Política
Lo siento, pero todas somos (un poco) Meghan y Harry
"Tener la posibilidad de elegir ya es un privilegio. La cosa será cuánto hagamos para que la Reina, la Commonwealth y nuestros patrocinios, simplemente, dejen de existir", reflexiona Laura Casielles sobre la renuncia de los príncipes de Sussex.
‘La mirada’ es una sección de ‘La Marea’ en la que diversas autoras y autores ponen el foco en la actualidad desde otro punto de vista a partir de una fotografía. Puedes leer todos los artículos de Laura Casielles aquí.
Con gracias a Isabel Cadenas Cañón, por compartir una conversación de papel cuché que derivó aquí:
Lo dicen a todo color los telediarios: los príncipes de Inglaterra renuncian a sus privilegios. Porque quieren ser independientes económicamente, explican. Harry y Meghan, esa atractiva pareja, dan un “paso al lado” respecto a la familia real para buscarse la vida. La voluntad de preservar su intimidad y cierto desacuerdo con las férreas normas Windsor les han llevado a ello –cuentan los titulares– tras seis semanas dándole vueltas al asunto en un retiro vacacional. Aclaran, eso sí, que mantienen su lealtad «hacia la Reina, hacia la Commonwealth y hacia sus patrocinios”.
Las estrategias de comunicación de los príncipes de Inglaterra no me pueden importar menos, y la contradicción entre su relato y sus cuentas bancarias es simplemente demasiado obvia como para darle muchas vueltas. Pero las fábulas siempre ayudan a contar otros cuentos. El cuento, por ejemplo, de qué tenemos de príncipes de Inglaterra cada una y cada uno de nosotros.
La palabra “privilegio” es una de las que se nos han puesto en la boca en estos años. Entre las cosas que vamos aprendiendo colectivamente está la de que vivimos en un mundo que sitúa necesariamente abajo a unas personas para que otras estén arriba. Que cada una de nuestras ventajas, de las facilidades que podamos tener en la vida, hunde sus raíces en desventajas y dificultades que tiñen las de otras personas.
Y que en la mayoría de vidas, por otra parte, hay un entramado de posiciones que nos ponen en la línea de salida en un aspecto y a la cola de otro. Mujer blanca cis, hombre homosexual negro, mujer trans con dinero, hombre blanco al que le falta: la ecuación está lejos de ser matemática (salvo que seas miembro de la familia real inglesa, quizá, que ahí todo se ve más claro).
Desclasarse, desgenerarse, por supuesto importa. Dejar de hacer uso del lugar en que nos colocan unas condiciones de partida en las que no tenemos mérito alguno tiene valor. Sobre todo, por lo que implica de toma de conciencia. Ser consciente de un privilegio, señalarlo, renunciar a lo que podría reportar de positivo, significa desvelar una estructura y explicar sus consecuencias.
Pero en toda fábula acecha una trampa. A las familias reales siempre les ha gustado la beneficencia. En un mundo Disney, una buena imagen cotiza mejor que un título nobiliario, y todas tenemos dentro a una Meghan, a un Harry, que “renuncia a privilegios” mientras salvaguarda a la Reina, a la Commonwealth y a sus patrocinios.
Privilegio, sin embargo, significa el camino que nos trajo hasta aquí. Privilegio significa todo aquello de lo que estamos a salvo, decidamos lo que decidamos. El colchón que tenemos para caer.
La toma de conciencia sobre un privilegio no da tranquilidad sino desasosiego: porque supone entender que hay una injusticia radical de la que ya nos estamos beneficiando, y de que no hay deconstrucción que nos exima de esa responsabilidad de partida. La renuncia complaciente a un privilegio es otro privilegio. La consecuencia lógica de comprender una estructura de desigualdad tendría que ser querer cambiarla, por no decir destruirla.
