Sociedad
Cómo organizar la despensa sin acaparar para una cuarentena
Los hábitos de consumo y alimentación no escapan de la responsabilidad a la que tanto se apela en las últimas horas, tras el cambio de escenario por los contagios de coronavirus. Más aun para quienes tengan que llevar a cabo una cuarentena en sus casas. Organizar una despensa que satisfaga las necesidades nutricionales sin caer en compras nerviosas no solo es importante en una situación como esta, sino en otras que podrían darse, como un pulso electromagnético, un caos climático descontrolado u otros casos de fuerza mayor.
El nutricionista y especialista en sostenibilidad alimentaria Alejandro Moruno, consultado por La Marea sobre esta cuestión, apunta a dos principales problemas que se están dando estos días. Por un lado, la falta de información. «No es algo que esté en el candelero informativo ahora mismo y sí debería, sobre todo desde el punto de vista de la responsabilidad», señala. Moruno señala también una mayor implicación por parte de las autoridades si la situación va a más: «Mensajes, campañas y presencia activa en los supermercados –que son los grandes centros de consumo–».
Además, sobre el acaparamiento de productos, el experto observa «un sesgo de clase». Quienes más tienen son quienes más acaparan. «En situaciones de crisis siempre ocurren este tipo de cosas, por lo que debe haber una regulación por parte del Gobierno –o un control, si no da tiempo a regular– para establecer límites en cuanto a litros de aceite, litros de agua, por compra y persona; establecer algún tipo de baremo», explica Moruno, en caso de que la situación se complicase. Por ahora, el Gobierno descarta que haya problemas de desabastecimiento en España. Paralelamente, el nutricionista considera la organización en los barrios como una herramienta «para intentar evitar el acaparamiento de cualquier producto que sea de necesidad básica».
Recomendaciones
¿Qué podemos hacer entonces si nos enfrentamos a una cuarentena? Lo primero que destaca Moruno es «valorar la previsión temporal del encierro». En función de eso, «hay que tener en cuenta qué productos frescos nos van a ser de mayor interés», teniendo en cuenta limitaciones a la hora de pagar o de cargar el peso de la compra. «En el escenario del que hablamos ahora, lo más probable es que se trate de una cuarentena de unas semanas, un periodo no muy largo, por lo que se pueden comprar productos frescos, que duran unos 15 días en refrigeración», detalla el experto. Las manzanas, por ejemplo, se conservan bien durante ese tiempo y los huevos pueden durar casi un mes en el frigorífico. No obstante, el nutricionista recomienda también hacer cremas de verduras y congelarlas –sin añadir patata, puesto que empeora la receta al congelarla– o, en un caso más extremo –un periodo más largo de cuarentena–, hacer conservas de frutas –mandarinas, fresas, limones o espárragos–.
Sobre otros tipos de productos, Moruno aconseja comprar alimentos que tengan una gran densidad calórica. Sobre todo, «porque el espacio es finito, normalmente vivimos en un piso«. En este sentido, menciona, en especial, legumbres. «Cualquier tipo de legumbre viene en botes –no platos preparados como la fabada, sino botes de conserva–; algunos de ellos vienen ya con verduras: ahí tenemos además una fuente adicional de vitaminas, minerales y fibra», añade. Si se consume carne o pescado, el experto recomienda las conservas de pescado al natural o en aceite de oliva, más saludable que otros tipos de aceite, y que aportan Omega 3. La carne, mejor fresca. «Los procesados no son recomendables en el día a día y aquí estamos hablando de abastecerse con alimentos de primera necesidad», recuerda Moruno.
Hay productos, además, que se pueden deshidratar, como las frutas, y otros que se cocinan con agua, como el arroz –y mejor si es integral, para que aporte fibra, según Moruno–. Otro alimento no perecedero son los frutos secos, que aportan fibra, minerales y son una fuente proteica de calidad. Otro aspecto a tener en cuenta es, para este experto, «que no vamos a tener un ejercicio habitual». «Las cantidades pueden ser más o menos las habituales, reduciendo un poco las raciones ya que según avancen los días, el metabolismo irá bajando al no ser la actividad la misma ni los picos de intensidad metabólica del día los mismos que en condiciones normales», explica. Una consideración particular para quienes tengan sobrepeso o tendencia a ello.
En cuanto a las personas mayores, «es importante que tengan un balance proteico adecuado que se consigue con legumbres o frutos secos; la proteína del garbanzo, por ejemplo, es aporte de proteína completa». Para obtener calcio, las judías blancas o las judías verdes; y verduras de hoja verde para el hierro. Moruno específica que «si se prescinde de la leche durante esos días no pasa nada, ni siquiera es imprescindible comprarla en polvo, aunque puede ser una buena opción porque ocupa poco espacio».
así, COMO DIFICIL, suministrarse de alimentos en casos de emergencia.
Me digo yo que en las ciudades, dónde la gente vive como en colmenas, debe ser más fácil contagiarse, así como suministrarse de alimentos en casos de emergencia.
Mis progenitores contaban que en la guerra del 36/39 contra el fascismo la gente de las ciudades que estaba siendo bombardeadas, que pasaban hambre, mandaba a los niños con la familia del pueblo dónde haber no había una peseta pero hambre no se pasaba. La Madre Tierra es generosa, tiene recursos para todos sus hijos.
El campo, proveedor de todo lo que necesita el ser humano para cubrir sus necesidades está vaciado y las muchedumbres están en las ciudades viviendo artificialmente.
El mundo al revés.
Las dificultades, las situaciones límites, a veces nos enseñan a distinguir lo necesario de lo secundario, a vivir con más sencillez, naturalidad y sabiduría.