Opinión
De Lavapiés a Nuevos Ministerios
El autor realiza un recorrido metafórico por el Metro: desde el 15-M hasta el Gobierno de coalición.
Cada mañana miles y miles de estudiantes, trabajadoras, parados o jubiladas utilizan el, cada vez más devaluado, transporte público para conseguir llegar a tiempo a su destino.
Una mañana de 2014, un variopinto grupo de ellos, hartos de la pésima gestión, del alto precio a pagar por un mal servicio, del mal funcionamiento del sistema y de las continuas incidencias, decidieron ir más allá de las quejas y dar un paso adelante, comenzar un viaje para exigir unas mejoras que la sociedad estaba pidiendo desde hacía ya bastante tiempo.
Un viaje que comenzaron en Lavapiés. Desde allí la línea amarilla, la línea 3 del Metro de Madrid, les permitía ir de un barrio humilde, obrero y multicultural, hasta la mismísima Moncloa, en solo 6 paradas. Un recorrido rápido, sin transbordos.
Su primera parada fue en la mítica estación de Sol.
Una parada que se alargó bastante, pero que aprovecharon para darse a conocer en todo el mundo y para sumar a miles de personas entusiasmadas con su viaje. Un éxito total. El destino soñado, Moncloa, parecía cada vez más cerca.
Pero al volver a retomar el viaje, en esos vagones, que estaban ya abarrotados de gente, ocurrió lo normal: empujones, malas caras y algunos encontronazos por conseguir uno de los pocos asientos libres.
Aún tuvieron que hacer dos paradas más fuera la ruta prevista, ambas en Vistalegre, línea verde del Metro, y que dejaron bastantes viajeros en el andén, y la sensación de que Moncloa estaba cada vez más lejos que nunca.
Durante este tiempo pasaron varios trenes, algunos incluso vacíos, lo que les dio esperanzas para seguir hasta su destino… Pero eran de los que no admitían viajeros.
Como saben los usuarios del Metro y de Cercanías, el tiempo de espera en el andén corrobora la teoría de la relatividad de Einstein, el tiempo es muy relativo. Al final, lo que parecía un trayecto rápido se ha convertido en una odisea digna de ser contada en un poema épico por Homero. Un trayecto de 6 años de duración, que para algunos se ha hecho eterno y para otros demasiado rápido, y que, por ahora, ha acabado en Nuevos Ministerios.
Desde Nuevos Ministerios, utilizando la línea 6, la Moncloa está ahora a solo 5 estaciones; aunque hay que tener mucho cuidado. En esa ruta después de Nuevos Ministerios tenemos Cuatro Caminos (una tentación muy fuerte para la, hasta ahora, siempre dividida izquierda española) y a continuación, Ciudad Universitaria, para muchos, un recuerdo de sus inicios en la enseñanza, que les puede llevar a replantearse el precio a pagar, o incluso a hacer una parada nostálgica.
Pero lo más peligroso de la línea 6 es que es circular. Si te confías o te descuidas y te pasas de parada, puedes acabar mucho más lejos de donde estabas en un principio y tener que dar la vuelta entera, otra vez, para llegar a tu destino.
Y no olvidemos que, desde Colón, también llegan los viajeros de la línea 4, la línea marrón; aunque, por el momento, la línea está cerrada por trabajos de renovación y mejora y el servicio alternativo va con retrasos y no funciona demasiado bien.
Sus usuarios están muy cabreados y muy frustrados por la cancelación de una línea que ellos pensaban que les iba a poner en el sitio que siempre les ha correspondido por cercanía, a las puertas de Moncloa.
Pero en unos meses volverá a funcionar y eso pone a sus usuarios también a 5 estaciones de su cita con la Moncloa, con solo un pequeño transbordo.
Aunque los viajeros que iniciaron el trayecto juntos, en Colón, tienen poca experiencia en la utilización del transporte público. Son más partidarios de los vehículos particulares.
¿Tendremos continuación del trayecto desde Nuevos Ministerios hasta Moncloa? Aún no lo sabemos, pero hay que ser más cautelosos que nunca, es ésta una estación larga y en curva y conviene recordar el ya famoso mensaje de precaución que suena en los vagones por megafonía:
“Tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén”.
Y para acabar, una última metáfora sobre transporte público, la que daba nombre a uno de los más famosos discos de Manu Chao, de hace ya casi 20 años, pero que sigue teniendo un mensaje muy actual: “Próxima estación, Esperanza”.
Antes del 15M hubo vida y más inteligente y que sigue después del 15M.
¿Dónde están las lumbreras con sus ingeniosas frases ¿eran suyas?, flores de un día que fué el 15M?.
POR LXS QUE HAN LUCHADO Y SIGUEN LUCHANDO TODA LA VIDA:
“Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.”
(Bertolt Brecht)