Política
Carrera de resistencia
"Se han mostrado más resistentes Nicolás Maduro en Miraflores y Francisco Franco en Cuelgamuros que Pedro Sánchez en Moncloa", sostiene el autor.
Pedro Sánchez otorgó hace poco más de dos semanas un ultimátum a Nicolás Maduro para convocar elecciones. Le daba ocho días o reconocería a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Han pasado poco más de esos ocho días desde que finalizó el plazo, reconoció a Guaidó y, finalmente, ha sido Pedro Sánchez el que se ha visto obligado a convocar elecciones sin ni siquiera poder nombrar al embajador venezolano en España proclamado por Guaidó. Se han mostrado más resistentes Nicolás Maduro en Miraflores y Francisco Franco en Cuelgamuros que Pedro Sánchez en Moncloa.
La convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril deja una sensación de desahucio y desesperanza que solo el pensamiento ilusorio progresista puede ver como una gran jugada para lograr en las urnas una mayoría similar a la que no han sabido proteger ni guardar cuando la tenían en uso y disfrute. Se me escapan los análisis optimistas que piensan que es una buena idea jugárselo todo a unas elecciones anticipadas en un momento de exaltación nacionalista con una tercera fuerza en el ámbito conservador que vive su momento de dulzura electoral y la triple alianza de extrema derecha envuelta en la bandera y los valores patrios.
Comprendo y entiendo los análisis que buscan la movilización del electorado de izquierdas después de la fotografía de Colón y buscan vincular las masivas movilizaciones que se prevén el 8 de marzo con la campaña electoral para cambiar el paso y la agenda política. Son análisis bienintencionados que olvidan que la inmensa mayoría de medios que tienen la capacidad de marcar la agenda pondrán el foco en la cuestión territorial, en Cataluña, en la bandera, en todos aquellos elementos que son devastadores para todo lo que se encuentra a la izquierda de Ciudadanos.
La volatilidad política en España puede hacer volar todo por los aires en solo dos meses. La campaña electoral es imprescindible, y cada vez más relevante, para decidir el voto, y esta lo será más aún con tantas opciones políticas para elegir. Empieza la carrera electoral con mucho desconcierto y poca previsibilidad. Una contrarreloj. Con prisa. En busca del relato, con mucho cuento y poco concreto. Veremos, lo primero, si llegamos a las urnas con Franco aún en su caja.
Dice la filosofía oriental que cuando no has aprendido una lección el destino te la vuelve a poner una y otra vez delante hasta que la entiendes y pasas a otra.
Aquí nos secuestraron esa lección en el 36 hasta hoy mismo.
¿Seremos capaces de abrir los ojos a la realidad, la entenderemos ya o tendremos que seguir sufriendo la ceguera colectiva?.
La bestial e interesada manipulación informativa al servicio del sistema no ayuda a despertar ni a comprender. Todo lo contrario.