Arantxa Tirado: “No hay auténtica libertad ni seguridad para la clase trabajadora”

Este artículo está publicado en #LaMarea76, correspondiente a los meses de mayo y junio. Puedes conseguirla aquí.

La fama se la ha llevado la Constitución de diciembre del 78, pero si hablamos del modelo social de Estado en el que llevamos viviendo más de cuatro décadas, la clave estuvo un año antes. En los Pactos de La Moncloa se eliminaron las barreras a la libertad –de prensa, de expresión, de reunión– de la dictadura franquista y se acordó que la potencia del movimiento obrero estaría canalizada verticalmente, tutelada, por los partidos y sindicatos de izquierda. La democracia de mercado sería intocable y, en compensación, se abría el camino a una reforma fiscal que empezaría a apuntalar el Estado del bienestar español. En pocas palabras, y en teoría, este país no iba a ser ni un soviet soleado ni tampoco un coto ultraliberal. 

La vieja tensión política entre libertad civil e individual y seguridad material y colectiva, que capitalismo y socialismo real habían resuelto cada una tirando hacia un extremo, ha vuelto a ponerse de manifiesto con la pandemia. Más en concreto, con uno de sus efectos secundarios masivos: el confinamiento. Estamos encerrados en nuestras casas mientras perdemos, a la vez, el trabajo o tememos hacerlo cuando todo acabe. Hablamos de estas cuestiones con la politóloga Arantxa Tirado. “La libertad no es un valor absoluto que se dé en un vacío, se da en un contexto social determinado y, como sabemos, en el capitalismo la ‘libertad’ es un término que hay que relativizar”, matiza Tirado. 

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