Análisis | Internacional
Aminetu Haidar: “Solo la arrogancia de los colonos ha sido recompensada”
La activista saharaui Aminetu Haidar recibe el Premio Nobel Alternativo, otorgado por la Fundación Right Livelihood en Estocolmo.
Aminetu Haidar es una de las principales portavoces de la situación del pueblo saharaui. Acaba de ser premiada por el Premio Nobel Alternativo, creado en 1980 por Jakob von Uexkull, por su lucha no violenta y la búsqueda de la justicia, la paz y el derecho a la autodeterminación de su pueblo.
Publicamos la columna que con motivo de este reconocimiento ha escrito Haidar.
La última colonia de África, a punto de estallar
La situación del pueblo saharui ha estado en la agenda de las Naciones Unidas durante los últimos 56 años. Ahora, su Consejo de Seguridad ha decidido prolongar el sufrimiento de los habitantes del Sáhara Occidental, la última colonia de África, encajonada entre Marruecos, Argelia, Mauritania y el mar. Su extensión es mayor que la de Gran Bretaña.
El 30 de octubre de 2019, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una nueva resolución desprovista de contenido y unilateral sobre el Sáhara Occidental: se decidió extender por un año el Mandato de la MINURSO. La resolución fue acompañada por palabras amables para los ocupantes marroquíes, alabando sus supuestos esfuerzos para cumplir con los derechos humanos. Rusia y Sudáfrica se abstuvieron en la votación y criticaron el texto de la Resolución y su procedimiento por antidemocrático. Sin embargo, el texto recibió un gran apoyo por parte de Estados Unidos y Francia.
Esta introducción puede parecer desconcertante para muchos, pero es la amarga realidad. Las superpotencias que marcan el guión en el Consejo de Seguridad de la ONU están haciendo la vista gorda ante la historia colonial oculta detrás del tema del Sáhara Occidental.
Se reúnen en pequeños grupos a puerta cerrada. Bajo el auspicio del Secretario General, se refieren a sí mismos como «Grupo de amigos del Sáhara Occidental». Durante esas conversaciones, se proponen iniciativas y resoluciones sobre el conflicto, pero no se consulta a los otros miembros del Consejo de Seguridad y, lo que es peor, no se tienen en cuenta a las organizaciones que constantemente piden una solución justa y permanente al conflicto, el respeto al derecho internacional y la vigilancia de los derechos humanos.
Desde 1963, el Sáhara Occidental ha sido considerado por las Naciones Unidas como un «territorio no autónomo» y ha estado bajo la supervisión de la ONU, quien ha exigido de manera reiterada e inequívoca que se ponga fin al estatus colonial. Los habitantes del territorio se conocen como personas del Sáhara Occidental o saharauis y su representante político fue reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979, así como por el Consejo de Seguridad de la ONU a principios de la década de los noventa.
Las Naciones Unidas consideran que Marruecos es una potencia ocupadora. Las primeras resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad en referencia a los gobernantes coloniales marroquíes datan de 1975. En ese momento, el Consejo de Seguridad pidió a Marruecos que «retirara inmediatamente a todos los invasores del territorio soberano del Sáhara Occidental». Se hacía referencia a los 350.000 colonos marroquíes que Marruecos había enviado al Sáhara Occidental.
Actualmente, la ONU ya no reconoce estas resoluciones, y se niega a adoptar una resolución contra la alianza franco-marroquí para poner punto final a la historia colonial de África. No tiene en cuenta el derecho internacional, los valores y principios de la ONU y en su lugar utiliza conceptos como «realismo» o «en el espíritu de compromiso y pragmatismo».
La situación es muy grave. El Consejo de Seguridad envía señales extremadamente peligrosas con su táctica dilatoria y su vergonzoso apoyo al gobierno marroquí. Mientras, el Ejecutivo de Rabat y sus aliados internacionales no se detendrán ante nada y no dudarán en hacer uso de la fuerza y las armas para mantener sus intereses políticos y económicos.
La realidad, sin embargo, es peor que todo esto: todas las organizaciones internacionales de derechos humanos e incluso varias ONG marroquíes denuncian violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte de los ocupantes marroquíes. En varios informes para el Consejo de Seguridad, el Secretario General de la ONU también ha expresado su preocupación por la situación de los derechos humanos. Sin embargo y, hasta el día de hoy, la MINURSO es una de las pocas misiones de la ONU que no puede documentar violaciones de derechos humanos, ya que su tarea consiste, exclusivamente, en monitorear el alto al fuego.
