Opinión

La izquierda ante el nacionalismo

"No servirá de mucho una izquierda que critique el nacionalismo español mientras contemporiza con el nacionalismo catalán, que no por tener menos poder es menos deleznable".

La periodista Mònica Terribas. Fotografía de Montserrat Boix bajo licencia CC BY-SA 4.0/WIKIMEDIA COMMONS

Los medios audiovisuales de la Generalitat de Cataluña viven estos días una reyerta. Suena exagerado, pero no creo que sea impreciso. La secuencia empieza el viernes 17 de julio: Mònica Terribas, directora y presentadora del exitoso matinal de Catalunya Ràdio, anuncia que deja el programa tras siete años. Dice no hacerlo por razones personales, sino profesionales: “Los engranajes de esta máquina no pueden permitirse ningún chirrido, y ahora chirrían”. Parece que el trasfondo son las discrepancias con Saül Gordillo, director de la emisora, hombre cercano a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). El tamtam también emite que Terribas podría ir segunda en una hipotética lista de Puigdemont en las próximas elecciones catalanas (sean cuando sean), pero no deja de ser un rumor.

El choque de Terribas con Gordillo viene seguido de la defensa encendida de la periodista por políticos de Junts per Catalunya (JxCat), heredera de la Convergència pujolista. El lunes 20, en el Parlament catalán, Núria Llorach, presidenta en funciones de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), que engloba la televisión y la radio públicas, intenta que el Consejo de Gobierno de la entidad destituya a Gordillo, lo que no consigue por falta de apoyos suficientes.

El episodio no tiene mayor interés fuera del gallinero catalán, donde la rivalidad entre ERC y JxCat viene de lejos y genera choques frecuentes, dentro y fuera del gobierno de la Generalitat, que comparten. Pero ha provocado pasmo el elogioso tuit que Pablo Iglesias dedicó a la despedida de Terribas de su programa. Ya sabemos que Twitter ha rebajado la política al nivel de la barra de bar, donde todo el mundo puede soltar su frase brillante. Profesionalidad, sensatez, compromiso, honestidad… Mucho incienso para Terribas en 231 caracteres, más viniendo del vicepresidente del gobierno español. ¿Era oportuno meterse en la reyerta? ¿Es justo Pablo Iglesias con Terribas? ¿Es consciente de a quién –a quiénes– le está echando un capote?

Ya no voy a entrar en la trayectoria de Núria Llorach, veterana militante de Convergència que dirige “en funciones”, es decir, provisionalmente, la CCMA… ¡desde 2016! No fue elegida en ningún concurso público y llegó al cargo de rebote. De Terribas sí puede decirse que es una profesional de las ondas. Muchos la conocimos en un mítico informativo nocturno de TV3, La nit al dia, en que destacaban sus largas e incisivas entrevistas. Terribas las preparaba a fondo y era insistente repreguntando, ese deber periodístico tan en desuso. A Terribas no se le pueden discutir méritos en el oficio, sin duda. Pero se le puede reprochar la deriva que ha tomado estos últimos años al frente de Els matins de Catalunya Ràdio. Empezando por la perla con la que abría el programa cada madrugada: “¡Despierta, Cataluña!”, con un “sutil” doble sentido impropio de una emisora pública (ya se sabe: los catalanes estamos sojuzgados por España y debemos ponernos en pie ante el opresor mesetario). Luego, en las jornadas críticas del otoño de 2017, el papel de Terribas como vocera de la supuesta revuelta catalana resultó cualquier cosa menos discreto. Lo peor no fue, por ejemplo, el lamentable episodio en que animó a los radioyentes a avisar sobre la ubicación y las acciones de la policía y la guardia civil que el gobierno de Rajoy envió a Cataluña. Este episodio fue juzgado y archivado, no sin que la magistrada responsable calificara la actitud de Terribas de “irresponsable desde el punto de vista de la ética profesional”.

El compromiso y la honestidad que Iglesias ve en Terribas quedaron todavía más en entredicho el día que Puigdemont proclamó la independencia catalana en falso, sin arriar la bandera española, sin un mover un dedo para controlar nada, puramente de cara a la galería, para que los suyos no dijeran que no se había atrevido (y, en realidad, no se atrevió). Esa tarde, Terribas abrió un programa especial con estas palabras: “Buenas tardes, ciudadanas y ciudadanos de la República Catalana. Cataluña ha vulnerado el marco constitucional, ha roto con el Régimen del 78”. Fue monumental el cabreo que agarró Terribas cuando Jordi Évole le puso la grabación de este arranque en un programa de Salvados y le preguntó si no creía que los políticos independentistas la habían engañado. En realidad, lo que Évole tendría que haberle preguntado a Terribas, que es una persona inteligente, es si no era ella la que estaba intentando engañar a la población, jugando a la revuelta popular desde una emisora del gobierno autonómico.

