Economía

¿’Crowdfunding’ para salvar el periodismo?

Numerosos medios de comunicación comienzan a cooptar el relato de los crowdfunding para aumentar su comunidad de suscripciones

Campaña de Goteo Euskadi. COLABORABORA / Licencia CC BY-SA 2.0

Un 48% de la población española considera que es necesario preguntar a la ciudadanía si prefiere un modelo de Estado u otro. En este hipotético referéndum ganaría la opción republicana con un 41% de los votos. Es posible que ya conozca estos datos. Son los que ha arrojado la consulta impulsada por la Plataforma de Medios Independientes*, entre ellos La Marea, realizada por el instituto demoscópico 40dB.

La #EncuestaMonarquía ha sido posible gracias a una campaña de micromecenazgo en la que 1.965 personas han aportado un total de 32.000 euros. El trabajo que nunca han hecho el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) o los grandes grupos de comunicación lo han llevado a cabo 16 medios –en su mayoría con presupuestos modestos y acostumbrados a realizar campañas de crowdfunding para poder poner en marcha proyectos que, de otra manera, nunca habrían salido adelante–.

Según Miguel Carvajal, profesor de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández (Elche), el micromecenazgo ha supuesto un refuerzo para los medios de comunicación, “un apoyo más anímico que económico, porque no sirve para mantener un medio a largo plazo”. Este tipo de campañas son usadas sobre todo para poner en pie ideas concretas, con un principio y un final marcados, o para dar un impulso inicial a algunos de ellos, añade.

En el ámbito periodístico, la gran campaña de microfinanciación en España fue la de El Español, el diario impulsado en 2015 por Pedro J. Ramírez, que obtuvo tres millones de euros. Sin embargo, el plan de captación de fondos de El Español tenía unas características concretas que dan lugar a una discusión sobre si es posible considerarlo o no un crowdfunding. Aunque, como sostiene Miguel Carvajal, supone un importante ejemplo de “gran apoyo de la sociedad a una iniciativa mediática”. 

En Europa, el caso más conocido por el volumen de los fondos conseguidos es el de The Correspondent, un medio de comunicación holandés que a principios de 2019 obtuvo 2,5 millones de dólares en 30 días gracias a las aportaciones de unas 45.000 personas. Rompía así su propio récord de 2013, cuando logró más de un millón de euros en apenas ocho días de campaña. Se ponía en marcha un gran medio que no dependía de los ingresos por publicidad. A día de hoy, sus 50.000 suscriptores y suscriptoras, de más de 130 países, permiten que el periódico digital siga sin tener publicidad.

Si nos ceñimos a proyectos de financiación colectiva mediante pequeñas aportaciones en España, según los cálculos de Miguel Carvajal, La Marea se sitúa en el top, aunque de una manera mucho más modesta. Entre 2016 y 2018, ha conseguido 190.000 euros para poder sacar adelante trabajos como #yoIBEXtigo (98.000 euros en 2016) o #PorTodas (89.000 euros en 2018).

La experiencia en este ámbito es larga: La Marea nació gracias a un crowdfunding en 2012 donde se consiguieron más de 33.000 euros para comprar la marca de Público tras el cierre de la edición en papel de este periódico. Luego vinieron la edición del libro La Uni en la Calle (10.000 euros en 2013) y de la revista Cercanías, en colaboración con la revista Diagonal (12.000 euros en 2015).

En breve, Climática, el primer medio español especializado en cambio climático, volverá a intentar captar fondos para poder emprender una nueva etapa en la que consolidarse como referente en el periodismo sobre crisis climática y seguir prescindiendo de la publicidad de las empresas que practican el greenwashing.

Para Carvajal, este tipo de crowdfunding también permite “hacer comunidad, hacer que la gente que apoya el proyecto se sienta parte de él, lo sienta como algo suyo. Es una fórmula muy valiosa”, explica. Se trata de trabajos que, generalmente, se encuentran “al margen de la agenda mediática” y que “solo tenían esta forma de salir adelante”, ya que hubiese sido muy complicado haber obtenido financiación por otras vías.

Con ello también coincide Joan B. Cabot, social media manager de Goteo.org, una de las plataformas de microdonaciones más utilizadas en España para proyectos de “impacto social”. Cabot sostiene que, aunque quizás sería posible obtener la financiación a base de suscripciones o donaciones puntuales, “un crowdfunding permite centralizar todo el esfuerzo en una campaña comunicativa potente con un objetivo marcado”. Así, se consigue una alternativa a la venta de publicidad o al dinero público.

Según Cabot, “en los últimos tiempos, con el momento de crisis, estamos teniendo un pico de proyectos de periodismo independiente, sobre todo durante 2020”. Gracias a diferentes campañas en Goteo.org, han salido adelante propuestas de financiación colectiva de medios y organizaciones como Maldita, Cuartopoder, Ctxt, Ballena Blanca o, más recientemente, por Causa y Carro de Combate.

Todas estas cabeceras se han valido de la plataforma para obtener los fondos necesarios para sus proyectos. “Muchas de ellas, por su carácter ideológico, no podrían haber sido objeto de patrocinio. O quizá sí, pero aceptando realizar greenwashing, es decir, a costa de recibir apoyo de empresas y lavarles la cara”, defiende Miguel Carvajal.

Un relato trasladado a las suscripciones

El trabajo de investigación académica del profesor Carvajal está centrado en la economía y en la innovación de los medios, principalmente en los nuevos modelos de negocio para la financiación del periodismo digital. Cree que este tipo de propuestas deben “tocar la fibra”, ya sea de una manera pasional, moral o ideológica que se acompañe de una trayectoria profesional que le dé fiabilidad y consistencia. E independencia.

En un momento en el que la mayor parte de los medios convencionales han lanzado suscripciones digitales de pago para sus lectores y lectoras, el relato de la independencia comienza a ser cooptado por medios que apuestan por un modelo mixto entre publicidad y suscripciones. “Los más de 56.000 socios y socias de elDiario.es pagan para defender la independencia de este medio, para que nadie pueda amenazarnos y para que nuestras noticias tengan impacto real”, explica el periódico dirigido por Ignacio Escolar, al que el profesor Carvajal sitúa como pionero en la “vinculación emocional con el periodismo” de forma paralela al discurso de los crowdfunding.

“El resto de medios se ha sumado a esa corriente del periodismo comprometido o la retórica de la necesidad del apoyo al periodismo valioso para la democracia. Cada vez más los mensajes publicitarios de marketing de los medios no solo operan en el nivel de transacción –pagar para obtener un servicio– sino en el nivel simbólico”, explica Carvajal. Una dinámica que ya vienen poniendo en marcha medios como The Guardian, The Washington Post o The New York Times. No obstante, el profesor de la UMH señala la “contradicción” que puede darse en aquellos medios que sí hacen un mayor negocio a través de la publicidad, aunque cree que esta paradoja es algo inherente al marketing de cualquier marca.

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