermano porque “no constaba en ningún registro”. Desde la Brigada de Extranjería reconocen que en el muelle “no hay una oficina donde los familiares puedan ir”.
Efectivamente, no existe ningún registro para familiares en el muelle. Lo habitual es que la Policía, salvo alguna excepción, los expulse de la entrada y no escuche ni tome nota de sus desesperados ruegos.
Yassine estaba en libertad, según el juez
En la mañana del lunes, el juzgado de Instrucción número 1 desestimó el habeas corpus solicitado para Yassine. En el auto judicial, el magistrado especifica que el jefe de la Brigada de Extranjería declaró que el hombre estaba en libertad. Según el auto: “Se le notificó el acuerdo de devolución debidamente firmado por letrado, intérprete e interesado”. Sin embargo, en la copia entregada a Yassine no figura ninguna firma, ni del traductor, ni del abogado. Tampoco el nombre de este ni su número de colegiado. Esto hace casi imposible que pueda localizar a su abogado.
Según el auto: “No es ilógico pensar que el sujeto prefiera quedarse en un campamento a la espera de ser derivado a un recurso asistencial a vagar por la calle, pero en cualquier caso no consta que hubiera pedido salir o hubiera intentado salir y se le prohibiera”.
En cuanto a la llamada que Yassine pidió hacer a Cruz Roja, el magistrado consideró que el migrante debería habérselo comunicado a la Policía y no a entidad no gubernamental, por lo que este derecho no se presenta como vulnerado. Por último, el juez concluyó que “no parece que la detención se produzca en el campamento por sadismo administrativo y policial, sino que se trata del manejo de unos recursos finitos en una situación de llegada masiva de migrantes en un contexto sanitario de pandemia”. El magistrado añadió que “es cierto que el sujeto quedó en una especie de campamento con un único acceso vallado, pero lo fue por motivos sanitarios y asistenciales, lo que no implica detención”.
Añade el auto que “el sujeto parece que podía salir de forma libre del campamento. Un indicio muy relevante de que el sujeto no estaba detenido es que hoy ha acudido a dependencias judiciales en libertad, sin custodia de ningún tipo y se ha marchado con su hermano”.
Este periodista presenció la llegada de Yassine al Juzgado en un coche de la Policía Nacional, con custodia policial, que se fue tras dejarlo en el interior del mismo. En los pasados días, se han superado las 2.600 personas en el muelle.