Algunas personas en Cataluña nos preguntamos qué sentido tiene que el líder de Podemos le eche un capote a Terribas en la reyerta. Pase que la admire, pase que buena parte de la trayectoria de Terribas es más que meritoria, pero se va de su programa porque el independentismo está a la greña, atrapado en sus contradicciones desde hace años, en un bucle de pesadilla. Y aquí Iglesias no pinta nada. O no debería. Podemos y las confluencias han supuesto un enorme paso adelante en la posibilidad de dar voz y encarnar una España verdaderamente plurinacional, que existe aunque buena parte del establishment se aferre a la continuidad de una España castellana, cuanto más centralista mejor. Pero no servirá de mucho una izquierda que critique el nacionalismo español mientras contemporiza con el nacionalismo catalán, que no por tener menos poder es menos deleznable. A veces, sería mejor pensárselo dos veces antes de soltar un tuit ridículo. No creo que sea el mejor momento para encendidas loas a los medios públicos catalanes, tan llenos estos días de minutos sobre la corrupción de los Borbones, tan callados sobre la de la familia Pujol, llamada a pasar toda por el banquillo. 

Llegar al gobierno, tarde y mal, ha sido un hito para Podemos y las confluencias. Ni el PCE ni Izquierda Unida lo consiguieron nunca. Muchos lo celebramos, aunque con un entusiasmo contenido, porque no hay que pecar de ingenuos. Pero la prioridad tiene que ser afianzarse en el gobierno para influir en las políticas públicas, para que la esperanza de una nueva izquierda no acabe otra vez como un residuo permanente en la oposición. Las batallitas nacionalistas, como el patriotismo, debieran interesarnos lo mínimo.

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Comentarios
  1. Es penoso que se hable por el nacionalismo de izquierdas, aplaudido con las orejas, y no por la izquierda sin nacionalismo. Los del pueblo unido jamás será vencido ya no se usa, veo.

  2. Con independencia de la valoración sobre algunos matices, es imprescindible abordar el tema con franqueza, como hace el autor. De lo contrario la izquierda terminará en la papelera de la irrelevancia política. Gracias a La Marea por abrir este debate. Si Terribas es un emblema de la izquierda, tenemos un claro problema de visión. La utilización del disfraz étnico para validar la desigualdad, el nacionalismo de los ricos, no es congruente con los postulados de igualdad y solidaridad de la tradición de izquierdas. Efectivamente hay muchos elementos comunes entre el nacionalismo reaccionario de Vox y el de los promotores del procesismo y sus homólogos en el otro nacionalismo peninsular rico.

  3. Vaja cinisme equiparar opresors (castellans/espanyols) amb oprimits (catalans, sobretot de les Illes destruïdes, la València saquejada o la Franja i el Carxe sense la menor protecció). L’autor diu que el nacionalisme sud-africà és com el de l’apartheid: quina manca de vergonya!

  4. Tant costa de veure i assabentar-se que això que qualifiqueu de «nacionalismo catalana» té un gran arrelament popular, és un moviment interclassista i compta amb molta gent lluitadora de l’esquerra. Tant analista que vols ser i no has copsat que aquesta lluita va de autoritaristes feixistitzans, contra demòcrates.
    Veritablement penòs.

  5. Chapeau comentario de Noé y viva la República, laica y de izquierdas.
    Cualquier nacionalismo es menos fascista, patriarcal, caciquil y retrógrado que el español.
    ******************************
    Cartas al director del Periódico de Aragón del 29/9/2013, carta de Miguel Martínez Tomey, director de la Fundación Gaspar Torrente:
    «Disiento de la afirmación que hace Antonio Dominguez en su columna sobre «Cataluña y España» de que Cataluña no fue anexionada por la fuerza.
    Cataluña es, sin duda, una parte importante de España desde hace siglos, pero junto a Aragón, Valencia y Baleares fue obligada por la fuerza de las armas a asimilarse al sistema de gobierno de Castilla, por derecho de conquista y con el pretexto de haberse revelado contra el cuestionado nuevo monarca común de los Estados hispánicos.
    Este proceso se verificó entre 1707 y 1715 en el marco de una gran guerra europea.
    Así pues, aragoneses y catalanes somos histórica, geográfica y culturalmente parte de España, pero se nos anexionó por la fuerza, no por el pacto, al cuerpo político del que nacería el actual Estado español. De aquellos polvos estos lodos.
    Y lo peor es que el autoritarismo centralista y el nacionalismo uniformizador español siguen sin asumir la responsabilidad por las consecuencias -que todavía sufrimos hoy- de haber destruído el sistema político y constitucional de sus entes fundadores para construir un Estado que sigue obsesivamente empeñado en no reconocerse a sí mismo como la realidad plurinacional que és.
    Así nos va.»

