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“Vinieron a matar a las madres”
El ataque a la maternidad de MSF en Kabul, en Afganistán, fue deliberado con el único propósito de asesinar a sangre fría a las madres que estaban allí. Los disparos y explosiones duraron cuatro horas y mataron a 24 personas: entre ellas, 11 madres, dos niños y una matrona de MSF.
Comunicado de Médicos Sin Fronteras
Kabul, 15 de mayo del 2020. – Tres días después del ataque al hospital Dashte Barchi en Kabul, ha quedado claro que lo que sucedió allí el 12 de mayo fue un ataque deliberado a la maternidad de un hospital con el propósito de matar a sangre fría a las madres que estaban allí. «Volví un día después del ataque y, lo que vi en la maternidad demuestra que fue un tiroteo sistemático contra las madres que allí se encontraban», asevera Frederic Bonnot, coordinador de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Afganistán. “Pasaron por las habitaciones de la maternidad, disparando a las mujeres mientras ellas estaban en sus camas. Fue metódico. Las paredes están salpicadas de balas, había sangre en el suelo de las habitaciones, vehículos quemados y ventanas con disparos».
Las cifras oficiales indican que 24 personas murieron y al menos 20 más resultaron heridas, la mayoría de ellas, pacientes. MSF, que ha apoyado esta instalación durante los últimos seis años, puede confirmar que 26 madres se encontraban hospitalizadas en el momento del ataque, y que 10 lograron encontrar refugio en habitaciones seguras junto con muchos trabajadores sanitarios.
Ninguna de las 16 madres que permanecieron expuestas al ataque se salvó: 11 fueron asesinadas, tres de ellas en la sala de partos con sus bebés no nacidos y otras cinco resultaron heridas. Entre los muertos hay dos niños y una comadrona afgana de MSF. Dos bebés recién nacidos resultaron heridos, uno de ellos fue trasladado a otro hospital para una cirugía de urgencia tras un disparo en la pierna, al igual tres de trabajadores locales de MSF.
Los atacantes, cuyo número aún se desconoce, irrumpieron en el hospital por la puerta principal poco después de las 10 de la mañana. Había otros edificios y salas más cerca de la entrada pero, según el testimonio de personal de MSF presente en el momento del ataque, los asaltantes fueron directamente a la sala de maternidad apoyada por MSF. Lo que siguió fueron cuatro horas de infierno, lo que duró el ataque, mientras que los pacientes y el personal buscaron refugio.
«Durante el ataque, desde la habitación segura escuchamos disparos por todas partes y explosiones también», explica Frederic Bonnot. «Es impactante. Sabemos que este área ha sufrido ataques en el pasado, pero nadie podía creer que atacarían a una maternidad. Vinieron a matar a las madres”.
102 integrantes del personal nacional de MSF estaban trabajando junto a varios trabajadores del personal internacional. Durante el caos del ataque, el conteo de los pacientes y el personal presente en el hospital se volvió extremadamente difícil, ya que las personas corrían por su seguridad y muchos otros fueron remitidos rápidamente a otros hospitales. «Este país está, tristemente, acostumbrado a presenciar eventos horribles», lamenta Bonnot. «Pero no hay palabras para describir lo que sucedió el martes».
MSF empezó a trabajar en Afganistán en 1980, pero se ausentó del país entre 2004 y 2009 después del asesinato de cinco trabajadores en la provincia de Badghis. En 2019, la organización contaba con siete proyectos en seis provincias del país y realizó más de 100.000 consultas externas, asistió más de 60.000 partos y realizó casi 10.000 intervenciones quirúrgicas. Para su trabajo en Afganistán, MSF no acepta fondos de ningún gobierno y depende completamente de las donaciones del público en general.
Es muy impactante que la sociedad hoy en dia se comporte asi, gracias a Dios no fue una masacre tan grande pero los responsables deben pagar por las vidas que arrebataron, si yo fuera ustedes empezaría investigando la conexión de esas madres con los atacantes, o si los bebes serian hijos de algún mafioso o si traerian problemas a alguna persona.