Economía
El paro delata la temporalidad del mercado laboral y el trabajo esencial femenino
Hay 302.265 nuevas personas desempleadas en marzo respecto a febrero, un 9,31% más. El aumento del paro femenino se reduce a la mitad frente al masculino.
Son unas cifras tremendas, pero son excepcionales, ha afirmado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sobre la dramática subida del paro en el último mes como consecuencia de la crisis del coronavirus: 302.265 nuevas personas desempleadas en marzo respecto a febrero, un 9,31%, la mayor subida de la historia. Este incremento sitúa la cifra total en 3.548.312 parados. Además, en la última quincena, la afiliación a la Seguridad Social se desplomó en 898.822 personas.
Pero los datos no solo ponen de manifiesto la nefasta situación en la que nos encontramos, sino el nefasto escenario del que venimos: «Éramos los campeones de la temporalidad», ha añadido la ministra en una extensa rueda de prensa. En resumen, lo que ha intentado explicar Díaz es que estas cifras delatan el déficit estructural del mercado de trabajo en España: la parcialidad y la precariedad. «Y estas políticas están ahora intentando amortiguar este fallo estructural», ha concluido tras defender los ERTE como la herramienta clave para impedir la destrucción de empleo: no se despide a nadie, están en alta y cobran una prestación.
El mayor aumento del paro –en un mes que se prepara tradicionalmente para la llegada del turismo– se ha producido en la agricultura –que suma 6.520 desempleados más (un 4,26% más), la industria –25.194 personas (9,15%)–, la construcción –59.551 desempleados (22,92%)– y el sector servicios, donde se incrementa más en términos absolutos, con 206.016 (un 8,97%) nuevos inscritos.
Esto se traduce en un mayor aumento del paro masculino, que ha ascendido un 13,26% (178.967 desempleados más) y en un ritmo de crecimiento que duplica el aumento del desempleo femenino (6,5%). Según los últimos datos aportados por Trabajo, hay 1.528.942 desempleados y, pese a que el incremento ha sido menor para ellas, 2.019.370 mujeres desempleadas.
La crisis del coronavirus ha puesto en evidencia muchas cuestiones relegadas incluso por las propias administraciones, como el subsidio por desempleo para las empleadas de hogar. Pero sobre todo, ha sacado a la luz el carácter esencial de los trabajos invisibles como el de las limpiadoras, cajeras, cuidadoras o enfermeras, sectores compuestos mayoritariamente por mujeres que en mitad de esta crisis continúan trabajando, y que vienen sufriendo buena parte de esa temporalidad y precariedad de la que hablaba la ministra.
«Las mujeres en la crisis de 2008 fueron las que más sufrieron en aquellos sectores de menor valorización social que ahora estamos viendo que son esenciales para mantener la pirámide productiva y los servicios primarios. Pero no olvidemos que son sectores con un empleo precario, con unas jornadas que no se computan totalmente, trabajos que siguen estando vigentes y que son imprescindibles en esta crisis sanitaria», explica la secretaria general de CCOO en Andalucía, Nuria López, que destaca, además, los trabajos desempeñados mayoritariamente por mujeres que no entran en las estadísticas porque ni siquiera estaban dadas de alta o trabajaban más horas de las que ponía su contrato. «Si caen esos ‘contratos’ no entran en los datos públicos porque no estaban computados, estaban ocultos en esa cara b de la economía. En el sector de la hostelería, la estacionalidad castigaba estos empleos y ahora los hace todavía más invisibles», señala. Y apunta: «Muchos empleos se pueden llegar a salvar por esos ERTE y porque ha aparecido el teletrabajo. Pero para las limpiadoras no hay teletrabajo».
Abogada laboralista como la ministra, Nuria López coincide en el diagnóstico: «Esto demuestra que teníamos una estructura productiva poco sólida, como veníamos denunciando. Pero a diferencia de la crisis de 2008, ahora se están poniendo mecanismos en marcha por parte del Gobierno que supondrán que, cuando esto acabe y volvamos, estemos todos, los trabajadores y las empresas. Esto puede permitir que si la pandemia se controla pronto, la actividad vaya generando una nueva sinergia».
López aboga por planear unos «pactos de Estado o reconstrucción» que permitan poner los cimientos para crecer de otra manera: «Los países que tienen estructuras sólidas de Estado y de servicios públicos fuertes son más capaces de sostener la crisis que los que han hecho de la mercantilización y la privatización su bandera». Y esto –asegura– también se ve dentro del país: «Comunidades autónomas que habían privatizado, como Madrid, están soportando peor la crisis que comunidades que, a pesar de que se habían hecho destrozos, la estructura nuclear de los servicios públicos se mantenía. En Andalucía nos preocupa que el Gobierno [PP y Ciudadanos] haya confundido el mando único en la autoridad sanitaria con el 155 para dejar de hacer sus funciones», concluye.
Julio Anguita: “Si hacemos una reedición de los Pactos de la Moncloa, mal lo van a pasar los trabajadores”.
…todo el discurso neoliberal de que el Estado no sirve y lo importante es la iniciativa privada se ha venido abajo. Hoy, todo el mundo, empezando por el capital privado, las empresas privadas, las que han sido privatizadas, piden que el papá Estado intervenga. Eso sí, algunos lo piden con un gran descaro, porque mantienen que el Estado asuma los salarios de los empleados de las empresas y después que se bajen los impuestos.
Estoy viendo con inquietud que se quiere ir a unos nuevos Pactos de la Moncloa, a mí esto me preocupa. Si hacemos una reedición de los Pactos de la Moncloa, mal lo van a pasar los trabajadores, sobre todo los precarios y toda la gente que en estos momentos está malviviendo.
… todo el sistema laboral español, la industria española y el sustrato económico está montado sobre bases falsas. Todo sobre un trabajo en precario, que es el que más está padeciendo esto. ¿Qué tipo de empresas son las que hay? Esto nos obliga a todos a replantear otra forma de pensar, incluso a dónde va la Unión Europea. Esto no se puede dilucidar de un día para otro, pero nos obliga a pensar que volver otra vez a lo que había es imposible.
(Julio Anguita «Cuarto Poder»)