Sociedad

Escucha esto (1): Sobre otras formas de contar con audio

"Hay ciertas formas de audio que se sirven de esa esencia íntima para contar historias de otras maneras", escribe la autora

Foto: PEXELS-Anthony / Licencia CC0

Artículo publicado en #LaMarea70: ‘La memoria de Europa’ (marzo de 2019). A la venta aquí

Nos lo enseñaron en la escuela o, si no, lo aprendimos en alguna partida de Trivial: Guglielmo Marconi inventó la radio en 1901. Se subió a una colina en Terranova, ató su antena a una cometa para que llegara bien alto, y esperó hasta escuchar la señal que enviaba un transmisor que él mismo había construido e instalado en Cornwall, al otro lado del Atlántico. Tres días después, sucedió: punto, punto, punto: los sonidos de la letra S en código morse. Había nacido la radiotelegrafía, la telegrafía sin hilos, el wifi primitivo.

Aquel 12 de diciembre de 1901 está plagado de imágenes hermosas que, para quienes hacemos radio, son como hitos que demuestran lo mágico del medio: aquella cometa como metáfora de lo lúdico consiguiendo hacer volar a lo técnico, que la colina donde Marconi esperó la señal se llamara Signal Hill, esos tres puntos de la letra S dejándolo todo en suspenso. Pero quizá la imagen más reveladora de todas sea la que no llegó a suceder: hay varias investigaciones que demuestran que es imposible que Marconi escuchara aquellos tres puntos, aquel día, en aquel lugar

Hay muchas razones que apoyan esta teoría, y todas suenan perfectamente científicas y, horror, demasiado complejas (tienen que ver con la frecuencia de la transmisión, con términos como “el reflejo ionosférico” y hasta con la curvatura de la tierra). Todas se cuentan en Whispers in the Air, una pieza sonora (así traduzco feature, esa palabra que, en inglés, define ese género radiofónico que busca maneras artísticas de documentar la realidad) que realizó Chris Brookes, un productor de audio (así traduzco audio producer, el oficio de quienes hacemos features y otras historias sonoras) canadiense para celebrar el centenario del descubrimiento de la radio. 

Para Brookes, lo que realmente importa de que Marconi no oyera lo que dijo que oyó no es tanto determinar quién inventó la radio, ni en qué fecha: a día de hoy está bastante asumido que la invención de la radio fue una suma de esfuerzos colectivos –un dato más que la gente de radio tomamos como señal inequívoca de que nuestro medio es especial, pero nadie nos entiende–, lo que realmente importa de que Marconi no oyera lo que dijo que oyó es que Marconi se imaginó que lo oía. Y que eso dice algo muy profundo sobre la esencia de la radio: “Que, comparada con otros medios de comunicación como la prensa o la televisión, la radio no es el medio ideal para trasladar información”, dice Brookes en un ensayo. Que, a diferencia de otros medios, en la radio no hay más apoyo que el sonoro y que, si no has conseguido entender algo cuando lo escuchas, ya fue, perdiste tu oportunidad.

Esto, claro, ha cambiado con la llegada del formato de audio: el podcastAhora podemos detener lo que escuchamos e incluso rebobinar y volver a escuchar algo que no nos ha quedado claro. Pero la llegada del podcast no cambia en nada la materia de la que está hecha la radio: ondas sonoras que llegan de ningún sitio, que no podemos ver y que se instalan a nuestro alrededor -a veces, incluso, hasta dentro de nosotras- como si nada. Lo sonoro es lo primero que percibimos en nuestra vida, el primer sentido que desarrollamos en el vientre materno, y eso explica muchas cosas: escuchar tiene que ver, sobre todo, con el orden de lo físico, de lo emocional, de lo de dentro. Por eso hay quien llama a un programa de radio y dice eres como de la familia, te escucho todos los días. Por eso para algunas de nosotras es impensable despertarse con algo que no sea una voz (radiada) a la izquierda de la cama. Por eso mi madre tenía anotado el número de la Cadena SER en su agenda en la letra I, junto al nombre Iñaki (así, sin apellido). Por eso nos impresiona tanto escuchar la voz grabada de una persona muerta. 

Por eso, esa falibilidad, digamos, a la hora de trasladar información, más que perjuicio, es oportunidad: abre la posibilidad de comunicar de modos distintos. De informar, sí, pero de otras maneras: de maneras que exploten esa cualidad física de lo sonoro. Chris Brookes llamaría a eso evocación. Yo lo llamo intimidad.

