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La precariedad en la concesionaria que sirve las comidas en cuarteles, CETI y la Moncloa
Trabajadoras del CETI de Ceuta, empleadas de Dulcinea Nutrición, denuncian impagos y desabastecimiento.
Dulcinea Nutrición es una empresa concesionaria del servicio de comidas de multitud de organismos públicos. Por las manos de sus cocineras y cocineros pasan los alimentos que van a comer desde el presidente del Gobierno –tienen contrato con el Palacio de La Moncloa– hasta las personas migrantes que acaban de saltar la valla en Ceuta y deciden permanecer algún tiempo en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad, además de cuarteles militares y colegios de todo el país. Sus trabajadoras, mujeres en mayor medida, se han hartado de las precarias condiciones laborales.
Así lo han denunciado a través de la Confederación General del Trabajo (CGT), y han pedido a la ministra de Defensa Margarita Robles “el fin de los abusos laborales” de la concesionaria en los cuarteles militares del Campo de Gibraltar. Reclaman el pago de dos nóminas atrasadas que corresponden a los meses de julio y agosto, y el fin del desabastecimiento de productos como pescado, carne o aceite. Para ello, el pasado viernes 13 de septiembre decidieron iniciar una huelga que contó con un seguimiento del 100% de la plantilla, la cual está compuesta por 16 mujeres. “La empresa nos llamó el día 12 para ofrecernos el pago de la nómina de julio si desconvocábamos la huelga, pero nosotras exigimos cobrar todo lo que se nos debe. Y diálogo, porque aquí el diálogo no existe”, denuncia María Dolores Rodríguez, delegada de CGT de la empresa
“Nosotras solo pedimos trabajar y que nos paguen lo que es nuestro”, explica Rodríguez en conversación con lamarea.com. Ella lleva cuatro años trabajando en los cuarteles con diferentes empresas y jamás había vivido una situación similar. “Lo que estamos padeciendo está minando la economía de cada familia y hasta nuestra propia salud», ha recalcado la delegada sindical, asegurando que “hay compañeras que se han dado de baja” al no poder aguantar la situación que atraviesan. Afirma, además, que desde la empresa apenas les dan información y que achacan los impagos a una mala situación financiera de la compañía. Este medio ha intentado contactar con Dulcinea Nutrición pero la concesionaria se ha negado a hacer ninguna declaración al respecto de la situación. Rodríguez asegura que la ministra Margarita Robles sí las ha llamado para transmitirles su apoyo. Al cierre de esta edición, el Ministerio de Defensa todavía no había contestado a las diferentes preguntas que lamarea.com les trasladó el pasado martes 17.
La precariedad en Dulcinea Nutrición no se circunscribe solo a los cuarteles militares del Campo de Gibraltar. Las empleadas encargadas de elaborar las comidas para los migrantes que llegan al CETI de Ceuta también vienen denunciando impagos y falta de abastecimiento por parte de la concesionaria. Situaciones similares se repiten en otros lugares como la Residencia de Tiempo Libre de Siles (Jaén) o la cafetería de la Moncloa. Por este motivo, las trabajadoras del CETI de Ceuta convocaron una huelga el pasado 16 de septiembre, que fue desconvocada por UGT. “Dos días antes nos pagaron la nómina a 12 personas, pero todavía quedan 16 compañeras que no han visto ni un euro”, explica Bibiana Navarro, portavoz de la plantilla del centro, quien asegura que ellas querían mantener la huelga. Navarro, que lleva 20 años trabajando en el servicio de restauración del CETI, denuncia no haber visto «nada igual»: “Que no haya postres, que no haya bebidas, que no se respeten los menús”. Además, teme que suceda lo mismo que ocurrió con la anterior concesionaria, Global Food, que se fue sin pagar los atrasos y el finiquito: “Todavía nos deben 3.000 euros a cada una”, denuncia.
Las trabajadoras del centro ceutí creen que la única salida posible es rescindir la concesión con la compañía, pero desde la dirección del CETI y desde la Delegación del Gobierno les han avisado de la dificultad de interceder ante la situación que estaban viviendo los y las empleadas de la concesionaria. “Quiero creer que están haciendo algo porque ya no sabemos qué hacer”, se queja la portavoz, que advierte de la convocatoria de una nueva huelga el próximo 26 de este mes.
En el ámbito político, la parlamentaria andaluza Ángela Aguilera (Adelante Andalucía) aseguró el pasado 16 de septiembre que llevarían esta situación al Congreso de los Diputados a través de su grupo parlamentario de Unidas Podemos para que la ministra explique cuál es el procedimiento para la contratación de este tipo de empresas. La diputada andaluza ha solicitado que “se clarifiquen cuáles son las medidas que va a poner encima de la mesa el Gobierno de la nación para que estas mujeres recuperen su salario y, sobre todo, cuáles son los mecanismos de control del Ministerio de Defensa para que tengamos una gestión transparente de todas las concesiones”.
Si Dulcinea Nutrición fuera Endesa o Mercadona o Coca Cola o Zara no tendría problemas económicos.
Los grandes tiburones, los hemos engordado tanto, que cada vez requieren de más carnaza, los grandes tiburones se han zampado a la pequeña empresa y ya van a por la mediana.