Mi toma de conciencia no hará desaparecer la ventaja intrínseca que supone ser blanca, pero debería llevarme a querer trabajar (desde atrás y calladita, a poder ser) por reventar los cimientos de un sistema racista. Tu toma de conciencia no desmantelará las facilidades que trae consigo el ser hombre, pero debería darte alguna pista sobre dónde empezar a golpear al patriarcado. No importa cómo sean nuestras vidas privadas: poco van a hacer si se amparan en un passing que siempre nos protegerá de según qué cosas.
Los pasos atrás solo son algo más que un gesto en la medida en que se convierten en condiciones de posibilidad para pasos delante de otras personas, para avances colectivos.
Queridos Meghan y Harry que llevamos todos dentro: tener la posibilidad de elegir ya es un privilegio. La cosa será cuánto hagamos para que la Reina, la Commonwealth y nuestros patrocinios, simplemente, dejen de existir.
LO PEOR DE LA IGNORANCIA es que, en inevitable consecuencia, va creando prejuicios, errores, sinrazones, torturas psicológicas, etc, en la sociedad como si nada; es decir, escudándose siempre en un buenismo que, para burla inmoral, solo espera más y más premios por ello.
Porque a los seres humanos siempre les faltan demasiadas cosas para no ser ignorantes :
-conocimientos
-conciencia
-empatía
-cumplir deberes éticos
-no mirar hacia otra parte o esconderse de la realidad
-no estar secuestrados mentalmente por una secta, adoctrinamiento mediático o alineación
-no ayudar ni considerar al que demuestra razón-luz
Por eso, serán ignorantes por… descuido ético o por irresponsabilidad al no atender a lo esencial de la vida. Y ¿para qué sirve ya la libertad de expresión si no se tiene deber ético
ni conciencia? José Repiso Moyano
AQUEL FEBRERO DEL 36. (Carmen Vinyoles Casas)
Como perdieron en las urnas, convocaron el 18 de julio
En febrero del 36, el periodista Carles Sentís estaba preocupado porque Charlot se había vuelto comunista después de que el popular personaje se pusiera a correr ante la multitud con un paño rojo recogido en el azar. Y es que se acababa de estrenar en Barcelona «Tiempos modernos», una de las más punzantes sátiras a la sociedad industrial ya la depresión económica del 29: recordamos el pequeño héroe empeñado en entrar en prisión para poder comer al menos un plato de sopa caliente !
Eran días de mucha efervescencia política, a punto de celebrarse, el 16, unas elecciones que darían el triunfo al Frente Popular y pondrían fin al Bienio Negro, es decir, a la coalición de derechas armadas contra los ideales de progreso y modernidad de la Segunda República. Fue una campaña encendida entre los partidarios del orden -siglos de absolutismo y miseria bendecidos por la Iglesia los avalavan- y quienes pensaban que el verdadero orden no existe sin bienestar colectivo. Sabemos qué pasó: el Frente Popular ganó en las urnas y el Frente de la Orden se consagró en cuerpo y alma a la preparación de la siguiente convocatoria, La del 18 de julio; venció y se mantuvo 40 años más en el poder, 40 años de silencio, represión y atraso. Calvo Sotelo había advertido que era más fácil sustituir la República que transformarla mientras el cardenal Segura disparaba virulenta munición: «Cuando los enemigos del reinado de Jesucristo avanzan resueltos, ningún católico puede permanecer inactivo.» Lecciones de la historia, sí, que estamos hablando de aquel febrero del 36.
En este «feliz» fin de año 2019 los adulones y los serviles se han unido para alabar al rey por su manido discurso. Hasta Echenique, que ostenta el cargo de comunicador de Podemos se ha rendido a la “inteligencia” del monarca. Más triste y patético es que lo hayas hecho Nicolás Sartorius, que durante los años trágicos de la dictadura estuvo en la vanguardia del comunismo y el sindicalismo y sufrió represión y cárcel.
Patético escuchar en este final del año 2019 el coro de elogios al rey por parte de partidos que se proclaman de izquierda.
