Feminisimo | Sociedad

60.739 maneras de vivir el fútbol

Espectadores del histórico partido entre el Atlético de Madrid y el FC Barcelona esperan que el récord alcanzado ayer sirva para normalizar el deporte femenino.

Una niña junto a su padre, al descanso del encuentro. Foto: Eduardo Robaina.

María se quitaba su abrigo para enseñarle la camiseta a otra niña en el metro. “¿Ese qué equipo es?, le preguntó a María. “El Atleti”, le respondió mientras lanzaba una sonrisa cómplice a la madre, sentada a su lado. “El Madrid es mejor, que tiene más copas”, le espetó la otra cría. La joven hincha colchonera, con una media sonrisa, solo se encogió de hombros. Miró a su alrededor y el resto de personas vestían sus mismos colores. En su cabeza quizá resonó aquello de “Mamá, ¿por qué somos del Atleti?”. La megafonía anunció la siguiente parada y su madre volvió a colocarle su pequeño abrigo blanco. Le agarró de la mano y salieron decididas.

María y su madre se dirigían hacia el Estadio Wanda Metropolitano. Venían a ver a Lola Gallardo, a Carmen Menayo o a Amanda Sampedro, entre otras. El Wanda recogía hoy domingo un Atlético de Madrid – FC Barcelona, pero de la liga femenina de fútbol. Los autobuses municipales de Madrid se vieron desbordados ante un evento que no fueron capaz de planificar, pese a que cuatro días antes el club local colgaba el cartel de “No hay entradas”. Algunos ni siquiera hacían el amago de parar; otros, lo intentaban. Una mujer trataba de montarse sin mucho éxito. “Otro día me da igual, pero hoy no”. Lo dice mientras finalmente consigue hacerse un hueco y entrar junto a su hija pequeña, agazapada entre el tumulto de cuerpos incapaces de moverse. Hoy era un día especial.

60.739 asistentes. Esta cifra supone lograr el récord internacional absoluto de un encuentro femenino entre clubes, algo que no se producía desde 1920, cuando el Dick, Kerr’s Ladies y el St. Helen’s Ladies congregaron a 53.000 personas en Goodison Park (Liverpool). El estadio imponía. Con menos parafernalia que en los encuentros masculinos, el punto álgido del encuentro se alcanzó cuando la megafonía anunció la cifra exacta de asistentes: 60.739 personas que no pararon de cantar durante el partido. Hoy era algo diferente.

Teresa, hincha atlética, había venido junto a su hijo Marco, seguidor del Getafe reconvertido a rojiblanco en el día de hoy. “No solemos venir al fútbol masculino porque es muy caro. Hoy era una buena oportunidad para apoyar a las chicas y esto es impresionante. Esperemos que no se quede en una anécdota y se convierta en algo normal”, anhelaba Teresa. Por su parte, Federico y Laura, ataviados con camisetas del equipo local, reconocían no ser muy aficionados al fútbol, “ni del masculino ni del femenino”. Pero hoy poco importaba. “Lo de hoy es casi un acto de fe”, se reía Federico. “No es solo fútbol, es algo que va más allá. Es la importancia de que el deporte femenino alcance notoriedad. Y si para que salgan en la tele tenemos que llenar el estadio, pues aquí estaremos, hasta que esto se normalice”, terminaba. Normalizar. La palabra se volvía a repetir.

Finalmente, 0-2 ganó el Barça, que recorta tres puntos al líder, el Atlético de Madrid, aunque este sigue teniendo una ventaja de otros tres puntos. Pero hoy los números iban por otros derroteros. El fútbol femenino hacía historia y lo hacía en nuestro país. Hoy era el punto de inflexión hacia esa normalización que pedían Teresa, Marco, Federico y Laura. Les faltó ganar, pero seguro que ninguno se fue triste a casa. El Atleti tiene muchas posibilidades de alzarse con el título, el cuarto en su historia y el tercero consecutivo.

El estadio se empezaba a desalojar cuando sonaba Maneras de vivir, la mítica canción de Rosendo, una declaración de intenciones hacia las 60.739 maneras de vivir el fútbol que se dieron cita este domingo en el Wanda: como una competición, como un espectáculo más o, incluso, como un acto de fe para que no se quede en una anécdota.

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