Sociedad

Antropoceno obsceno

El destino del planeta parece irreversible por culpa de la acción obscena de los humanos. Borja D. Kiza recoge en un libro de entrevistas la opinión de especialistas sobre esta nueva era.

Imagen de la Tierra. NASA

¿Qué es el Antropoceno, esa palabra que cada vez más pronunciamos con orgullo? ¿Entendemos realmente lo que esconde este término cada día más de moda y, por tanto, más sospechoso? ¿Es un concepto que nos ayuda de verdad a comprender nuestra época o en el fondo es un arma en manos de otros que les sirve para engañarnos y retrasar el cambio profundo de estilo de vida que las sociedades occidentales demandan cada vez con más urgencia?

En Antropoceno obsceno (Editorial Icaria) –híbrido de ensayo, periodismo y diario íntimo–, Borja D. Kiza se plantea estas preguntas y entrevista a pensadores y creadores como Edgar Morin, Thierry Paquot, Bernard Stiegler, Valérie Chansigaud, Santiago Cirugeda, Pierre Rabhi y Gilles Clément. Más allá de los aspectos climáticos, el libro habla del futuro del mundo laboral en un mundo con paro creciente, del papel del arte para recobrar el equilibrio, de la lógica de la nueva ilógica planetaria… El texto cuenta con un prólogo y una entrevista extra de Yayo Herrero. «Estamos ante un libro que corre riesgos en la estructura. Sin índice, sin guía, podría ser abordado comenzando por cualquier parte. También corre riesgos por la apertura en la forma de abordar los temas: sin moralejas, sin certezas, sin recetas. No es un libro habitual», escribe Herrero en el prólogo.


Valérie Chansigaud

Historiadora de las Ciencias y Medio Ambiente. Investigadora asociada del laboratorio SPHère

«El Antropoceno no es una idea del todo idiota»

¿El Antropoceno existe realmente? ¿No será toda esta obsesión por la huella del ser humano una locura, una tontería?

Se puede criticar el Antropoceno pero, efectivamente, el ser humano ha comenzado a transformar radicalmente la Tierra. Es cierto que, a nivel geológico, la estamos modificando suficientemente como para que los geólogos de dentro de 10.000 o 50.000 años puedan encontrar una traza innegable, aunque solo sea radioactiva, de nuestro paso. Desde un punto de vista estrictamente material yo diría que el Antropoceno no es una idea totalmente idiota.

¿Solo los humanos somos responsables de la huella geológica de este periodo?

Hay personas que reprochan que el humano no es el único actor de esta historia pero, personalmente, me parece que es un actor bastante importante… Desde el punto de vista del impacto en el medio ambiente, hay un antes y un después de la expansión del ser humano y lo que este ha hecho en algunos lugares no tiene ningún equivalente geológico en la historia del planeta, especialmente en cuanto al transporte de especies a lo largo de sus viajes y de sus intercambios de mercancías. Para hacerse una idea, se estima que en Europa, en los últimos siglos, el humano ha introducido 10.000 especies, lo que es considerable teniendo en cuenta que por una introducida hay que hacer circular al menos diez, porque no todas son capaces de sobrevivir. Eso significa que solo en Europa se han introducido así 100.000 especies, tomando una hipótesis baja. Pero este transporte no se ha hecho siempre deliberadamente, a veces se ha hecho por accidente, así que una responsabilidad a nivel jurídico del término da problemas. En todo caso, jamás en la historia del planeta ha habido un mecanismo geológico o de otro tipo que haya desplazado tantas especies […].

¿Podríamos considerar que el Antropoceno, el verdadero impacto del humano sobre el planeta, comienza con la domesticación animal?

No lo sé. Hay gente que dice que el Antropoceno comienza con los ensayos nucleares de la postguerra porque liberaron muchos isótopos muy particulares que dejarán una huella; otros dicen que la gran modificación llega con el nacimiento de la industria en Europa al final del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX; y otros se remontan aún más y dicen que el origen es la aparición de la agricultura. Yo creo que desde el momento en que el Homo sapiens inició su expansión eliminando no solo a los animales sino que también a otros homos, primos más o menos alejados del sapiens que había por todas partes, en Asia y en Europa —aunque a veces también se mezcló con ellos—, o probablemente incluso antes de que saliera de África, en el momento indeterminado en el que esta criatura se vuelve capaz de una gran violencia, de una gran ingeniosidad y de trabajar en grupo, se da una ventaja evolutiva radical que marca una diferencia con todas las otras especies. ¿Y cuál es esta ventaja evolutiva?: la capacidad de transformar el entorno en función de las necesidades humanas. Por ejemplo, cuando Nueva Zelanda es colonizada por los maoríes, en el siglo XIV, la isla del norte pierde el 70% de sus bosques. Durante la historia del planeta, en todas las regiones del mundo, se ha dado una extinción masiva y generalizada de los animales de más de cuarenta kilos —por ejemplo, setenta especies constatadas en América del Sur y, en Madagascar, la totalidad de los mámíferos de más de ese peso— que es muy difícil de rastrear paleontológicamente pero innegable y que como único elemento en común tiene la fecha de llegada del hombre a esos lugares. En África, el humano utiliza ya abundantemente el fuego, al poco de llegar a Asia domestica el perro, así que cuando alcanza América tiene el fuego, el perro y sabe perfectamente cazar, con lo que la extinción de ciertas especies es rápida. Decir a partir de cuándo empieza todo esto es una cuestión de osadía y, de alguna manera, arbitrario.


