Opinión
Enid Blyton nunca fue un misterio
"La polémica de estos días no tiene que ver con la censura, [...] sino con que si se quiere acometer una acción política, exista un consejo social amplio", escribe la autora.
Para que nadie se lleve a engaño, empezaré diciendo que Enid Blyton es una escritora mucho más importante desde un punto de vista editorial que literario. Tanto en España como, por supuesto, en Reino Unido. A pesar de que es una de las diez escritoras más vendidas en la historia, lo que, como todas sabemos, no la convierte en una de las diez mejores, a lo sumo en una de las más conocidas. Yo misma, de niña, he sido lectora voraz de sus novelas, vaya por delante esta ‘confesión’ junto con otra: jamás se me ocurrió dárselas a leer a mi hijo adolescente. No tanto por los criterios políticos que como adulta tengo respecto de sus novelas, cuanto porque me parece que no han aguantado bien el paso del tiempo. Es una apreciación personal que hago tomando asimismo en cuenta la personalidad de mi hijo y sus códigos y gustos. Quiero decir con esto que entiendo que Blyton se reedite y haya quien la recomiende y la lea, pero ese no sería mi caso.
Dicho lo anterior, la polémica que ha saltado en estos días en torno a Blyton no tiene que ver con la calidad de sus textos. Tampoco tiene que ver con los estereotipos que proyectan sus personajes y la naturaleza de las tramas que unas consideran cursis y otras empoderadoras. Será fantástico hacer otro día una pieza sobre los personajes y roles femeninos en Blyton y sí, lo sé, todas tenéis en la cabeza a George. Hablaremos de George otro día.
Del carácter relativamente controvertido de algunos temas que aparecen en textos de Blyton hay noticia ya en los inicios de los años sesenta, cuando por primera vez Macmillan rechazó la publicación de uno de sus libros. Una de las razones esgrimidas fue que en la descripción de ciertos personajes de la obra, ladrones y a la sazón extranjeros, se detectaba «old-fashioned xenofobia». Una de las razones. Las otras, varias, que aparecen en el informe que acabó haciéndose público, tienen que ver con que el editor, simplemente, consideró que la obra en cuestión era mala y que no tenía recorrido comercial.
¿Fue Blyton censurada? No, claro que no, su trabajo fue rechazado por irrelevante y poco interesante para los estándares de calidad y en cierta medida políticos de Macmillan en la década de los sesenta.
Todos los días, en todos los lugares del mundo, se rechazan manuscritos por idénticas razones. Esto, supongo, no requiere de más explicación. Y todos los días, en todos los lugares del mundo, las editoriales aciertan o se equivocan desde un punto de vista comercial y –si se me permite– desde un punto de vista estrictamente artístico o cultural.
Blyton siguió publicándose después de ese rechazo en otras editoriales. Murió en 1968. Su obra conoció un importante ‘revival’ editorial en los ochenta. Nunca fue una escritora censurada y sobre su vida personal se han ido contando tantas cosas que, sinceramente, esto casi me parece lo más interesante. Su hija y la segunda mujer del exmarido de Blyton ya fueron aportando informaciones que la ubicaban en la órbita de esos ignominiosos círculos británicos del nazismo. Pero de mujeres con vidas poco edificantes, como de George, como he dicho, ya hablaremos en otra pieza.
La polémica de estos días no tiene que ver con la censura y, desde luego, tampoco, como han pretendido medios de ultra derecha españoles, con tener una visión moralizante o políticamente correcta de la cultura. Ni siquiera tiene que ver con ‘juzgar’ el pasado desde el presente, sino con que si se quiere acometer una acción política concreta, en este caso, una conmemoración, exista un consenso social amplio y relevante en torno a los valores que encarna aquello que se conmemora. Pienso que puede existir en Reino Unido, a día de hoy, un cierto acuerdo acerca de que Blyton es una escritora que vale la pena leer, cultivar y mantener editorial y comercialmente viva. Para eso están las editoriales, que se hinchan económicamente con los royalties de sus libros. Nadie objeta.
Sin embargo, ¿existe un consenso similar en torno a la vigencia y ejemplaridad de los valores que trasmite su obra? Pues a ver, es evidente que hay dudas. Tantas que el Royal Mint Advidsory Comitee ha decidido que lo de la moneda conmemorativa, igual, no procede.
Y ojo, que el comité en cuestión es ‘royal’, que gobiernan los tories en un Reino Unido fracturado por el Brexit, y que el organismo en cuestión lo preside un tal Owen Jones. Ah no, perdón, Lord Waldegrave of North Hill.
¡God Save the Queen!
A todas las mujeres luchadoras y comprometidas con un mundo más libre y justo:
«Rosario Dinamitera», Grupo Adebán
https://www.youtube.com/watch?v=_MU1Iz383no
MUJERES CON OTROS VALORES:
Barcelona: La bolsa o la vida. Transnacionales y feminismos
11 octubre – 12 octubre.
Desde la Campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión y en colaboración con otras organizaciones sociales ambientalistas, entre ellas Ecologistas en Acción, y feministas vemos la necesidad de compartir y profundizar en la perspectiva feminista de crítica y propuesta contra el sistema capitalista, corporativo y patriarcal de las transnacionales que precaritzan y mercantilizan nuestras vidas y las luchas diarias que lideramos las mujeres desde el Sur y el Norte Global.
Las transnacionales tienen cada vez más poder para poner precio y condiciones abusivas y infrahumanas en nuestro trabajo, vivienda, servicios públicos, alimentación, salud, agua, tierra, clima … incluso ponen precio a nuestros cuerpos, conocimientos, relaciones y deseos.
Durante los días 11 y 12 de octubre, en el espacio de la Lealtad Santsenca (Santos, Barcelona – Calle Olzinelles, 31) y en el marco de las negociaciones para un Tratado Vinculante para empresas transnacionales sobre derechos humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, cuatro mesas redonda nos acercan a diferentes realidades sociales a través de un intercambio de experiencias con mujeres ponentes del Sur y del Norte.
https://www.ecologistasenaccion.org/evento/barcelona-la-borsa-o-la-vida-transnacionals-i-feminismes/