En la cúspide de la pirámide del poder, la Casa Real española representa a los grandes consorcios internacionales que con las instituciones internacionales: OTAN, Mercado Común, Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Reserva Federal Americana, y el apoyo inestimable del grupo industrial militar, dirigen la economía, la política y los asuntos internacionales de España.
El consorcio industrial militar protege a la Casa Real para poder seguir fabricando armas inteligentes, que solo matan a quien tienen que matar, en Siria, en Irak, en Afganistán, en Libia, en Yemen, en Palestina, en el Sáhara. La banca se beneficia de la protección que le presta el Banco Central Europeo, y de la que la monarquía española ha recibido suculentos regalos.
A este régimen, aquí brevemente descrito, esos voceros, aduladores y serviles lacayos de la Corona le llaman democracia.
El pacto de la Transición entre todas las fuerzas políticas que apoyaron la reinstauración de la monarquía fue la mayor traición y el más doloso engaño a la población española. En primer lugar se ha falsificado nuestra historia, vertiendo caudales de infamia sobre la II República y los que la defendieron. Se omite en los curriculums escolares enseñar lo que fue aquel régimen, se miente en los libros de texto que se proporcionan a los alumnos, se difunde una revisión de la historia diseñada por los fascistas y que los medios de comunicación de la derecha se encargan de que tengan una enorme difusión.
Los poderes que nos dominan siguen infectando a las nuevas generaciones con la ideología franquista que elaboró un perverso relato de las maldades de la República que, según contaban, cometía toda clase crímenes y tropelías. No solamente ese grupo de historiadores fascistas revisionistas han difundido sin ninguna cortapisa una descripción absolutamente falseada del periodo republicano sino que la escuela pública de la democracia no se ha esforzado en instruir en la verdad a las generaciones siguientes a las víctimas de la Guerra Civil, y nuestros gobernantes han entregado la mitad de las plazas escolares a la Iglesia Católica, fiel y constante aliada del franquismo.
Nunca se informa de que la Constitución de la II República española estableció el derecho al voto a la mujer y la igualdad con el hombre, instituyó por primera vez en nuestro país la seguridad social y la asistencia médica a los trabajadores; aprobó la legislación que permitió incautar la Banca March y encarcelar a su propietario, expropió el Patrimonio de la Iglesia que pasó a ser de la nación, anuló las órdenes eclesiásticas y eliminó todos los privilegios que poseía; abolió los títulos nobiliarios y afirmó con contundencia la igualdad de toda la ciudadanía eliminando toda clase de privilegios, y como un hito en las Constituciones de todo el mundo, consagró en su artículo 6º la renuncia de la República a dirimir los conflictos internacionales mediante la guerra. Finalmente aprobó la Reforma Agraria que procedía a un inicio de reparto de las tierras cultivables lo que significaba un verdadero freno al poder de la aristocracia, y que fue la espoleta para desencadenarel Golpe de Estado fascista que se estaba fraguando desde que se proclamó la República.
Patético escuchar en este final del año 2019 el coro de elogios al rey por parte de partidos que se proclaman de izquierda….
LA CAMPAÑA MONÁRQUICA NO CESA, Lidia Falcón.
María Rasmia:
Y SOCIALISTAS
Por lo que he leído parece ser que los príncipes renuncian a sus obligaciones pero no está tan claro si han renunciado al sueldo como royals.
Ahora mismo están viviendo en una impresionante mansión en Vancouver valorada en 14 millones de dólares que cuenta con una finca de 16.000 metros cuadrados rodeada por dos idílicas playas.
El interior de la lujosa villa es de inspiración francesa y cuenta con 5 dormitorios, 8 baños y una cabaña de huéspedes., además de un amplio comedor, gran chimenea, sala de estar con espaciosa cocina, una sala de juegos e incluso una sala de degustación de vinos.
VIVAN LAS REPUBLICAS LAICAS Y FEDERALES.