Opinión

Pobres, pobres

Niñas de la comunidad wichí, en Salta, Argentina. REUTERS

La mirada’ es una sección de ‘La Marea’ en la que diversas autoras y autores ponen el foco en la actualidad desde otro punto de vista a partir de una fotografía. Puedes leer todas las de José Ovejero aquí.

La semana que viene celebraremos un aniversario importante. El 13 de marzo de 2020 se cumplen veinticinco años desde que se celebró en Copenhague la Cumbre mundial sobre el desarrollo social, en la que los representantes de 185 países se comprometieron a erradicar la pobreza en el mundo. Y este mismo año se celebra también el quinto aniversario de la Agenda para un desarrollo sostenible, que concretaba el compromiso de erradicar la pobreza extrema para el 2030 y reducir a la mitad el número de personas que viven en la pobreza.

Me vienen a la cabeza estos compromisos al leer un reportaje sobre la situación en la que se encuentran los wichí, que habitan sobre todo en la provincia de Salta, en el norte de Argentina. También quedan unos pocos en el sur de Bolivia; para los que vivían en Paraguay leo un interesante eufemismo: se extinguieron. 

Hasta ayer no sabía nada de los wichí. Ni siquiera que existían. La noticia que me ha llevado a informarme decía que desde el inicio del año han muerto más de diez niños de esta pequeña comunidad, la mayoría por desnutrición. Leo también que viven en la pobreza más absoluta. Esta población que durante siglos se dedicaba principalmente a la caza, la pesca y la recolección ha ido siendo expulsada de sus tierras; ganaderos y agricultores destruyen los bosques, hombres armados los desalojan con violencia, sin que el gobierno haya hecho gran cosa para evitarlo; de hecho, el gobierno de Salta quitó el estatus de reserva natural a un territorio de los wichí y se lo vendió a dos empresas agrícolas. Los wichí, hoy, viven en la indigencia más absoluta, bien en sus territorios ancestrales, bien en las villas miseria en las que han buscado refugio.

He aprendido que nuestros juicios no deben basarse en emociones ni en impresiones. Que las apariencias engañan. Que no debemos creer en el calentamiento global porque en nuestra corta experiencia hayamos asistido a un incremento de las temperaturas en la región en la que vivimos ni que la pobreza aumenta porque en nuestra ciudad veamos a más personas sin techo. Hay que buscar datos, no someternos a nuestros prejuicios. Ya lo decía Leonard Cohen: I don’t trust my inner feelings/inner feelings come and go. Yo siempre hago caso a Leonard. Así que busco datos para entender la situación de la pobreza mundial y si los wichís son la famosa excepción que confirmaría una mejora global, si de verdad estamos ante la posibilidad de erradicar la pobreza extrema en los próximos diez años.

Según las estadísticas del Banco Mundial estaríamos muy cerca de conseguirlo. Desde 1995 el porcentaje de personas viviendo en pobreza extrema ha pasado de aproximadamente un 30% a un 10 % de la población mundial. ¿Qué es la pobreza extrema? Contar con menos de 1,90 dólares al día, es decir, unos cincuenta euros al mes, es decir también, una cantidad en la que en la inmensa mayoría de los países resulta imposible sobrevivir. Puede que ni siquiera los wichís entren en esa categoría.

Para tener una visión más realista de la pobreza en el mundo, el mismo Banco Mundial propuso usar un umbral de 5,5 dólares diarios para definir la pobreza extrema –también para tener en cuenta la inflación, aunque el objetivo de erradicación sigue basándose en el monto inicial–, y entonces nos encontramos con que casi la mitad de la población mundial se encuentra por debajo de esos ingresos. Como de costumbre, las mujeres salen peor paradas que los hombres. Para colmo, la brecha entre los más pobres y los más ricos se está agrandando… no, no es solo la impresión de un ciudadano crítico con el capitalismo, de un perroflauta incapaz de reconocer el progreso, no son mis inner feelings: en 2018, la riqueza (sic) de la mitad de la población más pobre del planeta se redujo en un 11%.

No quiero ser yo el aguafiestas de turno: hay datos por los que alegrarse, es cierto, como los que indican un mejor acceso al agua potable, a la sanidad y a la educación de las poblaciones más desfavorecidas. Pero mi cascarrabias interior me recuerda que también hay datos por los que preocuparse, como la creciente degradación medioambiental cuyas consecuencias sufren más los más pobres. Y si de verdad se llegase a la erradicación de la pobreza extrema, aunque cualquier mejora sea para celebrarla, tampoco debemos olvidar que esa es la parte fácil de la tarea: basta la mitad del dinero oculto en paraísos fiscales para financiar tal proeza. Lo difícil, lo verdaderamente difícil, sería conseguir condiciones de vida dignas para esa mitad de la población que malvive con cinco euros diarios.  En España son más de un millón de personas. Los wichís no están tan lejos como pensamos.

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Comentarios
  1. COLOMBIA: CORRUPCION Y POBREZA.
    “Colombia sigue siendo el país con el mayor número de defensores asesinados en América latina”
    “las personas defensoras son asesinadas y violentadas por implementar la paz; oponerse a los intereses del crimen organizado, las economías ilegales, la corrupción y la tenencia ilícita de la tierra; y por proteger sus comunidades. Asimismo, el documento refiere que las defensoras de derechos humanos son propensas a ser “objeto de violaciones específicas de género y sus familias son también el blanco de ataques”.
    Al mismo tiempo salen a la luz unas comprometedoras imágenes de Iván Duque al lado de un poderoso narcotraficante colombiano que financió su campaña.
    Iván Duque, quedó al descubierto, luego que salieran a la luz pública unas fotografías, en compañía del poderoso narcotraficante José Guillermo Hernández, alias el ‘Ñeñe’ Hernández, quien además de ser su amigo personal, fue uno de los principales financistas de la campaña del narco presidente de Colombia.
    José Guillermo Hernández, alias el ‘Ñeñe’ Hernández, fue el principal testaferro del cartel más poderoso de la Costa Caribe. Hoy el ‘Neñe’ está en boca de todos por la investigación publicada por el periodista Gonzalo Guillen y que lo sindican de haber desviado dineros de la campaña de Vargas Lleras para comprar votos por orden de Álvaro Uribe Vélez en favor del Iván Duque, actual presidente de Colombia.
    (Canarias Semanal)

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