Sé que a estas alturas lo parece, pero prometo que no escribo este texto para hacer un panegírico de la radio como medio. Escribo esto porque, hace ya años, hay ciertas formas de audio que se sirven de esa esencia evocadora, de esa esencia íntima, para contar historias de otras maneras. Se les ha llamado piezas (features), o historias, o no ficción narrativa, o documental sonoro, o audio storytelling, pero en realidad no hay un nombre definido y está bien así: son propuestas muy heterogéneas entre sí, aunque unidas por rasgos formales comunes. Algunos de esos rasgos: saltarse las fronteras entre géneros. Hablar en primera persona. Poner las palabras al mismo nivel que los (otros) sonidos. Hacer música con ellas. Montaje. Montaje. Montaje. Conservar, del habla, lo más natural, es decir, lo más tierno o lo más seco o lo más emotivo o lo más impactante, es decir, lo más real. Y, por ello, huir de lo impostado. 

No estoy hablando de obras que se presenten en museos, hechas para una minoría de gente entendida: las producciones a las que me refiero se escuchan, en varios países, en las radios tradicionales. Pasa en Estados Unidos, pasa en Australia, en Holanda, en Francia, en Inglaterra, pasa en otros lugares. En la mayoría, la radio pública fue el lugar donde se pudo desarrollar esa experimentación (entendiendo la palabra “pública” dentro de la realidad de cada uno de esos países, claro), y después otras radios tomaron el testigo. Se trata de contar historias mínimas que no aspiren a la universalidad: historias subjetivas, personales, que, precisamente por serlo, y por estar contadas de otras maneras, consiguen conectar con la oyente, con el oyente, de esa manera íntima que solo puede la radio. Y entonces es automático: una historia que habla de otra persona te habla a ti, o te habla de ti, y bum, ahí llega, como por arte de magia, lo universal. 

Estas creaciones ya existían antes de la llegada del formato podcast. Y el podcast llegó a expandir esa realidad. El podcast, no lo olvidemos, no es más que eso, un formato: un archivo digital de audio que puedes escuchar online o descargar. Pero esa portabilidad permitió que, de repente, lo que antes eran límites dejaran de existir: no hay necesidad de tener una duración determinada, ni una regularidad, ni siquiera un formato establecido; ni el apoyo de una radio. El podcast ofrece la libertad de crear de esas otras maneras que ya habían comenzado muchas, muchos, en la radio tradicional. Este texto inaugura una sección para hablar de ellas. Como cuando, después de leer ese libro, o de ver aquella peli, solo puedes llamar a tu amiga para compartir la magia; “mira esto”, “lee esto”. Escucha esto.


#EscuchaEsto_1: Invisibilia, de NPR (National Public Radio, EEUU)

Invisibilia, en latín, significa “cosas invisibles”. Este programa trata de mostrarlas o, al menos, de hablar de ellas: de las fuerzas invisibles que regulan el comportamiento humano. Por el título parece un programa de psicología, pero es mucho más que eso: en Invisibilia, el storytelling de audio da la mano al periodismo científico para explorar esas preguntas que todas nos hemos hecho alguna vez: ¿somos lo que pensamos? ¿tenemos que ser empáticas con la gente que hace el mal? ¿vamos a seguir repitiendo siempre los mismos errores? En cada episodio, una o varias historias personales se van entretejiendo con esas preguntas, hechas de manera casual, como se las haríamos a una amiga, o como nos las hacemos a nosotras mismas. Esa es una de las cosas que más define este podcast: que nadie habla desde el pedestal del experto, sino que las voces, como las historias, se van hilando de manera natural, como si no costara. Y, sobre todo, que Invisibilia piensa en cómo traducir todas esas preguntas al lenguaje sonoro: ¿cómo suena la duda? ¿y la obsesión? 

Por dónde empezar a escuchar: ‘The problem with the solution’ (Temporada 2 / Episodio 3)

En EEUU la gente está obsesionada con encontrar soluciones para todo. Pero, ¿tenemos que tratar de solucionarlo todo? Un episodio sobre salud mental, y sobre un pueblo de Bélgica que ha descubierto que el problema está, precisamente, en buscar soluciones. 

Aquí el episodio

Y una transcripción para seguir el inglés

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