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COP24: ¿Qué es el Diálogo de Talanoa?
Busca una salida al callejón sin salida del clima acercando a quienes participan, al permitir que compartan sus historias de cambio climático.
La empatía es una de las mejores armas de la diplomacia
Esa es la idea detrás de la propuesta de Fiyi, país que presidió las negociaciones climáticas de 2017, de reunir a gobiernos y sociedad civil a través de la plataforma anticonvencional del Diálogo de Talanoa.
¿Qué es Talanoa?
En Fiyi, “talanoa” significa mantener una conversación en un espacio inclusivo y receptivo. Es un sistema tradicional de resolución de diferencias en el Pacífico. El Diálogo de Talanoa busca una salida al callejón sin salida del clima acercando a quienes participan, al permitir que compartan sus historias de cambio climático. Se ha invitado a los gobiernos, pero también a la sociedad civil, ONG, empresas, ciudades y otras entidades, a enviar sus historias respondiendo a tres preguntas: ¿Dónde estamos? ¿A dónde queremos ir? ¿Cómo llegamos allí?
Hasta la fecha, cientos de países, organizaciones y personas han enviado sus historias, que fueron leídas en abril y mayo en Bonn durante un primer intercambio, y que han resonado en docenas de salas de conferencias desde que se inició el proceso el pasado mes de enero.
Talanoa, conocido originalmente como el “diálogo facilitador”, busca esquivar la lucha de poder que es inherente a las negociaciones. La confrontación y la crítica de otros participantes están prohibidas y abundan las mesas redondas.
¿Por qué hacemos esto?
El objetivo del diálogo es doble. Por una parte, trata de monitorizar la meta del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a “bastante por debajo de 2ºC”, y, si es posible, 1,5ºC. Y por otra, informa de la siguiente ronda de compromisos nacionales, también conocidos como “contribuciones determinadas nacionalmente” (NDC en sus siglas en inglés). Por el momento, las NDCs nos dirigen a un calentamiento global de entre 3 y 4 grados para finales de siglo, peligrosamente lejos de los objetivos de París.
¿Qué ocurrirá en Polonia?
La llamada fase preparatoria del diálogo, que sirvió para reunir historias y pruebas sobre el cambio climático, finalizó el pasado 6 de diciembre. Los ministros y ministras se reunirán el 12 y el 13 de diciembre para trabajar en la fase política. Se sentarán en siete mesas redondas y se les informará del informe científico de la ONU sobre el calentamiento de 1,5ºC, repasando el progreso realizado hasta ahora. Esta introducción, junto con las lecciones aprendidas durante la fase preparatoria, está diseñada para inspirarles a impulsar la acción climática en sus países.
Sin embargo, Gebru Jember Endalew, presidente del grupo de países menos desarrollados, no cree que el proceso vaya a dar resultados ya en la sala: “No esperamos [que los gobiernos] prometan incrementar sus ambiciones”.
Endalew afirma que podemos esperar, razonablemente, una declaración política al final de la conferencia que “nos lleve más allá de 2018”. Las declaraciones políticas son instrumentos que preparan el camino para políticas concretas.
¿Cómo ha funcionado hasta ahora?
Los y las participantes pudieron enviar sus ideas antes de la reunión de Bonn en mayo y también antes de la COP24 de Polonia. En la primera ronda se recogieron 417 envíos, 369 de los cuales fueron de actores no gubernamentales.
Aunque no hay datos del número de envíos recibidos en esta segunda ronda, David Waskow, del Instituto Mundial de los Recursos, afirmó, en declaraciones a Climate Home News, que el foco estaba cambiando de ONG a actores nacionales.
Fiyi y las Islas Marshall se han convertido en los primeros países en comprometerse a incrementar sus NDCs.
¿Cómo sabremos si el diálogo ha sido un éxito?
El diálogo estará justificado si durante los próximos 12 meses los países cambian sus compromisos con el Acuerdo de París para hacerlos más ambiciosos.
¿Quiénes son los actores clave y qué quieren?
De acuerdo con con el Instituto Mundial de los Recursos (WRI) y el think tank francés Iddri, Fiyi y las Islas Marshall han sido los más participativos en las discusiones de Talanoa.
Los Estados Unidos, por el contrario, parecen estar menos involucrados en las negociaciones del Diálogo de Talanoa que en aquellas que rodean a la normativa. Esto, según Lola Vallejo, líder del programa climático de Iddri, tiene lógica, ya que no tendría mucho sentido que los Estados Unidos fortalecieran su compromiso con un acuerdo que están a punto de abandonar. Después de que el diálogo fuera ignorado por el gobierno federal, estados, ciudades y empresas estadounidenses enviaron sus propios documentos, mostrando que están realizando esfuerzos para limitar en cierto modo el impacto de la inacción de Washington DC.
La UE aún tiene que llegar a un consenso en cuanto a sus compromisos climático. El comisario de Clima, Miguel Arias Cañete, ha afirmado que el bloque ha elevado sus ambiciones de facto al incrementar sus objetivos de eficiencia energética y energías renovables, pero existe división entre los estados miembro en cuanto a si incrementar formalmente el objetivo de emisiones de 2030. Polonia, que organiza las negociaciones de la COP24, es uno de los países más reticentes.
El Reino Unido también ha mostrado iniciativa, habiendo destinado 1,7 millones de libras esterlinas (unos 1,9 millones de euros) para apoyar a la presidencia de Fiyi de la COP 23 y habiendo organizado su propio Diálogo de Talanoa.
Este artículo se publicó originalmente en Climate Home News. Traducido por Santiago Sáez.