Medio ambiente
La reducción del tráfico mejora la calidad del aire: la contaminación cae un 55% en la última quincena
Durante el estado de alarma se han registrado los niveles más bajos de dióxido de nitrógeno para este periodo en la última década, según datos de un informe de Ecologistas en Acción.
Desde que se declaró el estado de alarma por la crisis del coronavirus, el pasado 14 de marzo, se han reducido «drásticamente» los niveles de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno —NO2— en las principales ciudades españolas. Esta es una de las conclusiones del informe Efectos de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España, elaborado por Ecologistas en Acción. Esta reducción se ha cuantificado en un 55% respecto a los niveles de contaminación habituales en estas fechas y registrados durante la última década. Así, los niveles de NO2 registrados durante la segunda quincena de marzo son los más bajos para este periodo de los últimos 20 años en las 24 ciudades españolas analizadas en el estudio.
El dióxido de nitrógeno es el contaminante típico emitido por los tubos de escape de los automóviles y también por las calderas industriales y domésticas, por lo que, recuerdan desde Ecologistas en Acción, su evolución está directamente ligada a las emisiones de tráfico motorizado, muy presente en las ciudades y el principal factor que influye en la calidad el aire urbano. Los datos, según la organización, corroboran que «la reducción estructural del tráfico motorizado y los cambios en las pautas de movilidad son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades». «Sin olvidar que esto se ha producido en el marco de una situación extrema, en absoluto deseable, que está originando muertes y graves problemas a muchísimas personas», añaden desde Ecologistas en Acción.
Otras apreciaciones que hace el informe: por territorios, la reducción es menor en las ciudades de la cornisa cantábrica, «debida quizás a factores meteorológicos no identificados», explican. Las ciudades del litoral mediterráneo, por otra parte, son las que más han rebajado los niveles de NO2, «hasta concentraciones en ocaciones propias de estaciones rurales de fondo», detalla el estudio. Según el mismo, las precipitaciones y la inestabilidad atmosférica predominantes durante el mes de marzo también «han contribuido de manera importante» en la mejora de la calidad general del aire.
«Una vez se salga de esta dura crisis, del confinamiento y las limitaciones a la circulación de las personas, esta constatación debería marcar las políticas de movilidad urbana, implantando zonas de bajas emisiones ambiciosas, recuperando el transporte público y potenciando la bicicleta y el tránsito peatonal como medios de transporte alternativos al vehículo a motor privado», concluyen desde Ecologistas en Acción.