Política

Las bases del PSOE, más republicanas que el ‘aparato’: un 60% quiere un referéndum

El electorado de Unidas Podemos es el único que suspende al rey Felipe VI. El 91% de sus votantes optaría por una república si se celebrara un referéndum.

Pedro Sánchez en un mitin en Gijón. FSA-PSOE / Licencia CC BY-ND 2.0

Puedes descargar el informe sobre #EncuestaMonarquía aquí.

“Sigue vigente el pacto constitucional”. De esta forma, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, descartaba un referéndum para elegir entre una monarquía o una república, una posibilidad que ha ganado fuerza desde que se conociesen las presuntas irregularidades cometidas por Juan Carlos I durante sus casi cuatro décadas al frente de la Corona española. Y al contrario que su secretario general, un 60% del electorado del PSOE sí apuesta por el plebiscito, según revela la encuesta realizada por el instituto demoscópico 40dB. para 16 medios independientes*, entre ellos La Marea

Como viene siendo habitual en los últimos años, las bases socialistas suelen estar más escoradas a la izquierda que el aparato del partido. Si se celebrara el referéndum, el 55% de los y las socialistas se decantaría por la república, mientras que el 30% lo haría en favor de la monarquía. En el caso de Unidas Podemos, el otro partido que forma parte del actual Gobierno, su adscripción a la república es mucho más clara: un 94% del electorado apuesta por la celebración del referéndum y el 91% votaría a favor de la república. Solo un 2% introduciría la papeleta monárquica.

Entre las tres derechas, la radiografía cambia de manera sustancial. Dentro del PP y Vox creen innecesario la celebración de la consulta, y solo apuestan por ello un 17,2% y un 18,3%, respectivamente. En el caso de Ciudadanos, uno de cada tres votantes sí estaría de acuerdo con la puesta en marcha de un referéndum. De celebrarse, un 76% del electorado popular y un 79,2% de la extrema derecha daría su apoyo a la monarquía, aunque también hay almas republicanas dentro de ambas formaciones: un 11% en el PP y un 9,6% en Vox. En Ciudadanos, el 60% votaría a favor de la Corona y un 23,5% apostaría por una república.

La Constitución del 78 también es puesta en duda y de una forma muy clara: el 72% de las personas encuestadas considera que “hay que reformarla, hay que hacer cambios. Un porcentaje que sube hasta el 95,2% de los que votaron a Unidas Podemos en las pasadas elecciones y cuya aspiración también comparten el 87,4% de los votantes socialistas. Más conservadores son el PP y Vox; a pesar de ello, más del 58% del electorado de ambos partidos reclama una reforma constitucional.

Valoraciones por partidos

La encuesta revela un suspenso en la confianza de la población general hacia la monarquía, a la que otorgan un 4,3 sobre 10, una cifra que coincide con la puntuación que le dan los votantes del PSOE. Como era previsible, aquellos encuestados y encuestadas que votaron a Unidas Podemos en las pasadas elecciones, conceden a la institución una puntuación bajísima: un 1,2. Las tres derechas, por su parte, sí aprueban en confianza hacia la Corona: un 7,1 por parte del PP, un 6,8 en Vox y un 5,9 en Ciudadanos.

En lo que respecta a los miembros de la Casa Real, se confirma la defenestración del rey emérito Juan Carlos I, que suspende de una forma clara con un 3,3. Solo el electorado de PP y Vox aprueban al rey emérito, con un 5,7 en ambos casos. Felipe VI, en cambio, sí aprueba entre la población general con un 5,8, a pesar del 2,8 que le otorgan los y las votantes de Unidas Podemos.

Entre las cualidades que le atribuyen al actual monarca, la formación y preparación (7,6), la defensa de la integridad territorial del Estado (7,5) y la promoción de la imagen del país en el exterior (7,2) son las que tienen un mayor número de puntos. Su padre y predecesor, Juan Carlos I, suspende en honradez (3,1), donde solo recibe un aprobado raspado por parte del electorado de PP (5) y Vox (5,3).

Si atendemos a la ideología que la ciudadanía atribuye a los miembros de la realeza, los votantes de todos los partidos sitúan a Felipe VI en la derecha, con un 6,5, siendo 0 la extrema izquierda y 9-10 extrema derecha. Son los seguidores de Unidas Podemos quienes le colocan más a la derecha, con un 7,9 y los del PP quienes le otorgan una puntuación más centrada, con un 5,9. La media de Juan Carlos I se escora todavía más a la derecha, con un 7,0.

Cambios en la monarquía

A pesar de las diferencias entre partidos respecto a la tipología de la jefatura del Estado, más de 3 de cada 4 personas encuestadas están muy de acuerdo o bastante de acuerdo en que el rey debe poder ser juzgado por su actos durante su reinado, algo que ahora mismo no es posible. Los votantes de PP y Vox son quienes presentan el porcentaje más bajo pero, a pesar de ello, se sitúan en torno al 65%, en contraposición al 98% de los electores de Unidas Podemos. Unas cifras similares se repiten respecto a la modificación de la Constitución para que el hombre no tenga prioridad sobre la mujer en la línea de sucesión.

Una mayor transparencia en las cuentas, bienes, propiedades y actividades de la Casa Real es una petición mayoritaria en todos los partidos. De forma prácticamente unánime, creen que, al ser representantes públicos, la realeza debería hacer declaración de bienes.

No existe tanto consenso en lo que respecta a que el rey deje de ser el jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Aquí, más de la mitad de los socialistas estaría de acuerdo y el 84% en Unidas Podemos. Sin embargo, entre votantes de PP, Vox y Ciudadanos la mayoría está poco o nada de acuerdo con ello. Algo similar sucede al preguntar por la posibilidad de que el rey no interviniese en el proceso de investidura del presidente del Gobierno.


