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El petróleo y las guerras
El autor reflexiona a raíz del reportaje 'La industria de la represión al servicio del control social' de Patricia Simón, publicado en el nº 74 de 'La Marea'.
La revista nº 74 de La Marea me parece magnífica, pero el estupendo artículo de Patricia Simón La industria de la represión al servicio del control social me ha sugerido algunas reflexiones que me parecen interesantes pero que suelen pasar desapercibidas para la mayoría de los ciudadanos debido a la falta de información y la manipulación mediática.
Menciona Patricia Simón en el artículo referido, que la Agencia Internacional de la Energía ha anunciado una gran crisis energética en 2025 por el encarecimiento del petróleo. Eso provocará un racionamiento del mismo que será explosivo socialmente, alerta José Luis Gordillo, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Continúa Patricia Simón que “en este escenario [apunta Gordillo] los países del Norte tendrán que elegir entre un reparto igualitario de los recursos o la ética del bote salvavidas, una teoría del biólogo estadounidense Garret Hardin según la cual, ante el naufragio hacia el que nos encaminamos, habrá de primar el sálvese quien pueda”. Precisamente esta teoría coincide con lo dicho por la eminente investigadora social y ecologista Yayo Herrero en la charla que dio en la sede de la ONCE en Madrid el pasado 29 de enero, cuando afirmaba que ya hemos pasado el pico del petróleo y su escasez en el futuro, cada vez más evidente, va a generar el quiebre de este modelo de sociedad; esta escasez, continuaba, nos permite entender las guerras de Irak, Libia, Siria, Venezuela, etc.
A la luz de todo esto se puede entender, por ejemplo, el conflicto de Venezuela, que no viene dado por si hubo fraude o no en las elecciones en las que fue elegido presidente Nicolas Maduro, sino en el control del preciado oro negro, del que este país tiene las mayores reservas mundiales, y que el Gobierno de Venezuela no permite que sea expoliado por las grandes multinacionales del sector y cuya explotación sigue estando en manos del estado venezolano. No está saliendo bien la jugada de proclamar presidente encargado al títere Guaidó. Este sí ofreció si llegaba al poder, barra libre para que los poderes económicos y financieros pudieran extraer todos los recursos del país si llegaba al poder. No solo el petróleo, también el oro, el cobalto o el coltán. También es cierto que hay otra causa en este conflicto y es la de no permitir de ninguna manera una transición al socialismo en un proceso democrático. Ya abortaron el proceso chileno de Allende y ahora lo intentan con Venezuela, aunque en este caso tienen un problema y es que en Chile el ejército traicionó al pueblo y al gobierno chileno, pero en Venezuela el ejército se mantiene fiel al pueblo y a las autoridades elegidas democráticamente por los ciudadanos.
Pero hay otra cuestión que es muy inquietante y que está pasando desapercibida por la clara ocultación de los grandes poderes mediáticos y es el tema de Siria. En el sudoeste de Idleb y cerca de los pozos petrolíferos, una zona todavía controlada por los yihadistas que aún resisten allí, hay tropas de Estados Unidos, que en una clara violación de la legalidad internacional —pues su presencia allí es una invasión de un territorio extranjero— está impidiendo el avance de las tropas del gobierno sirio y del ejército ruso. Muchos piensan que están protegiendo a los terroristas de ISIS y claramente intentan controlar los pozos petrolíferos de la zona. Hay que decir también que los rusos están allí a petición del gobierno sirio. Ya ha habido varios encuentros entre las tropas rusas y las de EE. UU. Aunque hasta ahora se han resuelto por medios pacíficos, podrían desembocar en un conflicto de grandes dimensiones.
En este escenario de crisis del petróleo, sabiendo cómo funciona el capitalismo salvaje y de acuerdo con la teoría del bote salvavidas, no sería impensable que los conflictos bélicos, especialmente los de Siria y Venezuela se agravaran enormemente con consecuencias inimaginables.
Chapeau, Pedro.
Gracias por hablar, por no ser uno más de la turba callada frente a las tropelías, engaños y manipulaciones de las mafias del capital, gracias porque me siento representado en tu artículo que yo no sabría expresar con la claridad y dotes periodísticas que tú tienes.