A pesar de numerosas peticiones internacionales, el Consejo de Seguridad se niega a otorgar a la MINURSO dicho mandato. En cambio, le otorga a Marruecos, el autor de todos estos abusos contra los derechos fundamentales, el papel de guardián y protector del territorio. Siempre que tiene ocasión, pone en el mismo saco a Marruecos y el Movimiento de Liberación Saharaui, el Frente Polisario. Al hacerlo, hace responsables tanto a los perpetradores como a las víctimas de las atrocidades que ocurren en la región.
De hecho, la violación de la ley ejercida por Marruecos en el Sáhara Occidental es un acto de violencia contra la Carta de las Naciones Unidas, contra los documentos fundacionales de la Unión Africana y contra cada párrafo del derecho internacional y los derechos humanos.
Marruecos no solo saquea ilegalmente los recursos que pertenecen a los saharauis, sino que usa la violencia militar para extender su territorio soberano. Desde 1975 y hasta nuestros días, el régimen de Rabat ha cometido crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Todo ha quedado documentado, también los asesinatos en masa de civiles, el desplazamiento de miles de personas y la tortura sistemática de ciudadanos detenidos. Tampoco debemos olvidar mencionar la detención de cientos de civiles durante años por razones políticas, así como los numerosos ataques llevados a cabo por la policía contra manifestantes pacíficos.
Los crímenes cometidos por Marruecos no son cosa del pasado. Marruecos continúa violando los derechos humanos y niega al pueblo del Sáhara Occidental el derecho a la libre determinación.
Los saharauis continúan luchando pacíficamente por sus derechos y se adhieren a los tratados internacionales. Sin embargo, la política de las Naciones Unidas los está forzando a tomar un camino para el que probablemente solo haya una escapatoria: tomar las armas nuevamente. Nadie debería culpar a los saharauis, ya que es su única opción. La comunidad internacional ha tenido 56 años para poner fin a esta situación. Un tiempo perdido en el que los saharauis han sido ignorados y su paciencia nunca ha sido recompensada. Solo la arrogancia de los colonos ha sido recompensada.
Cada vez más, las personas plantan cara a los gobiernos hostiles a la humanidad y están dispuestas a recurrir a la violencia. Los gobiernos, a su tiempo, buscan devolvernos a la oscuridad, al tiempo que nosotros desperdiciamos nuestra energía y nos desgastamos con problemas menores. Ya es hora de que todos los que quieran la paz y valoren la ley se unan, se pongan en pie y griten alto y claro a sus gobiernos: ¡Ya es suficiente! En las relaciones internacionales no hay alternativa posible al respeto por la ley y el orden.
La neutralidad en situaciones de opresión está del lado del opresor.
Los ataques constantes y sistemáticos de Israel contra nuestras vidas y nuestra dignidad toman muchas formas. Las tasas de desempleo entre nuestros pares en la asediada Franja de Gaza alcanzaron un asombroso 46.7% en el segundo trimestre de 2019. Los jóvenes palestinos en la Jerusalén ocupada enfrentan agresión diaria, deshumanización y violencia militar, sin mencionar el incesante robo de tierras y el despojo.
El régimen de apartheid y colonialismo de los colonos de Israel nos priva de nuestros derechos fundamentales a la libertad de movimiento, a la educación, al trabajo y a la atención médica. Nos limpia étnicamente, gradualmente, de nuestra patria por la fuerza bruta y colonizando nuestras mentes con desesperanza y derrota. Pero estamos luchando contra la desesperación con esperanza y resistencia efectiva. ¡Oprimen, atacan, nosotros nos defendemos.
Es que la ONU al fín y al cabo está comandada por los altos mandos del sistema mafioso.que dirige y somete al mundo. No hay un mundo libre, no hay democracia, quienes más quienes menos estamos todos sometidos a las más grandes mafias, es decir, al capitalismo salvaje que se ha hecho el amo del mundo. Los grandes capitalistas saben unirse y saben dividir, se lo ponemos fácil, a los pueblos y a la sociedad. Divide y vencerás.
SAHARA, responsabilidad y vergüenza de España si la tuviéramos.
SAHARA Y PALESTINA, dos pueblos injustamente ocupados por los mafiosos intereses del gran capital.
Aminatou no es más que una marioneta en las manos de los servicios militares argelinos ,una marioneta que las pilas se le acaban muy.pronto con un cambio de poder en la cópula argelina
Marruecos esta en su Sáhara y los que no le apoyan inclinándose hacia la tesis secesionista del Polisario solo lo hacen por nostalgia hacia la época colonialista con el perjuicio de moros y cristianos que aún persiste en sus mentes enfermas