Sociedad
Un festejo animal
"A veces soy el Grinch, Don Cicuta y Thomas Bernhard en uno, pero quizá sería más productivo e inteligente examinar de qué necesidades y deseos, de qué debilidades y fracturas, surgen muchas de nuestras acciones, descabelladas o no", reflexiona el autor en su columna semanal.
‘La mirada’ es una sección de ‘La Marea’ en la que diversas autoras y autores ponen el foco en la actualidad desde otro punto de vista a partir de una fotografía. Puedes leer todas las de José Ovejero aquí.
Estos días he visto fotos de leones comiendo el contenido de una caja de dulces, osos polares devorando tartas, monos encaramados a un árbol de navidad adornado con chucherías, Papá Noel en el zoológico acompañado de un camello –curiosa mezcla de tradiciones–. El misántropo que llevo dentro ha estado a punto de sumarse a aquellos que, de boquilla, claman por que un meteorito aniquile a la raza humana, pues “no cabe un tonto más en este país”, bla, bla, bla.
Pero la misantropía, como el cinismo, es una mezcla de pereza mental y arrogancia. La arrogancia de quien desprecia las debilidades ajenas, la pereza de quien no se molesta en examinar sus razones. La admirable ferocidad de un Bernhard o de un Celine tiene un reverso desagradable: la eliminación de la empatía y de la compasión (que son cosas distintas, obviamente).
Quienes se ríen de esos ancianos y ancianas que viven rodeados de gatos no se preguntan qué biografía hay detrás, por qué esa persona necesita no solo recibir afecto de los animales, sino, sobre todo, dárselo. Y yo ahora me pregunto por qué hay quien quiere regalar dulces a una leona o pone un gorrito festivo al perro. Además de la parte de negocio que tienen las navidades –todo tiene una parte de negocio, también la literatura–, parece esconderse ahí una necesidad de compartir alegría, aunque sea en fechas impuestas, de integrar a quienes nos rodean, animales o humanos, de liberación de la necesidad de dar. Quien pone un gorrito navideño a un bebé hace exactamente lo mismo, que es lo que se lleva haciendo desde hace muchos siglos: aproximarse al otro mediante el regalo, reforzar los vínculos emocionales, querer, por un momento, saltar una barrera, sea de la especie, la de la edad, o la de la costumbre. Estar, en definitiva, menos solos.
No me gustan las navidades, pero siempre he sospechado que también en este desagrado hay una cierta arrogancia, la de quien cree no necesitar los ritos colectivos y las alegrías marcadas por el calendario, y el desprecio por quien los necesita.
Seguirán sin gustarme las navidades, por muchos motivos que no voy a contar ahora. Me produce incomodidad que se humanice a los animales y que se proyecten sobre ellos fantasías de una comunicación imposible. No me gusta que el Oso Yogui lleve corbata ni que los perros hablen en las películas. Me irrita la gente que dice que los animales son mejores que las personas. Sí, todo ese enfurruñamiento mío con el mundo y sus peculiaridades sigue ahí, a veces soy el Grinch, Don Cicuta y Thomas Bernhard en uno, pero quizá sería más productivo e inteligente examinar de qué necesidades y deseos, de qué debilidades y fracturas, surgen muchas de nuestras acciones, descabelladas o no. También las mías.
Así que, por una vez, y sin que sirva de precedente, feliz navidad.
El mito de Papá Noel y sus negativas repercusiones en la formación de la infancia.
Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, Viejito pascuero o como se le llame en diferentes regiones es algo que parece inocente e intrascendente, pero te das cuenta de su importancia cuando planteas que no deberían seguir existiendo, se generan reacciones bastante fuertes. Es una figura muy presente en la edad temprana de niños y niñas.
Luego del nacimiento, el cerebro humano sigue formándose y a los 6 años alcanza el 90% de su desarrollo, aunque más adelante gozará de cierta plasticidad, las experiencias de la niñez temprana determinaran gran parte de la arquitectura del cerebro. Además la información que se adquiere, de padres, madres, u otra referencia, en ese periodo se vincula con lo necesario para la supervivencia, por lo tanto se arraiga fuertemente. Se forman patrones de conducta y estructuras de pensamiento que nos acompañaran durante toda nuestra vida.
Quienes son responsables de guiar a niños y niñas en su crecimiento deben ser muy cuidadosos y poner especial atención en el futuro adulto y en la persona actual.
Si se observa que los mayores beneficiados son los comerciantes y especialmente las corporaciones, se puede empezar a sospechar que no hay un fin altruista o lúdico detrás de esto. Como corporación también me refiero a la iglesia católica y otros cultos cristianos. Propagar un tipo de pensamiento colectivo, no uno emancipado, y apartarse del pensamiento crítico, es funcional al modelo de consumo y a la religión.
Fomentemos la imaginación de los/as más pequeños/as, digámosle siempre la verdad, que exploren sus capacidades creativas al máximo mientras también desarrollan el pensamiento critico, para que sean personas capaces de comprender mejor el mundo, emancipadas de prejuicios, tabúes y doctrinas de sometimiento, así lograran dar sentido a sus vidas y encontrar placer y felicidad en el vivir….
https://laicismo.org/el-mito-de-papa-noel-y-sus-negativas-repercusiones-en-la-formacion-de-la-infancia/?utm_source=mailpoet&utm_medium=email&utm_campaign=boletin-diario-de-laicismo-org-26-dic-2019_797
Pensar es fatigoso, a la gente no nos gusta pensar, muchos creo que ni sabemos.
En mi barrio hay un hombre de economía precaria que vive con dos gatos. Yo intuyo que para él son su «familia». A veces le he invitado a una caña en la AAVV del barrio.
Hace unos días me enteré de que discutió en el bar de la AAVV con una mujer a raiz del extravío de uno de sus gatos. La mujer, que tenía más influencia que él en el bar, consiguió que le prohibieran la entrada.
La que me lió por un gato, por un gato…. dice la mujer a quien quiera oirla.
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NAVIDAD= ¿dónde va la gente? dónde va Vicente. Hay que salir del rebaño, ser uno mismo. Hay poca personalidad y gente que no sabe estar sóla. Con lo saludable, curativo y balsámico que és.