Thierry Paquot

Filósofo, urbanista y doctorado en Economía

«Hay que crear ayudas diferentes»

¿El capitalismo es invencible?

R. El capitalismo ha sido siempre recuperador de las alternativas que le plantan cara. Pero no es grave, ya lo sabemos. Lo que hay que hacer es mostrar cada vez que solo puede recuperar una parte en nombre del capitalismo. Pero hay otra parte con la que no puede hacerse. Por el contrario, lo que sí puede es oponerse y romper las alternativas.

¿Sin interconexión frente a este capitalismo, las alternativas están abocadas al fracaso?

No. Vivirán su vida y desaparecerán cuando el proyecto se pare, pero nacerán otras, como los champiñones. Yo creo que, hoy, la visión de unir alternativas y crear algo grande que cambie el sistema no es buena porque los obstáculos son de naturaleza diferente a pequeña o a gran escala. Además, antes era más claro: existían el proletariado y el patronato, por hacerlo caricaturesco, y había un enfrentamiento. Pero después hemos visto que hay una multitud de patronatos y ciudadanos diferentes, y que lo que hay hoy es una variedad de conflictos, secretos, oposiciones, rivalidades, celos, envidias… A partir de ahí, como no es cuestión de matarse mutuamente, buscamos un acuerdo, que es siempre provisional y frágil. Y es mucho más sencillo encontrar estos acuerdos en un grupo pequeño y tocar la misma partitura. Después, cuando los involucrados se desvinculan del proyecto, no hay transmisión pero, en todo caso, no nos arrepentimos de lo vivido. Hay que abandonar la idea de que voy a construir un sistema alternativo que va a crecer y sustituir al otro, aunque eso no implica que a nivel de Estado no se pueda crear un marco legal que favorezca la proliferación de alternativas.

¿Hay algo que pueda amenazar de verdad al capitalismo?

Los movimientos de contestación, si algún día los hay, serán llevados a cabo por la clase media, un poco como los indignados de España. No serán los más pobres ni tampoco los más ricos. La clase media hoy constata que el sistema no funciona y que esto que vivimos no es normal. Sin embargo, como no cree en la política en su sentido clásico, lo manifiesta pero no desea ser elegida. En América Latina hay muchos partidos políticos en los que el candidato, la cara visible, aunque sea el más votado, no irá al Ayuntamiento. No quiere. Lo que quiere es que sus ideas orienten el debate público y que el número dos, que será efectivamente alcalde, esté obligado a dirigir el debate y sus promesas.

Dentro de poco, el nosotros puede que incluya también a los robots.

Estamos en los comienzos de la robotización, que va a llegar más rápido de lo que pensamos. Yo estoy en contra del Ministerio de Trabajo, creo que habría que crear un Ministerio de la Realización Personal que no se obsesione por reducir la tasa del paro, porque no va a hacer más que aumentar. Quizás nos hace falta recuperar el sentido inicial de chômage [«paro», en francés], es decir, del día de descanso en el que no trabajamos, un día para uno mismo, y no usar la palabra paro para estigmatizar al parado y marcarlo como alguien que no sirve para nada y que no trabaja. Hay que cambiar la mentalidad de la gente y crear un sistema de ayudas completamente diferente. El dinero está ahí, eso no es un problema, es cuestión de una nueva repartición y organización. Y hay que hacer entender a los estudiantes que salen del instituto y de las universidades algo que es bueno para ellos: que van a hacer varias cosas en su vida. […] Este encadenamiento de actividades debe ser valorado por la sociedad en vez de estar estigmatizado como un recorrido atípico. Es simplemente un recorrido impuesto por el sistema capitalista. Hay que responsabilizar al sistema capitalista y decirle: vosotros precarizáis a todo el mundo, pues vamos a modificar la precarización porque, si no, somos nosotros los que vamos a intentar precarizar el capitalismo.

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Comentarios
  1. Voy hablar en Portugues de Brasil, pero estoy en España.
    Sou Doutorando en Antropologia empresarial na Universidade de Salamanca. Minha pesquisa se refere a cultura das empresas em processo de sustentailidade, e o assunto é oportuno para a conscientizaçao da crise de valores e comportamento que assola o planeta. As abordagens deste texto auxilia na compreensao do significado do Antropoceno, e permite analizar que as atitudes humanas alteram nosso mundo. Estupendo, genial

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