Cultura
Días ajenos de Bob Pop: la verdad de nuestro cuerpo
BOB POP. "Esperamos que le pregunten la verdad a nuestro cuerpo y responda, sin mentir, a los tests que servirán para explicarnos quiénes somos".
Este Días ajenos de Bob Pop está incluido en el Especial Libertad de La Marea. Puedes leerlo completo aquí. O suscribirte desde 40 euros al año. ¡Gracias!
Empiezo a leer LEOPARDO NEGRO, LOBO ROJO, de Marlon James, y me encuentro con esta frase, que subrayo: “La verdad se come las mentiras igual que el cocodrilo se come la luna”, y la línea que la marca, por debajo, se hace discontinua en mi cabeza para llevarme a girar hacia un lugar inesperado donde se cruza otra frase que tampoco es mía: “La verdad os hará libres”.
Y allí me quedo, como si esa frase bíblica reaparecida se hubiera plantado en medio de mi mente confinada, como un monumento de rotonda, como si mi pensamiento en cautividad hubiera trazado carreteras y entradas a ciudades dormitorio de muchas de mis ideas que estos días no pueden desplazarse a trabajar a la capital. Y ahí están; mirando por el balcón, por la ventana, al techo.
La verdad nos hará libres.
Solo la verdad vírica nos sacará de esta. La verdad que determine que no portamos la COVID-19, que no la padecemos, que no somos un peligro para el resto.
La verdad nos hará libres. Y aquí estamos, esperando que le pregunten la verdad a nuestro cuerpo y responda, sin mentir, a los tests que, en algún momento, servirán para explicarnos quiénes somos, dónde estamos y si podemos decidir adónde vamos.
Hasta entonces no hay libertad posible, si acaso una libertad vigilada que nos trata como potenciales focos de infección. Ahora somos solo eso, la versión en cautividad de quienes fuimos. En cautividad domiciliaria o productiva en la cadena de montaje. No somos: estamos. Nada más.
Funcionamos como contenedores víricos, portadoras y portadores de la enfermedad. Nuestra libertad ya no termina donde empieza la libertad de los demás. Nuestra libertad termina mucho antes: a un metro de distancia de los demás.
La verdad nos hará libres.
La verdad se come las mentiras igual que el cocodrilo se come la luna.
Pero hasta que no conozcamos esa verdad interna que nos libere, nos confine, nos ingrese o nos mate, la luna seguirá creciendo y los cocodrilos le pegarán dentelladas a su reflejo brillante en el lago. No salgáis a nadar esta noche; una de esas dentelladas podría mutilaros.
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