Análisis | Opinión
Zonas oficiales de fascismo
El Parlamento europeo lleva años advirtiendo que el aumento de los grupos neofascistas y neonazis representan una amenaza para la seguridad del continente.
El 25 de octubre del 2018, el Parlamento Europeo aprobaba su Resolución “Auge de la violencia neofascista en Europa” en el que entonaba el mea culpa por la falta de acciones decididas contra los grupos neofascistas y neonazis, que estaban permitiendo el auge actual de la xenofobia en Europa. El Parlamento no sólo se refiere en este documento a los grupúsculos radicales, sino que expresa su honda preocupación ante la creciente normalización del fascismo y manifiesta su inquietud sobre casos de colusión de líderes, partidos políticos y fuerzas de seguridad con neonazis. La Resolución cita los datos de Europol, según la cual se trata de un fenómeno general y constituye una amenaza para la seguridad de la que no se habla suficiente, a pesar de que el número de personas detenidas por delitos extremistas de derechas casi se duplicó en 2017.
Según el Parlamento, la impunidad con la que operan los grupos neonazis en algunos Estados miembros es una de las razones que explican el alarmante aumento de los actos violentos de algunas organizaciones de extrema derecha. El uso de las redes sociales e internet les permite una gran capacidad para organizarse y preparar sus estrategias. A modo ilustrativo, la resolución cita ataques de grupos de toda la geografía europea y subraya algunos datos reveladores, como la alerta de los servicios de inteligencia franceses sobre el creciente número de miembros de las fuerzas militares y policiales que se unían a grupos violentos de extrema derecha. Algunas de las acciones citadas no son ataques individuales, sino acontecimientos de masas, como la manifestación convocada en Varsovia en 2017, para el día de la independencia de Polonia, con 60.000 participantes, en la que se exhibieron pancartas con eslóganes como «Una Europa blanca de naciones hermanas».
El Parlamento, el 18 de diciembre del 2019, tuvo que aprobar otra Resolución, denominada “Discriminación pública y discurso de odio contra las personas LGBTI” a raíz de una de las iniciativas más discriminatorias que existen actualmente en territorio Europeo: la de las “zonas libres de LGBTI”. En febrero del 2020, se publicaba una noticia sobre el “mapa del odio”, según el cual un tercio del territorio polaco – equivalente a la superficie de Hungría – se había adherido a esta iniciativa municipalista. Esta arrancó a inicios del 2019, alentada por el partido de gobierno Ley y Justicia, como forma de respuesta a la ‘ideología LGTBI, exportada de fuera para atentar contra los valores tradicionales polacos’. El simbolismo de la frontera como herramienta de exclusión es tan gráfica que artistas como Bart Staszewski han decidido hacer denuncia pública de ello, con una colección que retrata personas LGTBI a la entrada de sus pueblos, junto a la pancarta que advierte que nos adentramos en una “zona libre de LGTBI”.
La Resolución del Parlamento contra las “zonas libres de LGTBI” contiene una admisión: el lobby conservador sigue teniendo suficiente poder en Europea como para seguir frenando la aprobación de la Propuesta de Directiva sobre igualdad de trato del 2008. Esa falta de legislación vinculante a nivel europeo, es una de las carencias que permite que – en pleno corazón de Europa- ciertas personas sufran la legalización del fascismo y del odio.
La Resolución da otra clave de enfoque: la seguridad de la comunidad LGBTI no es independiente de la seguridad del resto de personas que viven en Europa, y el deterioro de su seguridad es un indicador del deterioro de todos los derechos fundamentales. El Parlamento, preso de una clara impotencia frente a un fenómeno tan extremo y extendido como este, opta por una acción drástica: el estrangulamiento económico. La Resolución interpela a la Comisión para que controle el uso de todos los flujos de financiación de la Unión, y para que dialogue periódicamente con las autoridades nacionales, regionales y locales, para recordarles su compromiso con la no discriminación. Y en particular, la prohibición de discriminar por parte de las corporaciones locales, en virtud de la Directiva 2000/78/CE. De momento, Tripadvisor sigue alertando de que “en Polonia se acepta a los homosexuales mientras no digan que lo son” y el Rainbow Map de la ILGA coloca Polonia en el último lugar del ranking.
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