Economía
“El gran robo fue expropiar tierras comunales y de los ayuntamientos”
Entrevista a Isidoro Moreno, catedrático de Antropología Social de la Universidad de Sevilla, incluida en el dossier #DeQuiénEsEspaña.
Esta entrevista forma parte del dossier #DeQuiénEsEspaña, en LaMarea71. Puedes comprar la revista en nuestra tienda online o suscribirte desde 40 euros al año para que te enviemos todas nuestras revistas.
¿Cómo se inicia el latifundismo en Andalucía?
La concentración de la tierra en Andalucía ha sido un proceso acumulativo. Hay dos momentos fundamentales. El más antiguo, la conquista –que no reconquista– castellana del Valle del Guadalquivir, que formó una gran cantidad de grandes propiedades, sobre todo en lo que era la llamada frontera, la zona de la campiña de Sevilla, Córdoba y Málaga. E incluso las tierras de los repartimientos que hubo fueron paulatinamente absorbidas por las grandes propiedades. Esto no se da solo en un momento inicial sino que se va acentuando, entre otros motivos, porque para pagar los servicios a la monarquía se conceden grandes extensiones de terrenos. La segunda etapa es en el siglo XIX, que es cuando se produce el gran robo de tierras.
¿En qué consiste?
En las desamortizaciones. Es de la eclesiástica de la que más se ha hablado, pero la cantidad de tierras que salieron al mercado fue aún mucho mayor en el caso de las tierras comunales y de bienes de propios (de los ayuntamientos). Bajo el dogma –eso sí, etiquetado de progresista– de que todas las tierras que no tenían un propietario privado, con nombre y apellidos, estaban en manos muertas, fuera del mercado –y en la etapa de consolidación del sistema capitalista todo tiene que estar en el mercado–, se expropian casi todas estas tierras comunales y las de propios que los ayuntamientos arrendaban para tener fondos para servicios, educación… El gran robo consistió en eso: se impide que los ayuntamientos tengan bienes propios (tierras) y se impide a quienes no tienen propiedades acceder a las tierras comunales. Esto produjo un gran proceso de proletarización y un fuerte incremento de los jornaleros sin tierra en precariedad permanente.
¿Qué pasó con esas tierras?
Las grandes propiedades expropiadas por el Estado liberal salen a la venta a bajo precio, pero por muchas hectáreas que tuvieran había que comprarlas enteras. Y son quienes tienen ya muchas tierras, los ricos (pertenecientes a la nobleza, burgueses enriquecidos en actividades sobre todo mercantiles, y grandes arrendatarios), quienes tienen la posibilidad de pagar por ellas. Hacen el gran negocio.
Todo es gran propiedad…
Sí, en la mitad del XIX se consolida como el sistema predominante en Andalucía, sobre todo en las comarcas con mejores tierras. Y es la fuente del caciquismo, porque monopoliza la tierra, que es también monopolizar el empleo. Y ello lleva a controlar, durante muchas décadas, a veces hasta ahora, el poder municipal. La consecuencia es una estructura social muy polarizada.
Y la tierra no es para quien la trabaja…
Para entender la reivindicación “la tierra, para el que la trabaja» hay que ver lo que había detrás, que era la reivindicación de devolución de las tierras que habían sido bienes comunales y de propios, y el cuestionamiento de la legitimidad de la propiedad de quienes pasaron a ser sus dueños. No son luchas obreras sin más, sino luchas de obreros que eran realmente campesinos sin tierras, que habían sido desposeídos del uso de esta, no exactamente de la propiedad. En las primeras décadas del siglo XX, y al principio de la guerra civil, los incendios de registros civiles y de la propiedad tenían ese trasfondo: esas escrituras de propiedad eran consideradas ilegítimas.
¿Esas propiedades se mantienen iguales o han cambiado?
Hoy detrás de muchas de esas grandes explotaciones puede haber una sociedad anónima con participación de bancos, etc. Y una sola empresa puede tener varias grandes propiedades. Se ha acentuado la concentración. Y otra cuestión es que quienes tenían el poder económico y político han controlado hasta hace no mucho a los pequeños y medianos propietarios. Un ejemplo es el olivar tradicional, en muchas comarcas con explotaciones pequeñas y medianas. Sin embargo, los instrumentos de transformación imprescindibles, las almazaras, hasta que empiezan las cooperativas, están en manos de los grandes. Los pequeños y medianos tienen su tierra, pero ¿qué hacen con su producción? Tienen que pasar por el embudo. Existe un monopolio de los canales de transformación. Esto es fuente de poder, no solo la propiedad de tierras.
¿Falta un banco público de tierras?
Más allá de los nombres, esto es una cuestión de voluntad política. Si la hubiera, no habría mayor problema en conceder una tierra pública a una o varias cooperativas para que, sin perder la titularidad pública, estas la trabajaran. Un organismo puede facilitar pero también podría dificultar el proceso si se burocratiza.
¿Cómo influye la gestión del agua?
