El turno de oficio, ese desconocido servicio público

Seguramente usted no lo sepa pero si es trabajador tiene derecho a un abogado gratis para demandar a su empresa. Del mismo modo, si le detienen y no designa ningún abogado, tendrá derecho a que le designen uno. Incluso si cumple unos requisitos será gratis. También sirve para acusar.

Lo que también es muy probable que no sepa es que estos abogados pondrán todos sus medios por adelantado, su coche, su combustible, su documentación y su tiempo, para poder atenderle. Lo rematadamente difícil que sepa es que este es un servicio público que se paga con los impuestos. Más rocambolesco aún sería que usted supiera las grandes dificultades de este servicio público.

La Justicia Gratuita —abogado del turno de oficio gratis— se declara después de la asistencia. Así alguien puede tener abogado del turno de oficio que le haya asistido en Comisaría, pero que le hayan denegado la Justicia Gratuita, por lo que tendrá que pagar al abogado. Aquí el abogado del turno de oficio encuentra su primer problema: en algunos casos no le pagan y tiene que perseguir al cliente que le denegaron la Justicia Gratuita. 

La abogacía está pidiendo ahora mismo dos cuestiones. La primera, que, si se designa del turno de oficio, sea el turno de oficio quien pague y sea la Administración Pública quien tenga que perseguir a la persona que se le haya denegado la Justicia Gratuita. La segunda es que se pague a tiempo y no como ha llegado a ocurrir, con un año de retraso.

Ante estos hechos se han ido convocando diversas concentraciones “togadas”. La última el 28 de febrero. Vestidos como en el Juzgado, abogados y abogadas de toda España se concentraron frente a las Cortes.

El debate de fondo es más complejo. La abogacía es un sector residualmente gremial. De las últimas profesiones de artesanos en la que la lógica del capitalismo tardó más en entrar. Cerca del 85% de los abogados está en pequeños despachos. Pero los grandes despachos van acumulando capital y transformando a muchos abogados en asalariados como el resto. De esos que echan multitud de horas y no las cobran. Eso les permite jugar con los precios y presionar más a sus competidores de despachos pequeños.

Hace poco se privatizó un servicio público. El SOJ municipal de Madrid. En España aún no es frecuente pero el concepto pro bono se está intentando desarrollar. De hecho en junio de 2018 varios de los despachos más grandes se juntaron para crear una fundación con la excusa de atender a todo el mundo. Como si eso no lo hiciese ya el turno de oficio. La antesala de la privatización, como se hizo con el SOJ o como se hace con multitud de otros servicios públicos como la sanidad, la educación o la limpieza viaria.

La abogacía tiene que seguir peleando en la defensa del turno de oficio. Pero tiene que comprender que si pretende desarrollar esta pelea sola, preocupada casi en exclusiva de sus condiciones laborales, está condenada al fracaso. El reto que tiene que enfrentar es sumar a más actores sociales. A sindicatos de clase, asociaciones de vecinos, grupos estudiantiles, y en conjunto a la mayoría de la sociedad, especialmente la que tiene menos capacidad económica, en la defensa de este servicio.

Imaginen qué mundo tan terrible uno en el que no existiese el turno de oficio y la defensa de alguien sin recursos se supeditase al despacho profesional que correspondiese y que pudiera tener clientes con intereses contrapuestos. Terrible y también terrorífico.

Víctor Llanos es abogado.