Medio ambiente 2
Miriam Leirós: “Cada vez hay más presión para llegar a primaria leyendo, saber conectarse a un iPad, y se sacrifica la educación ambiental”
Miriam Leirós es maestra de primaria desde hace dos décadas y una de las cabezas visibles en España de Teachers for Future, un movimiento de apoyo formado por docentes de toda Europa.
El pasado 15 de marzo, niños, niñas y jóvenes de todo el mundo se ponían en huelga para protestar contra la inacción política, y contra un sistema económico y social que amenaza con complicarles el futuro. En España, el movimiento Fridays For Future, iniciado por Greta Thunberg, ha estado liderado sobre todo por estudiantes de universidades, pero cada vez hay más conciencia también en las escuelas e institutos. Miriam Leirós, maestra de primaria desde hace dos décadas, se ha convertido en una de las cabezas visibles en España de Teachers for Future, un movimiento de apoyo formado por docentes de toda Europa. Leirós se muestra optimista, aunque advierte: en España aún queda mucho trabajo por hacer en materia de educación ambiental.
Durante las últimas semanas hemos visto cómo crecía, en todo el mundo, el crecimiento del movimiento de escolares en huelga contra la inacción climática. Algunos políticos han criticado a los manifestantes, diciendo que los niños tienen que estar en la escuela. ¿Está de acuerdo?
Es evidente que los niños tienen que estar en la escuela. Sin embargo, también es cierto que si les estamos robando el futuro, como dice Greta Thunberg con, en mi opinión, toda la razón, igual llega un momento en que hay que cuestionar la escala de principios. Yo, como maestra de primaria, no saqué a mis alumnos hasta el 15 de marzo, pero sí hemos hecho parones significativos los viernes para apoyar el movimiento. Y son ellos mismos los que lo demandaban. Cuando todo esto estaba empezando les hablé de Greta y se echaban las manos a la cabeza, queriendo apoyar.
Los que tenemos que dar apoyo, de la manera que sea, somos los docentes, porque los niños de primaria no tienen derecho a manifestación. No hay hasta 3º de ESO. Si no nos atrevemos a parar o a acompañarlos el 15 de marzo, sí se puede meter el tema en el aula de otras maneras. Con debates, con acciones, de manera participativa… hay muchas formas de hacerlo. Los niños necesitan sentirse útiles.
En España, al contrario que en otros países donde quienes lideran el movimiento son normalmente mujeres adolescentes, aquí han sido sobre todo estudiantes de la universidad. ¿Por qué cree que ha ocurrido esto?
Creo que es, básicamente, un problema de formación. Tenemos una educación ambiental bastante menos desarrollada que en el resto de Europa. Aquí, la ley más ambiciosa en el plano ambiental fue la LOGSE de 1990, y desde entonces hemos tenido bastantes leyes y reformas. Se explica el cambio climático como si fuese simplemente un tema de ciencias, cuando es algo que está en el día a día. En España, depende más de si el maestro tiene o no un poco de sensibilidad hacia el tema que de ninguna otra cosa. Un ejemplo: llevamos desde 2015 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a los colegios no ha llegado ninguna información tangible.
También es cierto que yo no conozco bien la legislación de otros países, pero sí la española. Aquí no tienen derecho de manifestación hasta 3º de ESO, y las sanciones previstas por absentismo escolar son bastante graves. Con tres faltas sin justificar tienes una amonestación, y creo que esto ha causado bastante temor.
¿Los padres y madres de sus alumnado apoyan este movimiento?
Sí, sin duda. En el pueblo en el que trabajo hay siete colegios de primaria y dos institutos, y el día 15 los convencimos para que nos apoyaran. Salimos y nos concentramos en frente del ayuntamiento. No sólo no tuvimos ninguna crítica, sino que los padres que pudieron se nos unieron también.
Yo creo que cuando los padres entienden que se trata del futuro de sus hijos, y además ven a sus hijos animados, lo apoyan. Esto no es un tema, como dice mucha gente, de manipulación. Si tu les das información a los niños, ellos son los primeros en querer actuar. Yo trabajo bastante el tema de la concienciación ecológica, pero no les propuse a mis alumnos salir a la calle ni hacer parones. Yo les hablé de Greta Thunberg, de lo que estaba pasando, y salió de ellos. Y además ellos también llevan esta información a casa.
¿Cree que los docentes en España están haciendo una buena labor en ese sentido?
Creo que hay muchos maestros que lo están haciendo bien, y hay pruebas de ello. Esto viene de antes de que comenzara este movimiento. Hay mucha buena intención de hacer y de colaborar. Sin embargo, lo cierto es que hay muchas carencias en educación ambiental, que debería trabajarse de manera transversal. Las leyes educativas españolas no ayudan mucho, la verdad.
¿Y qué países son ejemplos de los que deberíamos aprender en este sentido?
Por ejemplo, en las escuelas de la pedagogía Reggio Emilia, que son unas escuelas italianas, la mayoría de la educación infantil se realiza en contacto con la naturaleza. Lo primero que te piden son botas impermeables y chubasqueros, para poder salir a la lluvia y saltar en los charcos.
En España hay de todo, pero en educación infantil a veces uno ve cómo se introducen los iPads o la robótica, y se está perdiendo no solo ya el contacto con la naturaleza, sino habilidades manipulativas de psicomotricidad fina. Es que hay niños que llegan a 1º de primaria y tienen muchas dificultades para recortar. Cada vez hay más presión para que lleguen a 1º leyendo, y sepan conectarse a un iPad, y se sacrifica la educación ambiental. Y no estoy en contra, ni muchísimo menos, de la educación digital, pero todo en su justa medida y a su debido tiempo.
¿Debe haber en las escuelas especialistas en educación ambiental y climática?
La educación ambiental tiene que ser transversal, porque además hay muchas maneras para trabajarla. Por ejemplo, con datos en matemáticas, o con artículos y noticias en lengua. Se puede trabajar en todas las áreas, y en educación primaria es incluso más fácil, porque los tutores son generalistas y pueden hacer proyectos relacionados.
También creo que hay un déficit general de formación entre los profesores. No se nos ha dado. En España tenemos educadores ambientales formados, que hacen una labor fantástica, pero que están más dirigidos a parques naturales y espacios de ese tipo, y ni siquiera tienen el reconocimiento que merecen.
¿Por qué cree que esta generación es diferente? ¿Por qué cree que no se va a diluir en la política como otros movimientos anteriores?
Creo que hay mucha gente implicada y con muchas ganas. Yo estaba un poco frustrada, pero viendo este movimiento, y cómo se coordinan, la cantidad de tiempo que dedican de manera voluntaria… Estudiantes universitarios que ahora mismo tienen exámenes y están dedicándole horas, que las sacan de donde pueden. Ex alumnos que te llaman para implicarse en proyectos de reciclaje por los que pasaron. No sé… creo que vienen unas generaciones más sensibilizadas con este tema, y con más sensibilidad para luchar. Nos están dando grandes lecciones.
Sabia y sensata maestra Miriam Leirós.
Si todxs lxs educadorxs fueran así…
La labor de los estudiantes es fabulosa.
Pero creo que con el apoyo de docentes como Miriam van a ser mucho más eficaces.
Y su eficacia es una necesidad vital de todos
Les felicito por la labor sacrificada y delicada que están realizando soy docente en Perú y estoy convencida de que si trabajamos desde la escuela tenemos mayor oportunidad para lograr proteger el ambiente.