Sociedad
Carta a la comunidad
Con una carta poco ortodoxa, el periodista de 'La Marea' Dani Domínguez rememora sus años de estudiante de periodismo
Querido lector, querida lectora,
Antes de comenzar, quería avisarte de que no acostumbro a escribir cartas, no ya físicas sino tampoco online. Por eso te pido que me perdones si no soy lo suficientemente ortodoxo… ya sabes que a los jóvenes eso de escribir cartas nos suena como muy antiguo. Y digo “jóvenes” no con ánimo de querer parecer un chaval; pero, entiéndeme, hace nada estaba yo entregando trabajos para alguna asignatura de la carrera de periodismo en ese mamotreto de piedra al que llamábamos facultad.
En los últimos días me he acordado bastante de mis años de estudiante. He recordado la épica y la ilusión de cuando nos hablaban de fiscalizar al poder, de investigar, de sacar a la luz las corruptelas, de los grandes escándalos destapados por los medios de comunicación… Y luego resulta que la realidad es que el jefe del Estado se ha paseado por el mundo impunemente durante 40 años mientras los periodistas que le seguían aceptaban regalos de gobernantes absolutistas.
Todos lo sabían y nadie investigó nada porque hay cosas que son intocables. Pasó con Juan Carlos I y pasa ahora con Felipe VI, al que en lugar de investigarle le dedican editoriales que escandalizarían a cualquiera.
No es esto lo que nos cuentan dentro de esas aulas, pero es la realidad. Con la que te das de bruces cuando abandonas esa mole de hormigón que, con sus luces y sus sombras, te protege.
No quería ponerme demasiado intenso, pero al final… El caso es que, pensando en todo esto, desilusionado, me he dado cuenta de que La Marea es todavía una de esas islas utópicas donde se habla de aquello que otros callan por sus intereses.
Revisando el histórico de revistas encontré que allá por febrero de 2013, cuando Juan Carlos I seguía siendo el guía espiritual de España, en La Marea ya ponían el foco en su hijo y en la corte de grandes empresarios afines que le rodeaban. Esa fue la segunda revista que editó esta cooperativa. Pero, ¿sabes cuál fue la tercera? Una sobre la evasión de impuestos a países como Suiza. Podría ser una casualidad si la quinta revista bajo la marca La Marea no tratase sobre cómo Juan Carlos I lideraba el desembarco de multinacionales y comisionistas en el Golfo Pérsico.
En medio del silencio reinante, se intentó hacer ruido con pocos medios mientras que quienes sí tenían los recursos para investigar dedicaban sus páginas a otros temas.
Y ese es el mantra de esta redacción: que cada euro que tenemos se destine a lo que realmente importa. Pero, ¿sabes cuál es el gran problema? La frustración que sentimos cuando tenemos muy poquitos euros para dedicar a lo verdaderamente importante. El presupuesto de La Marea es irrisorio en comparación con el de cualquier medio de comunicación. ¿Por qué? Porque cuando nadie lo hacía, la cooperativa decidió que vosotras y vosotros seríais nuestra principal fuente de financiación: en 2018, prácticamente el 90% de los ingresos procedió de mecenas, lectoras y lectores.
Pero con los que sois, no basta. Raro es el año que la cooperativa no tiene pérdidas económicas, lo que supone un desgaste mental enorme para la plantilla. Sabemos que son tiempos difíciles, pero te necesitamos más que nunca para poder seguir haciendo ese periodismo que se enseña en las facultades. El que no acepta regalitos porque solo se debe a quien lee estas líneas de una carta tan poco ortodoxa. No digas que no te avisé.
Ahora que lo pienso, tampoco sé cómo debe uno despedirse en una carta. Supongo que pidiéndote que, si tus circunstancias lo permiten, apoyes a quienes solo dependen de ti.
Atentamente,
A veces una desearía tener una economía un poco solvente para apoyar causas como ésta sobretodo teniendo en cuenta que por lo general a lxs que tienen una buena economía no les interesa apoyar al periodismo crítico y comprometido con un mundo más justo.