Internacional
Enzo Traverso: “La izquierda del siglo XXI hay que inventarla”
El historiador italiano ha rastreado en su ensayo recién traducido 'Melancolía de izquierda' (Galaxia Gutenberg, 2019) la cara oscura del hilo rojo de la Historia. Oscura por humana –sostiene el autor–: la del vacío que sigue a la derrota y que la esperanza parece tener cada vez menos fuerza para rellenar.
Puedes leer la entrevista completa en #LaMarea71: ¿De quién es España? O puedes suscribirte desde 40 euros aquí para recibir todas nuestras revistas.
De Marx al suicidio de Benjamin en Port Bou, del comisariado político de Courbet en la Comuna a las muy distintas aproximaciones a la derrota de Marker, Angelopoulos o Loach. El historiador italiano Enzo Traverso (Gavi, 1957) ha rastreado en su ensayo recién traducido Melancolía de izquierda (Galaxia Gutenberg, 2019) la cara oscura del hilo rojo de la Historia.
Oscura por humana: la del vacío que sigue a la derrota y que la esperanza parece tener cada vez menos fuerza para rellenar. “La melancolía de izquierda no es una enfermedad, pero tampoco es una terapia. No tengo una prescripción para solucionar los problemas de la izquierda, solo digo que esta podría reconocer que la melancolía es una de las dimensiones de su cultura. La hubo después de 1848, después de la Comuna de París, después de los años 20, después de la guerra civil española y después de las revoluciones anticoloniales. Había una ambición: cambiar el mundo. Y para eso las ideas son indispensables pero no suficientes. Hay que movilizar esperas, utopías y deseos de cambio, y hay también una dimensión emocional que se despliega. Cambiar el mundo es una experiencia colectiva, y un movimiento colectivo es uno de socialización, de intercambio de emociones que pueden ser muy agradables en momentos mágicos, esos en los que parece que tenemos la fuerza de cambiar el mundo y las clases subalternas, siempre dominadas, se vuelven sujetos de la historia. Pero también hay una melancolía que es un sentimiento que surge después de las derrotas. Y la historia de la izquierda es también una historia de derrotas”, explica Traverso. […]
Puedes leer la entrevista completa en #LaMarea71: ¿De quién es España? O puedes suscribirte desde 40 euros aquí para recibir todas nuestras revistas.
Poco se puede hacer en este país mientras la enseñanza en las escuelas no sea laica; mientras la iglesia mangonee en la formación del escolar. Esa es principalmente la causa de esta España sumisa, dormida, caciquil, retrógrada, esclava sin saberlo…
Y desgraciadamente la iglesia, junto con el resurgir del francofascismo, su socio, está tomando auge como en sus mejores tiempos en colegios, universidades…
Un ejemplo:
Málaga: la universidad de los Kikos, la Faes, Aznar y el pensamiento ultra.
Es difícil entender en la capital costasoleña el capricho de su alcalde por ubicar un centro universitario privado cuando la UMA está considerada como una entidad educativa de muy alto nivel con numerosas facultades y disciplinas. Pero si es complejo explicarse esa obsesión del equipo de Gobierno del PP por hacer competencia a la universidad pública, más difícil racionalizarlo es que para ello el Ayuntamiento tenga la intención de “regalar” 40.000 metros cuadrados de terrenos públicos a una universidad como es la Católica de Murcia (UCAM), calificada por la oposición como poseedora de un ideario “homófobo, racista, machista y reaccionario”.
Esta universidad clasista, elitista, ultraconservadora y muy cercana a la fundación FAES está presidida por José Luis Mendoza, miembro muy activo y donante del ultracatólico e integrista Movimiento Neocatecumenal de KikoArgüello (los Kikos). No extraña la obsesión del PP de Málaga por la UCAM ya que esta ha servido de altavoz de la doctrina de los populares en temas como el 11-M, el aborto o la homosexualidad.
Para ello cuenta entre sus filas con ponentes como José María Aznar, Jaime Mayor Oreja o Ángel Acebes.