*La Encuesta sobre la Monarquía es una iniciativa impulsada por la Plataforma de Medios Independientes (PMI), que agrupa a 16 cabeceras, entre ellas La Marea. Para poder realizar la mayor encuesta hecha nunca en España sobre la monarquía, la PMI organizó una recaudación de fondos que logró completar en un solo día. La encuesta fue encargada a 40dB., el instituto de opinión dirigido por Belén Barreiro, expresidenta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). La propuesta de poner en marcha este proyecto surgió tras la solicitud de estos medios al CIS de una encuesta sobre la monarquía, un asunto sobre el que el organismo lleva más de cinco años sin preguntar. Estos son los medios: Alternativas Económicas, Catalunya Plural, Carne Cruda, Crític, Ctxt.es, Cuartopoder, El Salto, La Marea, La Voz del Sur, Luzes, Mongolia, Nortes, Praza Pública, Pikara Magazine, Público y Nueva Tribuna. Y estas, las personas que lo han hecho posible [Ver listado completo].

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Comentarios
  1. PSOE en 1900 ya es historia: «Revolucionarios, librepensadores, republicanos y federales»
    “Somos revolucionarios, librepensadores, queremos la república y la federación. ¿Quién se atreve a dudarlo?
    Queremos renovar por entero la base del actual régimen económico, trabajamos por una hondísima transformación que remueva hasta la esencia misma de las relaciones sociales, que sustituya, con el cambio de la actual forma de la propiedad, el egoísmo por un sistema en que todos los intereses de los hombres sean armónicos, en que mi bien sea el bien de todos, no como hoy, que el bien de uno es el mal de otro, o de otros. Trabajar por el advenimiento de semejante organización social, ¿no es ya ser revolucionario?
    ¡Qué preconizamos los medios legales! Cierto; pero sin que eso implique que repudiamos la fuerza. Queremos sacar de los medios legales lo mucho que pueden dar; pero si un día nos consideramos capaces de conquistar violentamente todo aquello que nos proponemos, acudiremos al terreno de la violencia, si, como es de temer, las vías pacíficas se nos obstruyen, como se obstruyeron casi siempre a toda reforma transcendente.
    La revolución, a nuestro entender, está más en las ideas que en el método; en el programa, no en los procedimientos; preparar los elementos para la transformación social es ser profunda y sinceramente revolucionario.
    Queremos la república social, y aun con gusto, ayudaríamos a la implantación de la república burguesa. Nuestro régimen es absoluta y completamente incompatible con el predominio de un hombre o de una entidad sobre otro u otros hombres. Estimamos contrario a la libertad y al bienestar de unos la dominación de otros; peleamos por ver al hombre libre de todas las tiranías, la del rey, la del magistrado, la del sacerdote, la del patrono; suspiramos por que todos los nacidos trabajen y todos administren el fruto de sus afanes, ¿no hemos de ser republicanos? ¿Quién concibe un régimen de igualdad económica con dependencias personales, sean éstas del linaje que fueren?
    Queremos la completa autonomía del individuo y de sus agrupaciones en pueblos, grupos productores, etc. ¿Quién duda de que somos federales? Más es: practicamos la Federación como nadie. Federal es nuestra organización política, federal la organización económica. Autónomas en absoluto son las Agrupaciones políticas y autónomas las Sociedades económicas federadas, y viven sin otro vínculo que un pacto libremente contraído, pacto reformable y revocable en todo momento, que liga sólo para la acción común concertada y para el mutuo apoyo, sin que en el desarrollo y funcionamiento de cada entidad tengan para qué inmiscuirse las demás.
    Aun en el régimen capitalista nos parece la Federación la forma más racional de organización de las naciones, y nos placería verla implantada por toda la faz de la tierra.
    Somos librepensadores. Consideramos la religión como un asunto privado y ansiamos que se separe a la Iglesia del Estado, se la confisquen los bienes y que viva el sacerdote del óbolo de los fieles. En lo porvenir, no considerándose la práctica de los ritos como una función productiva, el sacerdote habrá de unir su esfuerzo a la obra común; después, libre será él y libres serán todos de tributar culto y eleva preces a los dioses.
    Cien veces hemos dicho todo esto, todavía no ha querido entendérsenos.
    Y es que aquí no se tiene por revolucionario sino a quien habla siempre de fuerza, así carezca de ella y de sazón su empleo. No se tiene por republicano sino a quien de república habla a destajo. Y no se tiene por federal sino a quien, tal vez sin practicar sus ideas en la organización de su partido, no deja esa palabra en reposo.
    No se tiene por librepensador sino a quien se abandera en ciertos organismos, a quien predica el exterminio de las Órdenes religiosas, a quien se hace corifeo de propagandas nocivas.
    Quien siente y practica sus ideas sin alardes ni alharacas, quien pone mesura y templanza en su palabra y en su pluma huyendo de las ridículas y vanas violencias del lenguaje, reñidas siempre con la energía y la seriedad, ese es un reaccionario, un auxiliar del presente ignominioso régimen.
    Aquí sólo alcanzan plaza de enérgicos los fanfarrones vacíos de meollo; los que huyen del énfasis y del ruido, los modestos y serios son reputados como tibios y aun cobardes.
    Jamás seremos de los primeros y seguiremos laborando sin ostentación, mas con tenacidad y empeño, contra el capitalismo, que de este modo trabajamos mejor por la libertad económica, política y religiosa.”

    El Socialista, número 765, de 2 de noviembre de 1900.

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