Democracia en rebajas

Han llegado las rebajas a nuestra democracia.

Estos días hemos visto imágenes de un grupo de gente muy alterada, sin ningún respeto por los demás, haciendo casi cualquier cosa por conseguir algo de todos que consideran que es solo suyo por derecho propio. Imágenes hasta ahora típicas de unos grandes almacenes, han transcurrido en el Congreso de los Diputados, el órgano constitucional que representa a todo el pueblo español.

No habíamos tenido unas rebajas así de brutales en nuestro Parlamento desde, casualmente, la última vez que tuvimos un gobierno socialista, el del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, el que “traicionó a los muertos” y “agredió a las víctimas de ETA”, según el Partido Popular, entonces en la oposición.

Como vemos, los creativos no se lo han currado mucho a la hora de innovar, los eslóganes son prácticamente los mismos desde hace ya casi 15 años: 

“No es un presidente legítimo”, “Quieren romper España”, “Los amigos de ETA”.

Pero vamos a hacer un repaso de lo que sí es novedad en estas últimas rebajas democráticas, las de 2020:

Compras.

Se ha normalizado la llamada a la compra de votos. 

Incluso desde la misma tribuna de la Cámara Baja, se ha hecho un llamamiento para que los parlamentarios traicionen el programa del partido que representan y propiciar un Tamayazo. Algo que hasta ahora se consideraba una mala práctica, ha pasado a alentarse en público, sin ningún pudor.

Etiquetado. 

Se está etiquetando muy mal en estas rebajas:

A grupos parlamentarios que han rechazado explícitamente todo tipo de violencia se les etiqueta directamente como terroristas.

A partidos de izquierdas democráticos se les ha llegado a etiquetar de “comunistas genocidas”.

El líder de la plus ultra derecha ha etiquetado a la violencia de género, la violencia machista que ha provocado más de mil mujeres asesinadas, como violencia “intrafamiliar”.

Ha tenido incluso que intervenir Europa para rectificar el etiquetado español, la Junta Electoral Central había etiquetado mal al político independentista en prisión Oriol Junqueras; la etiqueta correcta, nos ha tenido que corregir el Parlamento Europeo, era eurodiputado.

Garantía.

En nuestra democracia había una garantía que ya estaba arraigada, que todas las opciones políticas, dentro del marco legal, eran, son respetables. 

Esta garantía, en estas rebajas, directamente ha dejado de existir.

Ahora se acosa a parlamentarios por el sentido de su voto, se organizan campañas de difamación en redes e incluso se les llega a amenazar de muerte, hasta el punto de necesitar protección policial.

Esto, que jamás había pasado, ahora como Teruel, existe.

Fechas de rebajas.

Tradicionalmente, las rebajas comienzan después del día de los Reyes. 

Sin embargo, este año han coincidido.

Curiosamente, los amantes de las tradiciones han sido los que han roto esta.

Los Reyes, la Monarquía, ha sido utilizada en estas rebajas democráticas de una manera absolutamente partidaria como arma arrojadiza contra sus rivales.

Atención al cliente.

Un servicio nefasto. Desde dar la espalda, ostensiblemente, cuando no nos interesa escuchar una voz distinta a la nuestra, a salir desfilando del establecimiento cuando alguien tiene una opinión contraria a la que nos gustaría escuchar. Una falta de respeto que supera todo lo visto hasta la fecha.

Ofertas.

Por supuesto, no podía faltar el ya mítico dos por uno: acusar a un gobierno de coalición, formado por dos de los partidos más votados en las elecciones, de “fraude electoral” y a la vez de “dar un golpe de estado”, y ya puestos, incluso un tres por dos, además se pide la intervención del Ejército.

Hemos llegado a un punto en el que si rebajamos tanto el nivel de la democracia sin que haya ninguna consecuencia, corremos el riesgo de pasar directamente a una liquidación de los valores que sustentan nuestro sistema político.

¿De verdad nos hace falta una democracia aún más barata?

¿Un sistema parlamentario Low Cost?

No deberíamos olvidar el dicho popular: 

“Muchas veces lo barato, sale caro”.

Parece atractivo pagar un precio más barato por una democracia que ya no es novedad, que tiene unas cuantas temporadas, pero al rascar un poco en la etiqueta podemos descubrir debajo el precio real, y darnos cuenta de que estamos pagando muy caro algo que nos parecía un chollo.