Los socios/as escriben
Un viejo chiste
Un viejo chiste cuenta que una noche, en una calle, bajo la luz de una farola un hombre se inclina hacia el suelo buscando afanosamente. Un transeúnte que le ve se acerca y le pregunta: «¿Se le ha perdido a usted algo?«. «Sí», le contesta, «una moneda muy valiosa». El transeúnte se une a la búsqueda, y después de un rato de mirar y remirar infructuosamente le dice al otro:
–»¿Está usted seguro de que se le ha caído por aquí?».
–»No, se me cayó en aquella esquina, pero como allí no había luz, he venido a buscarla aquí».
Hace siete años escribí un articulito comentando este chiste. Se lo dediqué al Sr. Rajoy, entonces presidente del Gobierno, que buscaba la bonanza económica perdida con la crisis en el terreno de una nociva reforma laboral. Creo que seguiría siendo válido, pues la derecha económica y política sigue buscando la bonanza económica en exprimir un poco más a los trabajadores. Pero ahora pienso que se podía aplicar no sólo a la derecha. Me temo que también la izquierda política está buscando en un sitio equivocado.
Está buscando un benévolo Estado de Bienestar dentro de la estructura económica capitalista y eso es una peligrosa quimera. Dentro de esa estructura, el Estado de Bienestar fue una situación que el capitalismo tuvo que aceptar al sentirse amenazado por los países socialistas y los poderosos movimientos de izquierdas que había en el interior del bloque occidental. Con el hundimiento de la Unión Soviética, la conversión de China y el triunfo de la sociedad de consumo, el capitalismo ve que puede lanzarse a la reconquista del terreno perdido para volver a la estructura social del siglo XIX. Y lo está haciendo.
Dentro de esa campaña de reconquista puede haber pequeños altibajos, como lo que ocurre actualmente en Portugal, algo que alimenta las falsas ilusiones de una desvencijada socialdemocracia. Esta situación de Portugal puede ser muy molesta para la derecha de ese país, pero los grandes centros financieros están muy tranquilos porque el gobierno portugués sigue bajó el control del poder capitalista y la mentalidad, la cultura – el “imaginario colectivo” de que habla Zygmunt Bauman? siguen siendo burgueses.
Habría que buscar en una esquina oscura, en una crítica radical al sistema capitalista. Que no es una esquina desierta, pues hay un potente pensamiento anticapitalista aunque la luz no llegue a él. Este pensamiento no llega a los grandes medios de comunicación, dominados por el pensamiento único. Permanece en círculos mucho más reducidos, y en la redes sociales está mezclado con el imponente ruido de todo tipo de hay en ese espacio.
Pero sí queremos un mundo realmente mejor, tenemos que buscar en la esquina oscura. Porque sólo con la superación del capitalismo será posible alcanzar un estado en que todo el género humano tenga una situación mínimamente digna. Solo con la superación del capitalismo lograremos un reparto equilibrado de los bienes de la tierra. Y sólo con la superación del capitalismo y su mentalidad consumista, depredadora, será posible evitar el colapso ecológico de la humanidad.
Desgraciadamente los partidos políticos de izquierda en su discurso no dan muestra de ser muy conscientes de esta realidad, o por lo menos, no parecen sentirse con fuerzas para hacerle frente. En sus programas sí aparecen algunas medidas encaminadas a la transición energética, en la misma línea de los acuerdos internacionales: buenas palabras y pocos compromisos. Sin embargo la conservación de un medio natural apto para la vida humana exige una superación total del sistema capitalista, de su estructura económica y de los valores y la cultura que acompañan a esa estructura. No podemos encontrar la solución buscando en un espacio más cómodo y fácil.
De acuerdo con el comenterio.
Y totalmente de acuerdo con el artículo de D. Antonio Zugasti.
Creo que conviene intentar difundirlo.
Yo, me pongo a ello.
Saludos.
Dónde está la izquierda política, Antonio?.
Al menos en el Parlamento no.
Lúcido y sabio artículo de una persona que denota valores y sabiduría, precisamente lo que necesitamos la sociedad para ver y convencernos de que o dejamos de alimentar a la bestia capitalista/consumista o acabaremos a no mucho tardar en ser devorados por ella.
O lo que es lo mismo: Socialismo genuino o autoexterminio.
Aunque los políticos tuvieran esta voluntad bien poco podrían hacer si la mayoría de la gente no lo sabe ver ni está en ello. Están distraídos con el último juguete, el móvil, o con el futbol, además de manipulados.
Acuérdate, por ejemplo, de la invasión de Iraq. Cuando los políticos (PSOE incluído) vieron la gran movilización de la sociedad en contra de esta invasión, fué cuando se posicionaron junto al pueblo y en contra de la invasión.