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‘Pikara Magazine’ y la abogada Laia Serra denuncian la desprotección de las mujeres ante las violencias digitales
El escrito, registrado en el Congreso, exige al Gobierno “un cambio en las políticas públicas para abordar la ciberviolencia como una cuestión de género”.
La revista Pikara Magazine y la jurista feminista Laia Serra, con el apoyo de Calala Fondo de Mujeres y Front Line Defenders, han registrado en el Congreso de los Diputados un informe sobre las violencias machistas en la red que exige “abordar la ciberviolencia como una cuestión de género”. En dicho escrito, se recogen recomendaciones al Gobierno con la intención de que se creen nuevas legislaciones y se adopten medidas dirigidas a las plataformas intermediarias.
“En el informe se presentan casos concretos en los que se puede ver el componente político que busca expulsar a las mujeres del debate público», ha apuntado Laia Serra durante la rueda de prensa posterior a la presentación en Madrid. Andrea Momoitio, coordinadora de Píkara Magazine, ha destacado que las periodistas y colaboradoras del medio se enfrentan a este tipo de situaciones a diario. “A veces, cuando publicamos algunos artículos, sentimos que estamos lanzando a las compañeras a un mar lleno de tiburones”, ha señalado. Además, destaca que el tipo de violencia que se ejerce depende también de la mujer a la que va dirigida, haciendo referencia a su raza o a su condición. Debido a esta actividad, finalmente decidieron cerrar la posibilidad de comentar los artículos en la página web.
Las impulsoras creen que “la respuesta por parte del Estado no está siendo adecuada” en la gestión, prevención y sanción de este tipo de acoso. “La posición del Estado es de pasividad radical”, ha denunciado Serra. Por ello, proponen que la violencia de género en línea sea vista como una continuación del resto de violencias contra las mujeres y que se elabore una “definición integral” de las mismas. Sin embargo, según han apuntado en varias ocasiones, la intención del informe no es un mayor afán punitivo ni la supresión del anonimato en redes, sino una respuesta estatal que aborde este problema. Para ello, abogan por la elaboración de “campañas públicas que promuevan el repudio hacia la violencia de género en línea”, el “apoyo a la consolidación de redes feministas online” y la “formulación de medidas dirigidas a las plataformas intermediarias de Internet” para que respeten los derechos humanos, “empleando las medidas de seguridad necesarias y proporcionales”.
En el documento también se recogen otros informes y disposiciones legales para prevenir la violencia contra las mujeres. Por su parte, Fiona Montagud, del colectivo Calala Fondo de Mujeres, cree que este trabajo también sirve para “facilitar herramientas a las mujeres activistas”.
Irantzu Varela, coordinadora de Faktoría Lila y presentadora de El Tornillo, ha explicado el tipo de ataques que recibe diariamente en las redes sociales, entre los que se encuentran amenazas de muerte. “Ahora es una violencia digital, pero se puede volver analógica en cualquier momento y entonces va a ser demasiado tarde”, ha advertido en la rueda de prensa. En el informe también se recogen otros casos como el de Alicia Murillo, actriz, cantante y activista feminista, o el de la escritora Brigitte Vasallo, quien llegó a abandonar las redes durante un tiempo.
Finalmente, Laia Serra ha denunciado “el brutal desconocimiento” que se tiene sobre este tema. “No existen datos sobre la cantidad de denuncias que se han puesto, sobre el perfil de los agresores, sobre cómo afecta psicológicamente a las mujeres que reciben este tipo de amenazas… no hay nada porque no se realizan estudios”.
CENSURA DIGITAL EN CHINA POR PARTE DE GOOGLE.
En 2010, Google prometió no apoyar la censura china en Internet. Pero en agosto de 2018 salió a la luz que el gigante empresarial se estaba preparando para romper su promesa con el proyecto «Libélula».
Google está trabajando en un proyecto secreto para relanzar su motor de búsqueda en China bajo el nombre en clave “Libélula” (Dragonfly en inglés), a pesar de que esto significa cooperar con la censura y vigilancia represiva del gobierno chino en Internet.
Las personas que usan Google en China no podrán acceder a servicios como Wikipedia o Facebook. Y palabras como “derechos humanos” no darán ningún resultado al introducirlos en el motor de búsqueda. El gobierno chino incluso podría espiar a las personas usuarias de Google. Un gobierno que, de forma rutinaria, envía a las personas a la prisión simplemente por compartir sus opiniones en Internet.
Trabajadores y trabajadoras de Google ya han alzado la voz contra el proyecto Libélula.
Súmate a ellos y EXIGE al director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, que abandone el proyecto Dragonfly definitivamente.
https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/eeuu-google-censura-china-nov18/