Política
Pintura roja contra Colón “por todos los muertos en siglos de colonización”
"La identidad nacional española se cimenta sobre la esclavitud y la explotación", han denunciado los activistas en torno a la estatua de Colón en Madrid.
Cuatro decenas de personas han tirado sobre el agua que rodea la céntrica estatua de Colón, en Madrid, botes de pintura roja por “todos los muertos en siglos de colonización”. Después, han desplegado una pancarta de grandes dimensiones con un mensaje: “Fuego al orden colonial”.
En los instantes previos, los activistas comenzaron a congregarse en el cercano Paseo de Recoletos, desde donde recorrieron los escasos 50 metros que les separaban de su objetivo. Ataviados con máscaras decoradas con motivos típicos de países de América Latina, lograron cortar el tráfico de la glorieta en la que se ubica el monumento. Al momento, unas diez personas saltaron al agua que la circunda y desplegaron una pancarta de grandes dimensiones que colgaron de la propia estatua.
El sonido de los cláxones llegó antes que los agentes de Policía. Entre gritos de «poneos a trabajar», proferidos por parte de un usuario de VTC que llevaba su boca enmascarada con la bandera de España, una de las activistas leyó un extenso comunicado que finalizó mientras la actuación policial se limitaba a controlar el tráfico de la zona, cuyas inmediaciones llegaron a estar flanqueadas por más de una decena de patrullas, tanto de Policía Nacional como municipal.
“En Estados Unidos, como parte de las reivindicaciones tras el asesinato de George Floyd, se han derrumbado, decapitado, demolido y vandalizado estatuas de Colón y de otros personajes ligados a la violencia contra la comunidad negra y los pueblos originarios. Hace unas semanas en Barcelona se prendió fuego a la base de la estatua de Cristóbal Colón del Paseo Marítimo. Le ha tocado el turno a la estatua de la emblemática Plaza de Colón de Madrid, donde suele celebrarse la ceremonia por la Fiesta Nacional de España cada 12 de octubre, lo que hace este ‘ataque’ mucho más significativo”, comenzó a explicar la oradora al principio de la lectura del texto.
Conscientes de la ubicación elegida para la reivindicación –donde se han celebrado actos políticos relacionados con la derecha y la ultraderecha–, también se refirieron a la “bandera española más grande del mundo”. Los colectivos reivindicaron que «la figura de Cristóbal Colón en Madrid, elevada a 17 metros del suelo y rodeada de agua para hacerla inaccesible, simboliza el inicio del proceso colonial global y los siglos de violencia racial que hoy permanecen en pleno vigor». Además, recordaron que «la identidad nacional española se cimenta sobre la esclavitud y la explotación, el borrado y genocidio de los pueblos originarios. También sobre el expolio histórico y el saqueo de sus territorios».
“Aprovechando la oleada de movilizaciones antirracistas que han recorrido el mundo, consideramos oportuno señalar lo que es para la comunidad racializada la máxima representación de toda esa violencia que sufrimos hoy, como es Colón”, ha explicado uno de los participantes a La Marea. Según su relato, este activista de origen magrebí ha ido viendo desde pequeño cómo ha evolucionado el racismo: “Al principio eran insultos y cierta violencia, pero ahora entiendo el racismo de otra forma. Es un dispositivo a través del cual se crean diferentes categorías humanas, a las que a algunas personas se les otorgan derechos y poder sobre otras, por eso la lucha antirracista es una batalla por la igualdad y la justicia social”.
“Además de denunciar que aquí también se han producido asesinatos a personas racializadas mientras estas se encontraban retenidas, nos manifestamos a través de la destrucción o la resignificación de una expresión que pueden ser las estatuas, calles y plazas que tienen nombre o que representan a personas que han sido esclavistas y participantes del proceso colonial”, ha continuado el militante antirracista en la línea del texto leído ante las personas congregadas, que ha incidido en las actuaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «[El 12 de octubre] recuerda a los migrantes de las excolonias ese hito del imperialismo español y refuerza la narrativa del supremacismo blanco sobre los cuerpos racializados, intentando legitimar la maquinaria de muerte que continúa activa dentro y fuera de sus fronteras».
De la misma forma, con un grito internacionalista, el movimiento contra el racismo de la capital ha tomado el testigo de las acciones similares que se han producido tanto en América como en España: “Todo el mundo han rechazado ese patrimonio simbólico conformado por monumentos que promueven un mensaje político muy claro: glorificar los hitos de la colonización y a los personajes que participaron en ella para actualizar su dominio y seguir ejerciendo y edulcorando la violencia racista».
En concreto, los activistas demandaron retirar cualquier reconocimiento a colonos y esclavistas que existen en el Estado español, tanto la estatua que han asaltado en Madrid, como la de cualquier esclavista español que hizo fortuna subyugando al pueblo originario americano.
Retomando el significado que tiene el día de la Fiesta Nacional, han exigido que se derogue la ley 18/87, en donde se establece esta festividad «por ser una conmemoración que promueve, exalta y justifica violaciones gravísimas de Derechos Humanos que ninguna democracia admitiría directamente, por ello lo hacen de forma velada, a través de lo simbólico».
Por último, se dirigieron al Gobierno de España para reclamar su compromiso sobre una ley de reparación histórica de los pueblos: “Aquí en España se habla mucho de memoria histórica, que apoyamos totalmente, pero también hay que tener memoria anticolonial, que se respete nuestra memoria colectiva y se efectúe una verdadera reparación”, resaltó el activista que participó en el despliegue de la pancarta.
Las únicas personas identificadas por parte de la Policía han sido las dos que en todo momento han mediado con los agentes. De esta forma, los militantes antirracistas se han marchado del lugar dejando tras de sí un Colón «bañado en sangre» y una bandera de España ondeando a lo lejos, demasiado lejos para entender lo que pasaba a pie de calle.
Y ahora a Alfonso solamente le queda discernir quienes son los que de una manera y formas verdaderas han terminado de destruir este cortijo llamado EspañAAAAAA.
¿Comenzamos a avanzar hacia delante………………….? .
Salud.
Es presumible que Colón no fuera un santo; nadie lo somos, además. Pero bueno que, el acto de pintar y destruir estatuas no deja de ser un acto irracional de humana insensatez y cobardía. Es fácil agredir a las estatuas, no se quejan y no te pueden causar daño alguno. Delante de Colón hubieran corrido a esconderse, lo cual es humano también, y en su lugar, probablemente yo hubiera hecho lo mismo, porque lanzas y flechas contra arcabuces sería un suicidio. El caso es que, hay mucho odio y mucha frustración en el mundo. Y creo que ya va siendo hora de pasar página. Porque de la violencia y de la guerra, aunque sea contra las estatuas, nada bueno puede salir. No obstante, prefiero preservar a las personas.
Pero Alfonso, no seas ingenuo. Claro que se destruyeron a muchas personas inocentes, la de los pueblos originarios de las Américas. El déspota sanguinario de Colón era un tirano tan brutal que fue arrestado por la corona española por sus crímenes. Deberías conocer la historia de tu propio país, sobre todo si se trata de uno de los pilares de la identidad española.
En fin, hay gente que sólo sirve para destruir. Al menos en esta ocasión no se trataba de personas inocentes.