Internacional

El 26-M también es clave para la gente

En Europa también acechan la ultraderecha y la derecha autoritaria, que aspiran a hacerse con la fuerza suficiente este domingo para torpedear la Unión Europea desde dentro.

Momentos antes del inicio de un encuentro entre líderes de extrema derecha para hablar sobre la Unión Europea, en Koblenz, Alemania, en enero de 2017. REUTERS / WOLFGANG RATTAY

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En ningún país del continente las elecciones al Parlamento Europeo suelen movilizar grandes masas de votantes. En España cabe temer que los comicios europeos del 26 de mayo serán eclipsados por las elecciones municipales y autonómicas. De hecho, en la reciente campaña para las elecciones generales, Europa no fue un tema para nadie, ni para los candidatos ni para la mayoría de periodistas, como lamentablemente pudimos comprobar en los dos debates televisivos.

Después de haber pasado el susto por un posible gobierno entre PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox, mucha gente en el centroizquierda podría relajarse y pensar que las elecciones al Parlamento Europeo no importan tanto. Pero no hay motivos para la relajación. En Europa también acechan la ultraderecha y la derecha autoritaria, que aspiran a hacerse con la fuerza suficiente el 26-M para torpedear la Unión Europea desde dentro.

Partidos ultra como Alternativa para Alemania, la Liga italiana de Matteo Salvini, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, la extrema derecha de Escandinavia y los movimiento autoritarios de Viktor Orban en Hungría o el PiS en Polonia quieren sumar fuerzas con un único objetivo común: desmantelar la UE tal y como la conocemos para volver al Estado-nación. Les une también la xenofobia y, probablemente, la política de mano dura contra la inmigración es la única propuesta concreta en la que podrán ponerse de acuerdo. De los partidos británicos, que se verán obligados a participar el 26-M por el retraso del Brexit, tampoco cabe esperar una actitud muy constructiva.

A estos enemigos internos hay que sumar la presión de las grandes potencias mundiales contra la UE. Donald Trump, Vladímir Putin y Xi Jinping comparten un interés geoestratégico para debilitar la Unión. Porque les resulta mucho más fácil imponer sus condiciones laborales, medioambientales y agroalimentarias a países solitarios, incluso si son del tamaño de Alemania o España, que a un gran bloque de 27 Estados que, pese a que deja todavía mucho que desear, tiene los estándares más altos del mundo. Trump y Putin están haciendo la pinza a Europa y China ha aprovechado la nefasta gestión europea de la crisis económica para hacerse fuerte en países como Grecia o Portugal.

Las leyes y directivas que emanan desde Bruselas son de máxima importancia para la vida de toda la ciudadanía europea, como aquellas de materia medioambiental, laboral, protección de datos y comercio. El poder popular frente a las instituciones comunitarias, que a menudo tienen más en cuenta los intereses de las grandes empresas que los de la gente común, fue evidente con la fuerte oposición al tratado de libre comercio con EE. UU., el TTIP.

Desde la izquierda se ha criticado muchas veces que la Unión Europea, con sus instituciones, son un instrumento en manos del poder económico. No siempre es así, como muestran las multas multimillonarias que la Comisión ha impuesto a algunas grandes multinacionales, como las tecnológicas estadounidenses. La UE podría ser una herramienta poderosa para transformar el sistema económico en el continente. Igual que no es lo mismo que en España gobierne la derecha con los votos de Vox o el PSOE con Podemos, un Parlamento Europeo dominado por fuerzas progresistas podría cambiar algunas reglas del juego. La fuerza de los jedi es neutra. El 26 de mayo la gente puede decidir si cae del lado oscuro o de la República.

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Comentarios
  1. P.D.
    Lo positivo: con la típica derecha de esta piel de toro, golpista, genocida e impune, caciquil, manipuladora y de juego sucio, de no estar en Europa ya habrían dado otro golpe de estado.

  2. Europa no es que «todavía» deje mucho que desear, Europa es que va a peor. De la Europa de los Pueblos ha pasado a ser la Europa de los mercaderes, la Europa del capital, la Europa de la OTAN, aliada del matón yankee, del euro, moneda que en este país ha sido la ruina de la economía de los de abajo.
    Por recomendación de la UE se reformó el artículo 135 de la Constitución española (esa que es sagrada e intocable cuando se trata de los derechos del pueblo) que sometía al Banco Central Europeo (BCE) y a la Comisión Europea (CE) los presupuestos de todas las administraciones públicas por “recomendación” de la Comisión Europea. Esta reforma exprés conllevó brutales recortes del gasto público, de las pensiones y las enésimas contrarreformas laborales.
    Casi siempre es así, Thilo. Yo también la quiero desmantelar de semejante mafia o irme de ella para que no me someta.

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