Política

Diada 19: la desunión rebaja el entusiasmo

Unos 600.000 independentistas, según la Guardia Urbana, ocuparon el centro de Barcelona en el 11 de septiembre "más difícil", según la ANC

El lema de la Diada 19, organizada por la ANC, fue Objetivo Independencia. NOELIA ROMÁN

La Diada número ocho de la era independentista inaugurada el 11 de septiembre de 2012 fue, un año más, una exhibición de fuerza de los independentistas catalanes. Pese a la desunión que reina entre los partidos soberanistas, las calles del centro de Barcelona volvieron a llenarse hoy de cientos de miles de manifestantes que, por encima de todo, quisieron evidenciar que siguen estando ahí.

Fueron, seguramente, algunos miles menos que el año pasado. Las cifras, como siempre, difieren según quien las ofrezca, y la Guardia Urbana de Barcelona habló hoy de 600.000 personas frente al millón del año pasado.

“La Guardia Urbana dice 600.000… 600.000 está bien, ¿no?”, le dijo una manifestante a otra camino ya de casa, en uno de los trenes que unen la capital catalana con el resto de la provincia.

“Pero hoy no hemos cantado tanto”, añadió la misma mujer un tanto contrariada.

Efectivamente, en la marcha de hoy se oyeron menos cánticos y menos risas. El entusiasmo fue menor y el hartazgo, probablemente mayor.

“Mira lo que dice ahí, exitcat. Me gusta. Eso es lo que tenemos que hacer. Irnos así, catapún”, apuntó durante la manifestación una señora enfundada en la camiseta azul verdoso con la que los organizadores vistieron este año la Diada.

Desde que en 2012 la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural asumieron la organización del evento, uniformar a los manifestantes con un mismo color simbólico ha sido una constante casi tan firme como los lemas y los dibujos en los trazados, que han ido desde la V de 2014 hasta la estrella de este año, pasando por la cadena humana de 400 kilómetros que unió los dos extremos de Cataluña en 2013.

“Cataluña, nuevo Estado de Europa”, rezaba el emblema de la primera gran manifestación de la Diada, la de 2012. “Vía libre a la República catalana”, decía el de 2015. “Objetivo independencia”, era el de esta Diada, “la más difícil” de todas, según Elisenda Paluzie, la presidenta de la ANC.

La dificultad deviene del enrarecido clima que reina desde que Esquerra Republicana y Crida Nacional per la República -la nueva denominación de la formación liderada por el ex presidente Carles Puigdemont- decidieron no esconder sus diferencias estratégicas, y la ANC optó por desmarcarse de los partidos políticos y trazar su propio camino.

La desunión entre los diferentes actores independentistas fue, de hecho, el principal rasgo diferenciador de la Diada de este año respecto a las siete anteriores, que también organizó la ANC con el respaldo de Òmnium Cultural.

“Políticos, dais pena”, rezaba en una de sus caras la pancarta de un manifestante. “Unión ya”, decía en la otra, en consonancia con el mensaje lanzado por la ANC.

“Necesitamos aquella unidad que prioriza los objetivos políticos del movimiento independentista, la que nos llevó a las grandes victorias pese a la represión, las amenazas y confiscaciones. ¡Acabemos juntos lo que comenzamos juntos!”, afirmó desde el escenario situado en la plaza de Espanya Paluzie, enfundada también en su camiseta azul verdoso, el color del horizonte que persiguen.

«Pasos atrás»

La líder de la principal organización civil soberanista reprochó también a los políticos el retroceso que, en su opinión, ha experimentado el movimiento independentista en los últimos meses por sus diferencias sobre cómo alcanzar la secesión.

“En estos dos años no sólo no hemos avanzado, sino que hemos dado pasos atrás: discuten en público por migajas, se deslegitima el referéndum que hicimos y la única vía que nos ha permitido llegar a donde no habíamos llegado nunca, la unilateral, se desarma día a día”, sostuvo Paluzie. “A nuestros dirigentes os pedimos que no nos desarméis”, continuó.

Los dirigentes políticos, sin embargo, no escucharon sus palabras desde el espacio que se les había reservado en las anteriores Diadas. Este año, los organizadores decidieron no darles ningún trato especial. Muchos, como Quim Torra, el presidente de la Generalitat, y Roger Torrent, el presidente del Parlament, acudieron a la cita. Pero no tuvieron un lugar privilegiado. Hoy, el movimiento independentista no tuvo más líderes que los sociales, que ya apuntaron a la próxima gran movilización: la que, esperan, se genere ante la sentencia del juicio del procés.

“Organicemos la respuesta a la sentencia”, decía una de las dos pancartas desplegadas por los organizadores en la Plaza Espanya. “Tsunami democrático”, rezaba la otra, a modo quizá de respuesta.

En catalán el “organitzem” de la primera puede ser traducido también en presente, es decir, organizamos, lo que indicaría que la ANC ya prepara la reacción a una sentencia que auguran condenatoria y dura. Entonces, sobre mediados del próximo octubre, el músculo y la unión del movimiento independentista se volverá a medir.

