Economía

Especial ‘Turismo postCOVID’: España, 50 años bajo el sol

¿En qué momento España pasó a tener una dependencia tan estrecha del turismo? ¿Es posible seguir manteniendo esta industria en las mismas condiciones de los últimos años?

Una playa en Gran Canaria. EDUARDO ROBAINA / ARCHIVO

“España os espera a partir del próximo julio”. Tras meses de confinamiento y el cierre de fronteras por el tremendo impacto de la COVID-19, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado que España está preparada de nuevo para acoger al turismo extranjero. Salvar la temporada del verano ha sido uno de los mantras del Ejecutivo en las últimas semanas, consciente de la enorme importancia que el sector tiene para la economía española. El turismo supone el 13% del Producto Interior Bruto (PIB) y de él depende un 12% de todo el empleo nacional. Pero, ¿en qué momento España pasó a tener esa dependencia tan estrecha del turismo?

En La Marea, a través de nuestro suplemento #yoIBEXtigo, respondemos esta y otras cuestiones en un especial ‘Turismo postCOVID’ compuesto de varios artículos que puedes leer pinchando en cada una de las imágenes.

En primer lugar, hemos repasado la historia del país para conocer en qué momento comenzó esa dependencia del turismo –y de la construcción–. Y la primera piedra, sin saberlo, la puso Franco con el Plan de Estabilización de 1959.

La Costa del Sol, la Manga del Mar Menor, Baleares y Canarias son parte del imaginario turístico del país, de la misma forma que los apellidos Escarrer, Fluxá, Barceló o Riu. Son quienes controlan buena parte de la oferta turística española. A ellos, y a sus compañías, hemos dedicado esta radiografía empresarial.

Entre 1999 y 2003, Joan Buades fue diputado autonómico en representación de Els Verds, y se convirtió en uno de los principales impulsores del impuesto a la actividad turística, la famosa ecotasa que tan poco gustó a los empresarios. Tras muchos años de investigación para demostrar los efectos negativos que ha supuesto para la sociedad española el turismo de masas, le hemos entrevistado en este especial ‘Turismo postCOVID’

Para terminar, hemos replicado este artículo originalmente publicado en el blog de Alba Sud por Asunción Blanco y Macià Blázquez, profesores de Geografía de la Universitat de les Illes Balears. En él, realizan propuestas teóricas que abogan por un rediseño del turismo doméstico después de esta pandemia basado en la proximidad, el control local y la economía complementaria. ¿Cómo reorganizar el turismo en la transición socio-ecológica que necesitamos?

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Comentarios
  1. La riqueza de la Península Ibérica es la agricultura.
    No tenemos necesidad de ser los camareros de Europa ni, para atraer y satisfacer al turismo, destruir los ecosistemas de la Península, tanto los costeros plagados de urbanizaciones como los de montaña para construir o recrecer pantanos y trasvases con los que regar los jardines y campos de golf de las urbanizaciones turísticas máxime cuando la Península Ibérica, tal como apuntan científicos y evidencias, va camino de ser una prolongación del desierto del Sáhara.
    En Les Illes Balears, en mi opinión, han surgido las mejores iniciativas, como esta de Els Verds, para un turismo sostenible y conservación y respeto a la Naturaleza.

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