Esa es otra cuestión muy importante. El coste casi cero del agua, un bien escaso, se plantea como un progreso. Pero a quienes beneficia que el agua sea casi gratis es a quienes tienen más y mejores tierras: a los grandes propietarios. También a la agricultura intensiva, que en su mayor parte es insostenible ecológica y socialmente. Serían necesarias nuevas reglas, una nueva “cultura del agua” que garantice la sostenibilidad del ecosistema y la viabilidad de las generaciones futuras.
Muy interesante este dato de las tierras de los ayuntamientos.
Me pregunto, en cualquier caso, cómo se alquilaban: ¿Había amiguismo, etc.? Algo me dice que sí, y con esto no defiendo la privatización de los terrenos públicos (sino su uso equitativo, transparente y limpio)
Menos procesiones, Andalucía y emplear más el coco; los dioses decentes se complacen con los hijos que exigen sus derechos, los dioses decentes crearon la Tierra para que todos sus hijos se alimentaran de ella, no para que los más codiciosos se la apropiaran como suya mientras vosotros procesionais como posesos. Los dioses decentes no se complacen de vuestra necedad.
Según el Diario de Jerez, desde el año ochenta hasta la actualidad, el número de procesiones fuera de la semana santa en la ciudad, ha ido evolucionando en una escalada hasta llegar a nuestros días en la que se contabilizan cincuenta procesiones que los cofrades organizan durante todo el año.
Santos, Apóstoles, Vírgenes de Gloria, cruces de mayo, rosarios vespertinos o de la aurora, todo un periplo de procesiones que ocupan prácticamente todo el calendario de un año en la ciudad cada fin de semana. Con la salida de Santa Marta el pasado lunes, quedaba cerrado este ciclo hasta nueva orden que, según el cuadrante que ilustra este reportaje, podría verse abierto con la salida de la Virgen de Consolación de Santo Domingo.
Y todo esto sin contar con las extraordinarias y dejando también a un lado los traslados que se organizan con motivo del Corpus Christi donde los cofrades también encuentran un filón para poner santos en las calles que presidirán los distintos altares. Se ha dado el caso en el que la custodia aún no había entrado en la Catedral de vuelta de su procesión cuando ya se estaban moviendo los pasos para su vuelta a sus templos con banda incluida, convirtiendo el centro de la ciudad en un auténtico parque temático de pasitos que iban y venían por las calles.
Una situación similar viven otras muchas ciudades, sobre todo en Andalucía. En Granada se han llegado a contabilizar más de 150 salidas procesionales, la mitad de ellas con motivo de la Semana Santa y el resto traslados, rosarios, salidas parroquiales, patronos o patronas como la Virgen de las Angustias o el Corpus.
«Rocio», documental sin censurar de Fernándo Ruiz Vergara.
https://www.tercerainformacion.es/video/2018/01/31/rocio-documental-version-sin-censurar-de-fernando-ruiz-vergara-1980
En el Genil entre Ecija y Palma del Río prácticamente todo estaba en manos de arrendadores o por lotes en 1939 todos fueron expulsados por chantajes o amenazas hoy en día la vega esta prácticamente esta llena ¡¡¡ de olivos!!! Una tierra que daba ciento de miles de puestos de trabajo hoy es un desierto
El SAT ha mantenido la ocupación de la finca pública «Somonte» desde marzo del 2012 y, aunque han sido desalojados en tres ocasiones, a los pocos días han vuelto siempre a ocupar estas tierras.
«Blas Infante llamaba a los andaluces a no emigrar, a recobrar las tierras que son nuestras.
«En Andalucía el 50 por ciento de la tierra cultivable está en manos del 2 por ciento de propietarios, que la tierra pública no sea también para estos especuladores, que la pueda trabajar la gente, que se puedan crear puestos de trabajo que no sean basura y nos obliguen a emigrar, apostamos por la soberanía alimentaria y la reforma agraria», dice el líder jornalero y portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Oscar Reina.
Voluntad política en conceder una tierra pública a una cooperativa no hay ninguna, y menos con los caciques franco/fascistas que gobiernan hoy Andalucia, los herederos ideológicos de los que bombardearon en el 37 a la aldea de Membrillo Bajo que había ganado un pleito a los grandes propietarios que «les» robaron esas tierras del común.
Que interesante artículo!
Una de las historias más terribles de esa «perdida» de tierras del común está en la aldea del Membrillo Bajo (Zalamea la Real) que ganó un pleito a los que robaron esas tierras (grandes propietarios) y en 1937 fueron bombardeados por los golpistas. La aldea aún se encuentra sin que viva nadie y en ruinas tal como quedo. Los ganaderos de la zona nunca perdonaron tal afrenta pública.
Esas tierras del rincón
las sembré con un buey pando
se me reventó el barzón
y sigue la yunta andando…
https://www.youtube.com/watch?v=8-glRuE-geM&list=RDbZXjeLvDeg0&index=2
y franquita la culona no arreglo nada, lo empeoro robando y matando y dando privilegios a sus fans y sus sucesores tampoco han hecho nada para la pobre gente que se pone en fila para que un patrón le dé trabajo al tajo como si fuera un perro, cada vez menos pagado y con mas miserias.
«a desalambrar(repartir y colectivizar) que esta tierra es de nosotros y no del que tenga mas»