En #LaMarea72 incluimos un especial sobre Cataluña con entrevistas sosegadas, desde distintos ámbitos, para reflexionar más allá de la próxima sentencia del ‘procés’. Consíguela aquí.

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Comentarios
  1. IN MEMORIAM
    Un 11 de septiembre de 1973 en Chile o el día en que la derecha inquisidora resuelve que Allende debía arder vivo en La Moneda.
    En el seno de la curia, nunca dejó de hacer oír su voz cómplice el catolicismo anti-comunista, reaccionario y golpista. (Esta iglesia, en todas partes igual, como en el golpe y guerra del 36 en España, siempre del lado de los golpistas, de los dictadores, de los poderosos, de los ricos ¿cómo`puede haber gente tan ilusa que se crea que representan a Jesús el que combatía a los poderosos y vivía rodeado de los humildes?).
    Entonces, poseídos por clasismos megadelirantes redireccionan en septiembre del 73 sus arsenales de conspiración y odios. Es que no podían permitirse prolongar por más tiempo solo el sabotaje; mil días confabulando resultaron extenuantes; había llegado la hora de “hacer patria, señores”, y no podían permitirse disparos a la bandada.

    Por esta razón, la mira es teledirigida esta vez hacia un solo blanco: el Presidente Allende. Éste representaba la inminente y “terrorífica” amenaza de restituir la dignidad humillada de millones de desheredados y la consiguiente pérdida de la propiedad vitalicia de una teta insoltable y privativa de una casta de privilegiados “sin apellidos mapuches”.

    Fueron mil días, sí, mil días para un pueblo constructor de sueños; mil días de resistencia moral contra un boicot maquinado por la oligarquía interna y externa; mil días en que los olvidados de Chile, junto a su Presidente, y en ejercicio de un derecho radicalmente humano, se expresan como ciudadanía y opinión pública proclamando al mundo una plegaria insoportable para los polit(e)ólogos burgueses del Opus y la civitas dei: “¡Hágase por fin tu voluntad aquí en la tierra! ¡Tráenos tu reino de justicia e igualdad!” Tal “herejía” no podía, bajo ningún punto de vista, permitirse en esta tierra “orgullosa” de su condición “cristiana”. Tal “herejía” anunciaba desde las derechas una reacción rabiosa y copiona de la Inquisición.

    Por ello, Augusto -el “ungido”- y sus legiones cayeron no se sabe desde qué cielo como ángeles o demonios de la injusticia y la maldad para arrojar sus clasismos envenenados contra nuestro Presidente y nuestra bandera y para clavar sin misericordia sus sables traidores en la garganta de nuestros derechos fundamentales y de las instituciones de la República, dejando a su paso una estela de lutos, ausencias y soledades que castigan a muchos/as hermanos/as hasta el día de hoy. Y todo ello refrendado por una impunidad “creyente”, hecha con huincha de sastre a la medida… o “en la medida de lo posible” … en favor de esa casta de privilegiados, o sea de un puñado de intocables, por cierto “superiores” a unos ciudadanos sin influencias de tercera y cuarta categoría que pagan con cinco años por robar pan para comer.
    Apunte espiritual de cierre
    Una buena parte de la Iglesia estuvo, moralmente, a la altura de las circunstancias pues tomó parte por las víctimas del golpe del 73, en especial Silva Henríquez. Sin embargo, a la par de ello, y en el seno de la curia, nunca dejó de hacer oír su voz cómplice el catolicismo anti-comunista, reaccionario y golpista. Solo como un modo de aportar con un téngase presente ante visiones unilateralistas (funcionales a esa religión culturalmente hegemónica y golpista que odiaba y odiará por siempre a un Allende “ateo, comunista y masón”), cito:

    “La Conferencia Episcopal de Chile emitió en abril de 1978 unas ´´Orientaciones Pastorales´´ para 1978 – 1979 – 1980 que tituló ´La conducta Humana´”. “Hay un párrafo en este documento” (…) en que “se agradece el servicio prestado al país por las FF. AA el 11 de septiembre de 1973”.*

    Noé Bastías
    Profesor de Filosofía. Egr. de Mg. en Neurociencias AAE, Chile
    ——————————–
    *Boye S., Otto, La no-violencia activa, camino para conquistar la democracia, Instituto Chileno de Estudios Humanísticos, Editorial Aconcagua, 1983, p. 93.

  2. Delegación internacional de apoyo, 11,9,2019.
    El president recibió en el Palau de la Generalitat, la delegación de una cincuentena de personalidades internacionales de los Foreign Friends of Catalonia entre los que se contaba el periodista turco Can Dunder, exiliado en Alemania y sobre quién planea una orden de detención internacional del gobierno de Erdogan. Dunder justificaba en declaraciones a ACN por qué participaba en la Diada: «Nosotros tenemos presos políticos y España también. No veo ninguna diferencia entre aprisionar alguien en España por el hecho de defender su derecho a pedir un referéndum y hacer lo mismo con un líder kurdo. «La vicepresidenta de Foreign Friends, Rosella Selmini, calificaba la Diada como» la movilización democrática más grande de Europa «.
    España, ¿una democracia? ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja…

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