La UCAM invistió en 2009 como catedrático a José María Aznar y llevó a conferenciar a viejas glorias del PP como Jaime Mayor Oreja, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Ramón Luis Valcárcel, Manuel Pizarro o María San Gil. Financiada por FAES, la Cátedra sirve como instrumento de difusión de las ideas del PP.
La propia Universidad ha levantado ampollas después de que una de sus profesoras de Bioética, Gloria MaríaTomás y Garrido, tachó a los homosexuales de “enfermos” y aseguró que todo lo que no es heterosexual es “perversión». Mendoza nunca ha ocultado sus opiniones integristas con fuertes diatribas en público.
En 2015 y ante el público asistente a la inauguración oficial del curso mantuvo que el “mal llamado matrimonio homosexual es una abominación a los ojos de Dios”. En otra ocasión comentó, a lo largo de su ponencia en una conferencia, que “los gays son enfermos”.
(El Plural: PP y Cs regalarán más terrenos a la universidad “homófoba, misógina y reaccionaria»)
Trump anuncia que considera declarar a Antifa como «organización terrorista
Donald Trump señaló este sábado, desde su cuenta de Twitter, que está considerando declarar a la organización de activistas opositores al fascismo, Antifa, como una “organización terrorista” en los Estados Unidos.
El mandatario norteamericano acusó al grupo antifascista de atacar manifestantes y periodistas conservadores en distintos eventos alrededor del país e incluso los comparó con los ‘Maras’.
“Se considera declarar a Antifa, ese grupo de locos izquierdistas radicales cobardes que van por ahí golpeando gente (que no pelea) en la cabeza con bates de beisbol como una organización terrorista mayúscula (junto con la Mara Salvatrucha y otros). Haría más fácil para la policía el hacer su trabajo”. Donald J. Trump
Las declaraciones de Trump llegaron después de que los senadores republicanos Bill Cassidy y Ted Cruz propusieran una nueva ley para designar al grupo como una “organización terrorista doméstica”.
Pese a que Antifa se ha enfrentado en numerosas ocasiones a grupos supremacistas blancos y neonazis norteamericanos, el gobierno de los Estados Unidos no ha tomado pasos para designar a estas agrupaciones de extrema derecha como organizaciones terroristas, como si pretenderían hacer con estos grupos radicales de izquierda.
«El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos.
Los pueblos deprimidos no vencen.
Por eso venimos a combatir por el país alegremente.
Nada grande se puede hacer con la tristeza»
(Arturo Jauretche)
CAROLA CHÁVEZ. Con todo respeto: a propósito de “seguir luchando”
…La alegría pasa por el descubrimiento de nuevas capacidades, de nuevas posibilidades, de nuevas formas de hacer las cosas.
Pasa por celebrar cada cuesta remontada.
La alegría pasa por cada gesto de solidaridad que nos acerca, que nos fortalece.
Pasa por el visible florecimiento de la inevitable organización efectiva de la gente para resolver problemas comunes.
Pasa por la reflexión, por el reacomodo y el deslastre.
Pasa incluso por lo más pequeño, lo más insignificante, por lo cotidiano, lo bonito, lo inocente que persiste a pesar de los dolores, inconsciente de ellos, pasa por preservar esa pureza..
Pasa por la dignidad de guapear, de no mostrarte herido ante quien te quiere destrozado en pedacitos.
No tambalear ante quien quiere verte derrumbado.
Pasa, en lo individual, por ayudar a todos los que puedas, no como un acto de caridad masturbatoria, sino como un acto de militancia….
¿De quien es España?
De los mismos. De los golpistas del 36, de los de la genocida dictadura. De eternos caciques y matarifes.
«Ellos han conseguido crear un relato para engañarnos y hasta han conseguido que hablemos de guerra civil, de bandos, de guerra entre hermanos y no es cierto.
No hubo una contienda, lo que hubo fue un golpe de Estado antesala de una feroz represión y de 40 años de dictadura, no hemos de caer en la mentira de los dos bandos, pues ningún Estado democrático puede igualar a los asesinos con sus víctimas, pues no es lo mismo el torturador que el torturado, no es lo mismo la cultura y la educación que la violencia y el terror, no es lo mismo un dictador golpista que aquellos que fueron los legítimos defensores de la democracia y del orden constitucional» (Andrés Barés).