Sociedad
Los niños y niñas que tienen vetado el acceso al cole en Melilla
La ONG Prodein entrega más de 80.000 firmas al Ministerio de Educación para que permita a más de 200 niños y niñas de Melilla ir al colegio.
«Queremos ir al cole», corearon durante meses, una vez a la semana, niños y niñas ante la Delegación del Gobierno de Melilla a lo largo de 2018. Sus madres les ayudaban a hacer las pancartas para que no se repitiese su historia: el analfabetismo, la indocumentación, la pobreza y la exclusión. Muchas de ellas habían nacido en Melilla, o habían llegado a la ciudad fronteriza hacía muchos años e, incluso, décadas. Viven, como contamos en un reportaje en nuestra revista LaMarea71, en una especie de régimen de ‘apartheid‘: no pueden acceder a un permiso de residencia porque tienen vetado el acceso al padrón municipal, por lo que tampoco tienen derecho a la tarjeta sanitaria… Una espiral de barreras administrativas excepcionales, que no se dan en ningún otro territorio español, dirigida a obstaculizar la regularización de la población de origen musulmán.
Sus hijos e hijas también son castigados de manera colectiva, negándoles su derecho universal a la educación. Lo que en cualquier otra ciudad española es un deber para los padres y madres, que en caso de incumplirlo puede acarrearles la retirada de la custodia de los menores, aquí es un deseo inalcanzable. Les exigen la tarjeta sanitaria o estar empadronados, requisitos que se les niega sistemáticamente cuando intentan solicitarlos.
Por ello, el año pasado, la ONG Prodein puso en marcha una campaña para exigir la escolarización de los más de 400 menores excluidos del sistema educativo. Además de las manifestaciones semanales, la entidad recogió más de 100.000 firmas en apoyo a su exigencia a través de Change.org y el aval del Defensor del Pueblo. Finalmente, el Ministerio de Educación autorizó en julio de 2018 la inscripción en sendos centros educativos de 200 niños y niñas que contaban con la tarjeta sanitaria.
Pero, a un mes de que comience un nuevo curso escolar, otros 243 menores han visto cómo sus nombres no aparecen en ninguno de los listados de alumnado admitido en los centros educativos melillenses. Por ello, este verano, miembros de Prodein han vuelto a acompañarles a manifestaciones para exigir su derecho a ir al colegio y a recoger firmas: más de 80.000 entregó ayer su fundador, José Palazón, en el Ministerio de Educación.
“Ningún niño debería dedicar su verano a manifestarse para que le dejen ir al cole”, escribía Palazón en su petición en change.org. “Deberían estar disfrutando de sus vacaciones y alegrándose de no tener que ir a clase por unos meses. Pero no, es más bien al revés, ellos están reclamando que les dejen ir al colegio porque el Gobierno sigue sin garantizar que a la vuelta de verano estos niños tendrán un pupitre en el que sentarse…”.
Francisco Fernández Marugán, el Defensor del Pueblo, lleva desde 2018 manifestándose a favor de las exigencias de Prodein e instando a las Administraciones Públicas, a través de comunicados y declaraciones públicas, a que “encuentren una solución permanente que acabe con estas situaciones de marginación, invisibilidad y exclusión”.
Puedes encontrar más información sobre esta cuestión en el reportaje El ‘apartheid’ de las otras melillenses, en #LaMarea71
Gracias Arroyo Claro por mencionar todo el trabajo de recuperación que llevamosa cabo des de hace 10 años.
La educación emancipa, es empoderadora Y esto a ciertos poderes, les levanta ampollas, no quieren mujeres y hombre pensantes y de espíritu crítico, mejor los lacayos.
No podrán!
+info del proyecto: http://desenterrant.blogspot.com/
P.D.
https://www.huffingtonpost.es/entry/dia-internacional-de-los-pueblos-indigenas-haceis-a-nuestros-hijos-extranos-en-su-propio-hogar_es_5d4c4fc3e4b01e44e4770f34?utm_hp_ref=es-homepage&utm_so
Con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas que se celebra hoy 9 de agosto, Survival International llama la atención sobre una realidad silenciada y desconocida para la sociedad mayoritaria: la existencia de Escuelas Fábrica, también conocidas como escuelas residenciales donde se «reprograma» a los nin?os indi?genas y tribales para amoldarlos a la sociedad dominante, desvincula?ndolos de sus familias, tierras, culturas, lenguas y modos de vida.
Según Survival International, hay alrededor de un millón de niños y niñas tribales e indígenas en Asia, África y Sudamérica que actualmente acuden a estas escuelas.
Menores tribales e indígenas de todo el mundo son separados a la fuerza de sus familias y enviados a escuelas que anulan su identidad y en muchos casos les imponen nombres, religiones y lenguas que les son ajenas.
A menudo, quienes mueven los hilos detrás de estas instituciones son industrias extractivas y organizaciones religiosas fundamentalistas.
Un megainternado de India –que alardea de ser el “hogar” de 27.000 niños indígenas– declaró abiertamente que su propósito era convertir a niños indígenas “primitivos” de “pasivos en activos”, de “consumidores de impuestos en contribuyentes”.
Entre sus socios se hallan las mismas empresas mineras que tratan de hacerse con el control de las tierras que esos niños llaman su verdadero hogar.
Los padres han calificado el colegio de “granja de gallinas”, donde los menores se sienten “prisioneros”.
Un experto en educación de los adivasis nos ha contado que “les han lavado el cerebro a base de una enseñanza que dice ’la minería es buena, ‘el consumismo es bueno’, ‘vuestra cultura es mala’. Los internados indígenas son instituciones que anulan la autobiografía de cada niño para sustituirla por lo que encaja en la sociedad dominante. ¿Acaso no es un crimen en nombre de la educación escolar?”
Stop a las escuelas fábrica, firmar:
https://www.survival.es/recogidasdefirmas/escuelasfabrica?utm_source=SPANISH%3A+email+updates&utm_campaign=58c56e6ca5-&utm_medium=email&utm_term=0_60e0d56bf6-58c56e6ca5-8752440.
(El Salto Diario: “La reconquista” de la educación ultraconservadora sube Despeñaperros)
Según la educación que reciban estos niños melillenses casi que es peor el remedio que la enfermedad ya que más que educación se trata de adoctrinamiento, de encorsetar las mentes, de evitar que los niños aprendan a pensar por sí mismos.
Por enseñarles a pensar por sí mismos, la iglesia y el caciquismo, es decir, las derechas se ensañaron cómo bestias, cómo cafres, cómo hienas hambrientas de sangre en los maestros republicanos. Se les consideraba los peores enemigos del tradicional «orden» establecido así que la consigna era asesinarlos para que no propagaran la mala semilla.
Hay muchas documentaciones de maestros republicanos que fueron asesinados por orden del cura y del caciquismo local.
Ello está magistralmente descrito en «El mar será», «El maestro que prometió el mar» «El retratista», conmovedora historia de Antoni Benaiges maestro republicano de Bañuelos de Bureba (Burgos) que quiso introducir innovación en uno de los territorios más rancios de España, Castilla la Vieja..