  6. Gorca tus comentarios son los que fomentan esa situación que tu criticas, es poco constitucionalista el decir el idioma es el español que coño español es Gallego ,Vasco ,Catalan y si me apuras Andaluz al margen del Castellano. NOE tu comentario es excelente y viva la republica.

  7. Cuidado Gorka, que te da una charla sobre los métodos del fascismo el que va diciéndole a los demás lo que opinan de los españoles, cuál es su ideología, qué genocidio quieren hacer, cual es su diagnóstico de salud mental y quién exactamente les realizó el lavado de cerebro. Todo eso no es nada fascista. Ni un poquito.

    El españolismo te deja el cerebro como un sorbete de limón, eh? Tela.

  8. Gorka, no eres de izquierda sino igual de nacionalista como los de Vox , porque a ti los vascos y catalanes que se sienten espanoles te molestan y los consideras ser menos que tu y al fin los quieres borrar para conseguir tu liberacion nacional en tu mente enferma nacionalista. Ademas sin profesores nacionalistas vascos y catalanes no seria posible el separatismo, al fin son metodos del fascismo.

  9. No se puede mirar al mal llamado «nacionalismo», desde la izquierda ni desde ninguna otra perspectiva, como un bloque monolítico. No es lo mismo el nacionalismo español, que busca establecer, ya sea mediante la política, la religión, la monarquía o la violencia, la conformidad de todos los pueblos del estado español con su dominio social, político y cultural, que el nacionalismo vasco o catalán, que ostensiblemente busca la liberación de las naciones que representa con respecto a dicho dominio. Dicho de otra forma, el catalanista más acérrimo y supremacista que puedas imaginarte jamás irá en un bus fletado por el PNC a Madrid a decirles a los madrileños que Telecinco les ha lavado el cerebro y que en realidad ellos también son catalanes.

    No se trata de preferir un nacionalismo a otro: ideológicamente, el concepto de la supremacía de una cultura sobre otra es inherentemente fascista, se trate de la catalana o de la española o de cualquier otra. Pero pese a esto, es posible distinguir entre un movimiento de salvación nacional, en palabras del máximo exponente del supremacismo español, construído a base de golpes de estado y golpes de porra, y un movimiento de liberación nacional construido alrededor de la voluntad democrática de la nación que pretende representar, y desde el respeto a dicha nación. Es posible distinguir entre quienes defienden la centralización del poder alrededor de una sola nación y cultura y quienes defienden la descentralización de dicho poder, aunque se enmarque dicha descentralización en torno al eje de la identidad nacional. Es posible distinguir entre quienes buscan mantener el status quo, las estructuras de poder y jerarquías que rigen nuestra vida, y quienes buscan romperlas, o al menos cambiarlas, en pos de la liberación de quienes se ven oprimidos por ellas.

    La izquierda y el nacionalismo no son incompatibles, como bien muestra la historia de Catalunya y Euskadi, rica en movimientos anarquistas y comunistas de carácter independentista y de liberación nacional. El simplismo de ver las estructuras de poder que apuntalan el nacionalismo español y los movimientos independentistas que pretenden romperlo como una misma cosa no se mantiene en la realidad, y hace mucho que la izquierda del estado español ha dejado de comprar este relato. Combatiremos al fascismo en todas sus formas, en Sants, en Barakaldo y en Chamberí.

  10. Hola, Gorka,
    ¿Podrías argumentar tu crítica sobre hechos concretos del artículo? Yo no tengo demasiado de españolaza pero lo suscribo en su casi totalidad. Por otro lado, ese final de «tirarse a las hippies de la uni» tampoco lo he entendido demasiado bien.

  11. Por otro lado, me fascina esto:
    «… encarnar una España verdaderamente plurinacional, …» «Pero no servirá de mucho una izquierda que critique el nacionalismo español mientras contemporiza con el nacionalismo catalán, que no por tener menos poder es menos deleznable.»

    Por un lado, veis la necesidad de reconocer que España no es simplemente gente que habla español y que existen otras sensibilidades, que ya estaban antes. Por otro lado, no podeis seguir disimulando y critiqueis que Podemos trate de entenderse con la mayoria social en Cataluña.
    No sois de izquierdas, sois el Guerrismo. Sois Lerroux yendo de rojeras para tirarse a las hippies de la uni. Podriais pertenecer al PSOE y nadie se daria cuenta, efectivamente

  12. Articulazo que firmarian los mismisimos Borrell y Felipe Gonzalez.
    Asi que el problema de Vascos y Catalanes es de identidad, se identifican con algo erroneo (ser vasco, ser catalan). He aqui el quid de la cuestion y por lo cual, para nazis supremacistas como el que escribe estas lineas, la izquierda nacionalista española solo es marginalmente mas aceptable que la derecha nacionalista española: ambas quieren eliminar nuestra identidad del mapa.

    Suerte con ello y enhorabuena por los resultados en Euskadi. Con suerte, si nos ponemos tercos con eso de «pensar mal», nos montais otro GAL

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