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COP 24: Polonia llama a la “solidaridad” con la clase obrera industrial

“Solidaridad y ‘transición justa’. Este lenguaje es clave para hacer [que la política climática sea] aceptable”, afirmó el presidente polaco, Andrzej Duda, en un discurso ante el plenario.

El presidente polaco.

Los líderes polacos lanzaron este lunes un mensaje claro: debemos combatir el cambio climático, pero no a costa de los trabajadores del carbón que construyeron la ciudad que acoge este año la COP24. Al situar las negociaciones climáticas de la ONU en Katowice, una ciudad de la región minera de la Alta Silesia, el gobierno polaco pone el foco sobre su llamada a una “transición justa” para la clase trabajadora industrial, cuyos puestos de trabajo corren riesgo con la transición a energías e industrias más limpias.

“Solidaridad y ‘transición justa’. Este lenguaje es clave para hacer [que la política climática sea] aceptable”, afirmó el presidente polaco, Andrzej Duda, en un discurso ante el plenario. “Uno de los desafíos a los que nos enfrentamos, y a los que seguiremos enfrentándonos, es el de encontrar la manera de reconciliar el crecimiento económico con el cuidado del medio ambiente”, añadió después. “La elección que hacemos no es entre puestos de trabajo y la naturaleza, sino si vamos a conservar los dos o ninguno”.

El ejecutivo polaco también presentó una declaración, apoyada por la Unión Europea, pidiendo el apoyo de regiones y ciudades como Katowice, que se verán afectadas por el abandono de los combustibles fósiles. Varios grupos internacionales valoraron positivamente el mensaje.

Los comentarios de la presidencia de la nueva cumbre, no obstante, entraron en marcado contraste con los discursos de los Estados que se encuentran en islas pequeñas, cuyos líderes subrayaron que sus ciudadanos ya están sufriendo, y no por la acción climática, sino por la inacción.

“La transición justa no debería ser solo para aquellas personas trabajadoras, regiones y economías que se vean afectadas por la transición de energías sucias a limpias, sino que debe ser para todas las personas, y especialmente las más vulnerables al clima”, afirmó el primer ministro de Fiji, Frank Bainimarama, que presidió la anterior cita celebrada en Bonn (Alemania).

Los discursos de los lideres dieron el pistoletazo de salida a dos semanas de negociaciones e intensivas para decidir reglas que aseguren que los países cumplen los compromisos que adquirieron en el acuerdo climático de París de 2015. La fuerza de esas reglas determinarán, en gran parte, cómo se implementan los objetivos políticos establecidos en París, lo que hace de Katowice el escenario perfecto para resaltar el desafío de mantener el crecimiento económico al tiempo que el mundo se aleja de las industrias más viejas y contaminantes.

Katowice llegó a tener hasta 14 minas de carbón en la década de los 80, y ahora tiene dos. El centro de congresos en el que se celebra la conferencia está al lado de una de las minas cerradas, que ha sido convertida en un museo.

Pero Katowice también es “una de las ciudades más verdes de Polonia”, con un 40% de su superficie cubierta de bosques, según afirmó Duda. La modernización de las plantas, añadió, está conduciendo a “mejoras medioambientales” sin afectar a la seguridad energética.

Los trabajadores del carbón que quedan en la ciudad, “necesitan garantías de que se les tiene en cuenta en la transición”, dijo Michal Kurtyka, presidente polaco de la COP 24. “Necesitan normas transparentes e implementables, y un sistema que les apoye en el papel que se les pide”.

Mientras que el libro de normas será crucial para monitorizar el progreso de los países hacia los objetivos de París, algunos Estados quieren que la COP24 también establezca el escenario para que las partes eleven sus compromisos antes de 2020. Los actuales solo limitarían el calentamiento global entre 3 y 4 grados para 2100, mientras que el Acuerdo de París habla de “bastante por debajo de 2ºC”, e idealmente 1,5ºC.

Duda prácticamente no mencionó las negociaciones que deberán llevarse a cabo en Katowice, aunque el ministro de Medio Ambiente polaco, Henryk Kowalczyk, afirmó que la cumbre “aprovechará la riqueza de visiones, expectativas y propuestas de acción”.

Sin embargo, fueron los países insulares los que pusieron el mayor empeño en incrementar los esfuerzos. “Es esencial que las contribuciones presentadas en 2020 eleven de manera significativa el listón de la ambición”, afirmó Baron Divavesi Waqa, presidente de Nauru, en la Micronesia. “Tras un cuarto de siglo de negociaciones, estamos más lejos que nunca de nuestro objetivo de estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Quiero resistir la tentación de tildar nuestros esfuerzos de fracaso dramático”.

Este artículo se publicó originalmente en Climate Home News. Traducido por Santiago Sáez.

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