Sociedad
Desmontar la “maternidad”
"Cuando pensamos en la 'maternidad' no pensamos en ella, sino en el 'concepto' que tenemos de ella relacionado con la construcción social de la imagen de madre y de mujer", reflexiona la profesora de Filosofía.
Hay conceptos que tienen tanto peso que nos cuesta moverlos. Aparecen incluso como bloques monolíticos que, a modo de puntos de partida, suponen las bases desde las que comenzar a pensar. Se piensa así desde ellos o se reflexiona acerca de qué hacer con ellos. Se los toma entre las manos, se los mira del derecho y del revés, como una pieza principal sin fisuras que no puede faltar de ninguna reflexión que se precie. Sujeto, mundo, realidad, verdad, justicia, poder, soberano, pacto forman parte del listado ‘must have’ del fondo de armario de la reflexión en torno a nuestro mundo y nuestra sociedad.
De todos ellos el concepto “sujeto” es el gran protagonista, desde que, por hablar de un momento clave del pensamiento occidental, se sostuvo que el sujeto, usted que me lee, es una “cosa que piensa”: “Puedo dudar de muchas cosas, pero no de esta”, decía Descartes. Desde aquí levantó toda su propuesta, aunque en realidad sí que podía dudar de esta “cosa”, que lejos de ser un punto de partida se convirtió con el paso de los siglos y las reflexiones en punto de llegada: el sujeto no es más que todo lo que hace, decide, le pasa, afronta, experimenta o le influye socialmente. Toda la lista de “imprescindibles” dada anteriormente ha pasado por la labor de desmontaje para dejar claro que lo que se entiende por algo está influido por la sociedad desde la que se piensa y por ello tiene “la forma” que una sociedad le brinda.
Sin embargo, esta labor aún no se ha hecho sobre el “concepto maternidad”, el cual, tomado como punto de partida, anuda en la cualidad de “ser madre” elementos ajenos a ella misma: pensamos en ella y desde ella, le damos vueltas del derecho y del revés, sin ser conscientes de que cuando pensamos en la “maternidad” no pensamos en ella, sino en el “concepto” que tenemos de ella relacionado con la construcción social de la imagen de “madre” y de “mujer”. ¿La forma que tenemos de entenderla no está influida por la sociedad desde la que pensamos? ¿No está deformada y manipulada por la estructura patriarcal que la alberga?
La maternidad no es una propiedad que pueda poseerse, explotarse o usarse en usufructo, sino que ha sido y será siempre un poder que somos: una cualidad que no se agota en albergar vida sino en ser la vida misma a través de la cual respira el sistema: su matriz. Quizá sea el momento de pensar en nuevas maternidades y romper con la idea de la vasija. No meramente empoderarla dentro del sistema, sino hacer ver el poder que siempre tuvo más allá de cualquier sistema.
Totalmente de acuerdo con Enrique, aunque es un tema taaan extenso que da para varios libros, esperaba algo más…
¡Qué sería de los imperios sin la mujer que pare los hijos. Hijos para el trabajo, hijos para el consumo, hijos para la guerra.
Más allá de los imperios, la vida.
Prometía por el título pero se queda en un mero preámbulo con notas académicas que no añaden mucho. Está claro que la visión de la maternidad está construida socialmente. ¿Y? ¿En qué consiste esa construcción, qué significados tiene y qué es lo que hay que construir?