Opinión
La casa vacía
¿Quién no ha ido a regar las plantas a casa de un amigo? Una vez dentro, escuchas el sonido de la puerta: alguien gira la llave.
Un amigo me ha dado las llaves de su casa para que le riegue las plantas mientras está de viaje. Su casa es enorme y sin nadie dentro parece mucho más grande. Tiene los techos altos y las paredes del fondo están tan lejos que no apetece acercarse, no vayan a ser de otro.
Camino despacio porque, cuando en casa de alguien no hay nadie, el ruido parece un intruso y no quiero asustarme con mis propios pasos. Avanzo por el pasillo hasta que freno en seco al ver por el rabillo del ojo mi propio reflejo en un espejo. Recupero el aliento y continúo.
Aunque ya conozco la casa, me sorprendo al descubrir la cocina y retrocedo, no vaya a haber restos de la cena de algún extraño y me encuentre ahora con un ladrón junto a la nevera rebañando los platos. Pero tengo hambre y sé que aquí no puede haber nadie, así que me acerco y me hago un sándwich.
Justo cuando me lo estoy acabando, escucho el sonido de la puerta: alguien gira la llave. En seguida entra y me asusto al pensar que sus pasos son lentos para no hacer ruido porque oculta algo. Y mientras termino de comer, escucho el sonido del agua, supongo que saliendo de algún grifo. Ahora los pasos abren los balcones y el sonido del agua de nuevo. Está regando.
Tengo miedo, no sé quién puede ser. Así que decido hacerle un sándwich y esperarle aquí sentada junto a la nevera, rebañando los restos de este plato, que deben de ser de algún intruso porque aún están calientes y mi amigo se fue hace una semana.
Buff!! El hambre, la enfermedad y el miedo, el de verdad, no entretiene tanto a determinada gente!!!
Muy linda minificción. Felicidades. Ese golpe final abre los mundos fractales.
Menudo escalofrío he sentido al leer estas líneas. Enhorabuena.
…lo conocido se vuelve desconocido y no nos asusta.