Opinión
El muro de la memoria
"De los 14 cuerpos del pozo de Tenoya, solo siete han podido ser identificados, mientras que la otra mitad ha vuelto bajo tierra sin un nombre, sin nadie que pueda ponerles cara".
Era el día del padre de 1937 cuando 14 hombres desaparecieron de sus hogares para no volver nunca más. Todos acabaron a más de 40 metros de profundidad en un pozo, el de Tenoya, en Gran Canaria, tras ser disparados a bocajarro. Los cuerpos fusilados continuaron en lo más hondo durante 82 años hasta que en 2018 lograron recuperarse.
Este domingo, un año después, esos 14 puzles de 206 huesos han tenido el adiós definitivo. Era en torno a las 10 de la mañana cuando llegaban a la plaza de la Constitución de Arucas los coches fúnebres con los pequeños ataúdes en su interior. Allí tuvo lugar un velatorio público que congregó a personas allegadas, vecindario y representantes políticos. También a comerciantes, que decidieron cerrar en señal de respeto. Posteriormente, los restos fueron trasladados hasta el cementerio municipal, donde recibieron sepultura.
Una victoria para la memoria y los seres queridos, que obtienen justicia, verdad y reparación. No obstante, la felicidad no es plena y este triunfo esconde una pequeña derrota. De los 14 cuerpos, solo siete han podido ser identificados, mientras que la otra mitad han vuelto bajo tierra sin un nombre, sin nadie que pueda ponerles cara. Sin nadie que los reclame.
Lo mismo ocurrió hace 10 años, cuando fueron rescatados de otro pozo de la isla, el de Llanos de las Brujas, los huesos de 24 personas asesinadas también por fascistas. Solo 9 pudieron ser identificados.
Ahora, esas 38 personas, 16 con nombre y apellidos y 22 sin registrar, descansan juntas.
La memoria llega hasta donde puede y resulta inevitable no chocar con el muro del tiempo. Igualmente incontrolable es el temor que aún habita, más de 40 años después, en muchas personas. “El miedo es real”, esboza Gregorio Arencibia, secretario de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas, una de las más antigua de España y pionera en Canarias. Cuando pronuncia esas palabras lo hace pensando, cuenta, en mayores que se acercan a los actos que organizan para confesar que no cuentan todo lo que saben por miedo a represalias hacia sus hijos y familiares. “No puede ser que Franco esté más vivo ahora que hace 44 años”, denuncia al otro lado del teléfono Arencibia.
Los años hacen mella. Unas voces se apagan y otras deciden callar. Mientras tanto, los recuerdos se esfuman sin que nada ni nadie pueda evitarlo.
Buenos días Sigfrido.
Gracias, con mucho retraso, por sus palabras. Hemos decidido cubrir los féretros con la bandera republicana, además con escudo, porque todos ellos murieron asesinados por quienes atacaban esa bandera, empuñando la de la rebelión armada contra el Gobierno que habían jurado defender, o eso decían. ¿Pudo haber desaparecidos y muertos no republicanos?, por supuesto que los hubo. Muchos serían de esa gran parte de esa población que solo quiere sobrevivir sin apetencias políticas. Pero hemos de generalizar ya que esa, su pertenencia a partidos republicanos y/o de izquierdas, fue la causa bajo la que les dispararon. Y esa bandera, hoy por hoy, está representada por la Republica Española. Un cordial saludo
Ni fue guerra, ni civil ni española. Fue una matanza de proletarios e intelectuales que osaron reclamar un sitio en la Historia: La Memoria al servicio de la Justicia.
– Nunca fue guerra, pues consistió en un salvaje atentado terrorista contra civiles, orquestado por funcionarios armados traidores apoyados por escuadrones de la muerte falangistas y cedistas.
– Nunca fue civil, ni cainita, ni contienda fraticida, si no que consistió en una premeditada y alevosamente preparada labor de exterminio de proletarios, obreros y trabajadores inocentes desarmados, ordenada por el Capital, la oligarquía y la Iglesia contra las clases medias y bajas que se habían atrevido a alzar la cabeza exigiendo justicia y redistribución de la riqueza.
– Nunca fue española, pues miles de bárbaros al servicio de la plutocracia internacional (17.000 nazis alemanes, 60.000 fascistas italianos, 15.000 viriatos portugueses, 100.000 mercenarios moros, 2.000 ultras franceses e irlandeses y un largo etcétera de otros invasores) con el apoyo de sublevados patrios, cometieron en nuestras tierras cientos de miles de asesinatos.
http://todoslosrostros.blogspot.com/2015/07/ni-fue-guerra-ni-civil-ni-espanola-fue.html
En la foto de los ataudes de los 14 hombres asesinados, me llama la atención lo mismo que me la llamó recientemente en el homenage a Machado en Francia: la bandera con las que se cubren sus restos. Si los vivos no hemos tenido el valor o la intención de acabar con el franquismo, al menos tengamos la decencia de respetar a quienes dieron sus vidas por ello.
A día de hoy, veo que El Jefe del Estado, el Himno y la Bandera de España son los impuestos por Francisco Franco, Generalísimo de los ejércitos y Caudillo de España por la gracia de Dios. El fascismo no ha resucitado, simplemente salió del armario.