Sociedad
La productividad académica de las mujeres merma en la pandemia por la sobrecarga doméstica
Un monitoreo llevado a cabo por un grupo de investigación de Canadá pone de relieve que ha descendido el número de mujeres que entregan preimpresiones durante la pandemia.
Desde que el teletrabajo se impuso por la pandemia, es más que habitual ver la cabeza de un niño o una niña asomar por una videoconferencia. En un artículo publicado en la revista Nature, la demógrafa social de la Universidad de Florencia Alessandra Minello cuenta que tras grabar su primera clase en línea se dio cuenta de que se escuchaba claramente la trompeta de juguete de su hijo durante algunas diapositivas. Hay quienes ya advierten al conceder entrevistas por teléfono: «Tengo a mi hija en brazos, te lo digo por si de repente la escuchas». En los peores casos, otras personas declinan atender estas peticiones, precisamente, por la imposibilidad de conciliar.
Más allá de la anécdota, Minello apunta a la repercusión de este panorama en la carrera profesional de las mujeres y, concretamente, en el trabajo académico. Un ámbito en el que, dice en su texto, «el avance profesional se basa en el número y la calidad de la publicaciones científicas de una persona, y su capacidad para obtener fondos para proyectos de investigación es básicamente incompatible con la atención a los hijos».
Consecuencias de la sobrecarga del trabajo de cuidados
El descenso de las entregas de preimpresiones –versiones previas a la definitiva de una publicación académica– cuya autoría corresponde a una mujer es algo que corrobora un análisis elaborado por tres investigadores del CIRST –Philippe Vincent-Lamarre, Cassidy R. Sugimoto y Vincent Larivière–, un grupo de la Universidad de Montreal y de Indiana que estudia las dimensiones históricas, sociales, políticas, filosóficas y económicas de la ciencia y la tecnología.
En su monitoreo sobre la producción académica de las mujeres durante la pandemia concluyen cómo la estratificación social es especialmente visible en tiempos de crisis como este. «Una de las principales distinciones sociales es la cantidad desproporcionada de trabajo doméstico realizado por mujeres: las mujeres cuidan más en relaciones heterosexuales y tienen más probabilidades de ser madres solteras», señala el informe.
El contexto, afirman, sugiere que las mujeres académicas pueden ser más propensas a enfrentar una sobrecarga de las responsabilidades domésticas durante el confinamiento y, como consecuencia, una reducción en la producción académica.
En total, este grupo de investigación ha analizado 307.459 preimpresiones e informes registrados en 11 repositorios –como EarthArXiv, medRxiv, SocArXiv, NBER y aRxiv, que reúnen a todas las llamadas STEM, (ciencias, matemáticas o física)–, presentados por más de 1,3 millones de autores – para los cuales pudieron asignar un género en el 92% de los casos– en los meses de marzo y abril.
Su conclusión: las tasas de envío de publicaciones de mujeres son más bajas durante marzo y abril de este año que en los mismos meses de 2019 o en enero y febrero de 2020. No obstante, un artículo publicado en Nature sugiere que los efectos se verán también en un medio plazo, puesto que algunas de las preimpresiones entregadas corresponden a un trabajo realizado en meses anteriores a la pandemia.
La mayor caída, según el análisis, se observa en la plataforma medRxiv. En marzo y abril de 2019, se registró en un 34,21% la autoría femenina, mientras que en el mismo periodo de este año, el porcentaje es de un 22,2%. En otro repositorio analizado, SocArXiv, fue del 31,46% en esos meses del año pasado mientras que en los mismos de 2020 cayó al 22,75%.
Los autores y la autora de este estudio también señalan la importancia de contar con mujeres en la investigación sobre la COVID-19: «Si las mujeres y las minorías están ausentes en la investigación sobre COVID-19, puede perjudicar al énfasis en aspectos del virus que son particularmente importantes para cierta parte de la población».