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Yo me río con 900 pavos (por no llorar)
"Y pasa otro mes que miro desde el móvil la cuenta del banco –sí, consumiendo datos– antes de ir al supermercado, a ver si en la caja, otro mes más, me van a decir que da denegada”.
900 euros, qué digo 900 euros. Yo casi no llego ni con 1.300, que es lo que cobro a final de mes. Así que voy a explicarles a quienes se alborotan tanto por una subida del salario mínimo en qué me gasto yo la estratosférica cantidad de 1.300 euros al mes. Primera transferencia: 450 euros de alquiler. De momento, yo no he caído en la moda del homelessing, la que explica unas páginas más adelante Isaac Rosa en su relato. Así que sí, pago muy gustosamente por vivir ¡en un pisito! que comparto con mi pareja y mis dos hijos (mi pareja paga otros 450).
Este mes, por ejemplo, tengo tres recibos: 60 euros de móvil –es también herramienta de trabajo–, 75 de luz (mi pareja paga otros 75), 50 euros de agua (mi pareja paga otros 50) y he tenido que cambiar, además, las dos ruedas delanteras del coche para pasar la ITV: 200 euros del ala. Llevaba con la de repuesto desde este verano, que se me pinchó de una manera tonta, como se suelen pinchar las ruedas y los globos y las burbujas inmobiliarias… Ay, que me voy. Me centro: ya vamos por 835 euros. A eso le tengo que sumar la guardería de mi hijo pequeño y el comedor escolar de mi hijo mayor. Es decir, 200 euros yo y 200 euros mi pareja. Con la sacrílega y terrorífica subida del salario mínimo –¡qué buen disfraz para Halloween, no lo había pensado!–, es decir, con 900 euros, ya me habría pasado en 135 euros.
Y, señores y señoras alborotadoras, aún no he pasado al capítulo supermercado. Porque claro, me dirán ustedes que tienen buenos coches e incluso chóferes, que las ruedas no se cambian todos los meses. Claro, claro. Ni la cara dura cambia de un mes para otro. Porque otro mes hay seguro del coche, otro mes hay material escolar, otro mes hay botas de agua y chaquetón, que ya clama al cielo cómo les quedan a los pobres niños las mangas de cortas. Otro mes, hay dentista. Otro mes hay ginecólogo. Otro mes hay el libro que quieres leer hace un mes y que tampoco puedes sacar de la biblioteca porque este mes, otro mes más, no tienes tiempo. Y al final, lo que sucede es que otro mes pospongo el dentista y el ginecólogo y las mechas –que menos mal que se pusieron de moda las californianas, que así no doy el cante–. Y pasa otro mes que miro desde el móvil la cuenta del banco –sí, consumiendo datos– antes de ir al supermercado, a ver si en la caja, otro mes más, me van a decir: “Señora –que tiene tela, ¿señora yo?–, que da denegada”.
Y ahora paso al asunto conciliación –que puede que me digan también ‘pues chica, no haber tenido hijos’, después de siglos diciéndonos que se nos iba a pasar el arroz–. Porque claro, el momento más maravilloso del día para Ana Mato –que decía que era cuando vestían o peinaban, no recuerdo bien, a sus hijas para ir al colegio–, es para mí un puto momento de locura. 900 euros, ja. 1.300, otro ja igual de gordo.
La autora de este artículo es una «asalariada mínima más».
NOAM CHOMSKY, en una reciente entrevista:
El neoliberalismo existe, pero solo para los pobres. El mercado libre es para ellos, no para nosotros. Esa es la historia del capitalismo. Las grandes corporaciones han emprendido la lucha de clases, son auténticos marxistas, pero con los valores invertidos. Los principios del libre mercado son estupendos para aplicárselos a los pobres, pero a los muy ricos se los protege. Las grandes industrias energéticas reciben subvenciones de cientos de millones de dólares, la economía high-tech se beneficia de las investigaciones públicas de décadas anteriores, las entidades financieras logran ayudas masivas tras hundirse… Todos ellos viven con un seguro: se les considera demasiado grandes para caer y se los rescata si tienen problemas. Al final, los impuestos sirven para subvencionar a estas entidades y con ellas a los ricos y poderosos. Pero además se le dice a la población que el Estado es el problema y se reduce su campo de acción. ¿Y qué ocurre? Su espacio es ocupado por el poder privado y la tiranía de las grandes entidades resulta cada vez mayor.
pues imagina los que estamos con 659 de pension, pagando alquiler, luz, agua, telefono y de vez en cuando comemos ..menos mal ya no hay niños pequeños y uno solo se defiende.
LOS JOVENES LIDERES DE LA POLITICA ESPAÑOLA.
Cuando presuntos conflictos generacionales sirven para tratar de encubrir descaradamente la lucha de clases.
NO SE TRATA DE LIDERES FAJADOS EN LUCHAS SOCIALES O POLITICAS, SINO EN MASTERS, DOCTORADOS, POSTGRADOS, Y DIPLOMAS GANADOS EN CURSOS MEDIOCRES.
«Una buena parte de quienes integran el «nuevo liderato» participan de una concepción elitista de la política. Hacen militancia desde Twitter, vanagloriándose contar con cientos de miles de «seguidores». Ideológicamente ocupan todo el espectro político, pero sus biografías políticas son banales».
Sin embargo, todos ellos comparten, además de la edad, una visión propia del capitalismo digital. Son hijos de las nuevas tecnologías. Se reconocen en la cualificación académica, en el manejo de
idiomas y en el viajar mucho. Ya no son, como antaño, militantes fajados en las luchas sindicales, provenientes del mundo laboral, de clase trabajadora, o de profesiones liberales… todos ellos comprometidos con su tiempo y de sólidos principios.
http://canarias-semanal.org/art/24176/sin-novedad-en-el-frente-tipologia-de-los-jovenes-lideres-de-la-politica-espanola
Chica, que es navidaz, tiempo de felicitaciones y de felicidad, que todo es güay, que todo va bien, integrate en el rebaño y deja de quejarte que es de mala educación, que el tiempo de las protestas pasó a la prehistoria, que las mentes críticas están pasadas de moda, que ya no se lleva la sensatez, mujer, entérate.