Internacional
Travesía del río Mekong: al final de las tinieblas
«Es de temer que estas imágenes próximamente solo sean un recuerdo de otro tiempo, como el modelo de vida de buena parte de sus habitantes", escribe el fotógrafo.
Artículo publicado en #LaMarea70: ‘La memoria de Europa’ (marzo de 2019). A la venta aquí
La leyenda del Mekong cuenta que cada uno de los nueve dragones que forma su estuario es portador de una fuerza sobrenatural. La estación seca provee a la naturaleza de inmejorables condiciones para que en su cuenca nazca y crezca una amplia diversidad de vida. Sin embargo, las épocas de lluvias los enfurecen y el río, en su crecida, puede arremeter contra todo lo que halla a su paso en su imparable avance color tierra.
El descenso del Mekong entre el pueblo de Huay Xai, nada más cruzar la frontera con Tailandia, hasta Luang Prabang, ciudad Patrimonio de la Humanidad en el centro del Laos, nos sitúa en un entorno en el que realidad y ficción se mezclan con una naturaleza aún virgen y recuerdos del horror bélico del ultimo siglo.
A cada meandro de su caudal esperamos encontrar el campamento del coronel Kurtz, aunque éste se situara en la película a cientos de kilómetros, en Camboya, y la película basada en El corazón de las tinieblas fuera rodada en realidad en Filipinas.
El puñado de imágenes que nos ofrece esta pequeña aventura, un recorrido de dos días en barca de las utilizadas por los habitantes de los pueblos de ambas orillas, también nos recuerda a la película Chang: Un drama en la jungla (1927), una etnoficción colonialista rodada por los directores de King Kong que describe la vida de una familia en la jungla y su lucha por la supervivencia en una época que ya ha pasado.
La realidad es que actualmente tanto Tailandia y Laos, como el resto de los países de la antigua Indochina, son un destino predilecto para un tipo de turismo depredador al que le es indiferente el lugar y sus gentes mientras haya alcohol barato y música a todo volumen. Y este paseo en barcaza tampoco escapa a este nuevo horror.
Es de temer que en poco tiempo estas imágenes solo sean postales de otro tiempo. El avance imparable de la destrucción que arrastra un turismo poco respetuoso, como antes lo hicieron la colonización y la guerra, acabarán probablemente con el modelo de vida de buena parte de los habitantes de las riberas del río gigante.
El río Mekong se extiende desde su nacimiento en el Tíbet hasta el Mar del Sur de China. Su caudal se divide en dos tramos. El Mekong superior fluye 2.000 km a través de un valle largo y angosto, que comprende aproximadamente un cuarto del área total, a través de las montañas y mesetas del suroeste de China. El bajo Mekong, a partir del punto donde forma la frontera entre Myanmar y Laos, recorre casi 2.500 km que abastecen la meseta de Khorat en el noreste de Tailandia, las laderas occidentales de la Cordillera Annamese en Laos y Vietnam, y Camboya, antes de llegar al mar a través de los canales de su delta en el sur de Vietnam.
El auge del turismo ha terminado por colonizar hasta los rincones más inaccesibles hasta hace solo unos años. La progresiva apertura del país y su ubicación entre las zonas del sudeste asiático más visitadas, unido a los todavía bajos precios y un cierto espíritu de “autenticidad”, convierten Laos en el destino ideal para mochileros. Un destino que corre el peligro de verse transformado así en presa del turismo de masas, una suerte de población itinerante y homogénea de jóvenes en busca de alcohol, fiesta, música comercial y aventura.
El Mekong vertebra en su recorrido el país con más diversidad étnica del sur de Asia Oriental. Se estimaban en cerca de 60 los distintos grupos étnicos en su territorio antes de los desplazamientos y muertes ocasionadas por los diversos conflictos que lo han asolado durante el siglo XX.
Tras la guerra de Indochina se les agrupó en función de su ubicación geográfica en tres grandes grupos: Lao Loum («de tierras bajas»), Lao Theung («de las laderas de las montañas «) y Lao Soung («de las montañas») que no dan cuenta, sin embargo, de su diversidad de costumbres y culturas. Los Lao Loum habitan en las riberas del río y en las ciudades y conforman la principal etnia del país.
La colonización francesa desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX dejó en Laos profundas heridas, que se intensificaron con la Segunda Guerra Mundial, las guerras de Indochina y una cruenta guerra civil. Se dice que es el país más bombardeado de la historia, en el empeño de los Estados Unidos por cortar el sendero Ho Chi Min, en una operación que duró años y ocultada a la opinión pública. Desde 1975 es un país independiente con la proclamación de la República Popular de Laos, de orientación comunista.