Cultura | Entrevistas
Manolo Chinato: “Me defino como un pequeño anarquista encadenado”
"Yo no pongo fronteras. Es más, las rechazo. Mi tierra va desde un sitio a otro, pero sin fronteras. Y mi bandera, todos lo saben, será blanca"
Manolo Chinato (1952) es un ‘viejo ácrata’ al que se le asoman las ideas por los ojos. Pero no está enfadado con el mundo. Tiene un humor gamberro y es ácido en sus palabras. Despierta a las mentes social-adormecidas. Se lo pasa bien con los jóvenes. Poeta no quise ser (Dromedario Records), dice en su último libro de poemas. Tan contradictorio como siempre, Manolillo no quiere ser como los otros. Prefiere ser diferente. El ‘anarca’ que vive en el campo, que no marca fronteras, que escribe como habla.
El mismo que en 2001 se convirtió en un mito del rock cuando apareció desnudo a lomos de un caballo en la portada del único disco del Extrechinato y tú, Poesía básica, en el que Robe Iniesta, Fito e Iñaki «Uoho» Antón decidieron ponerle música a los poemas de Chinato. Se ha recorrido los escenarios recitando sus poemas con algunos de los mejores grupos del rock español como Extremoduro, Platero y Tú, Inconscientes, La Fuga o Marea.
Insumiso. La poesía le pertenecía sin haber escrito poemas. Gracias al Marqués de Santillana o Jorge Manrique. Y después de la dictadura, a Miguel Hernández, Lorca, Neruda… Se siente libre, pero para serlo no basta con quererlo. Y aunque le quiten el sueño, allí en su campo salvaje es un salvaje sin dueño. Un pequeño poeta con el pelo de estropajo que hace poesía rebelde. Que se ríe con la boca muy abierta, que agudiza el oído porque se está quedando un poco sordo y que entrecierra los ojos. Con los dientes escondidos tras los labios, y estos, guardados debajo del bigote blanco.
¿Qué es esa “sangre” que forma parte del título de su primer libro, Amor. Rebeldía. Libertad y Sangre (Desacorde)?
La sangre es un líquido rojo que cuando me corto me la chupo porque no quiero que se me pierda porque tengo una sangre muy buena. [Risas].
¿Por qué? ¿Tiene sangre de reyes?
No, no, no. Yo no quiero tener sangre de reyes. Precisamente soy un luchador contra la sangre de los reyes. ¿Qué cojones sangre de reyes? Eso es una gilipollez. Eran tan imbéciles que se lo creían hasta ellos mismos; se creían que eran superiores a los demás. Los reyes han existido gracias a las dictaduras y la opresión al pueblo sumiso e ignorante. Qué cojones sangre de reyes.
¿Merece la pena perderlo por alguna cosa?
Sí, yo lo perdería por muchas cosas.
¿Por qué?
Pues por mi libertad y la de los míos; por eso no me importaría en absoluto perderla. Incluso por la libertad de muchos más que no están cerca de mí. Por los sumisos y los esclavos. Por los que están toda la vida jodidos por culpa de cuatro hijos de puta. Para mí no tiene tanto valor la vida si la das por algo más importante que tú; que no somos tan importantes como nos creemos, joder, que somos un grano de arena. Que si desaparecemos no pasa nada. Si yo me voy de aquí, hombre, alguien me echará de menos, pero no somos imprescindibles.
De la tierra vengo/ de la tierra soy/ de la tierra como/ y a la tierra voy. ¿Cuál es esa tierra de la que se siente?
Pues en principio de toda. Pero, más concretamente, la tierra que ocupa mis sentimientos va desde aquí, desde Puerto de Béjar, que pertenece a Salamanca, hasta el pueblo de mi madre, Serradilla, que pertenece a Cáceres. Esa es la tierra que yo elijo para mí.
Entonces, ¿cada cual pone las fronteras en la tierra que quiera?
No, no, yo no pongo fronteras. Es más, las rechazo. Mi tierra va desde un sitio a otro, pero sin fronteras. Y mi bandera, todos lo saben, será blanca.
Lo de las fronteras creo que ha sido siempre un problema; han causado conflictos, odios… Que todavía haya guerras por las fronteras, por el poder y por el dinero mientras medio mundo se muere de hambre, no lo entiendo. Y que encima la mayoría apoye eso… Por eso me vengo a mi campo salvaje, porque aquí no tengo ningún problema.
Pero, ¿venir al campo no es como ponerse una venda en los ojos para no ver lo malo que hay? La realidad es una mierda, sí, pero es la realidad.
No, no se trata de no enfrentarte a la realidad. A ver, a mí me llaman de Radio Vallekas, por ejemplo, y me dicen que me vaya pa´ allá. Y, ¿pa´ qué cojones voy a ir yo allí con lo a gusto que estoy aquí? “Que tú nos unes con tus poemas, porque eres un poeta rebelde”, me dicen. ¿Qué cojones os voy a unir yo?
Si a mi la sociedad me da problemas y yo tengo la libertad y la suerte de venirme a mi campo libre y salvaje y olvidarme en parte de la sociedad que no me gusta, pues lo hago, tío. Yo no soy ni Santa Teresita ni el Niño Jesús ni su puta madre, ¿sabes? Yo intento buscar mi felicidad. Y si puedo echar una mano, la echo, ojo, sobre todo al necesitado; al poderoso jamás se la echaría.
¿Se considera más poeta o más ganadero?
A ver, yo me he buscado la vida siguiendo la tradición familiar tanto en ganadería como en carnicería. Dejé de estudiar a los 17 años y me metí en el trabajo de mi padre. Desgraciadamente, algunos trabajamos en lo podemos y no siempre en lo que queremos. Lo de poeta es otra cosa. Yo, ya lo puse en el título de mi segundo libro, Poeta no quise ser. Es la puta verdad. Yo no quise ser poeta; eso me vino otorgado por la naturaleza y por circunstancias sociales.
Es verdad que a mí me gustaba la poesía que podía leer, la poesía de poetas consentidos. Los poetas que más me gustan ahora, como Miguel Hernández o García Lorca o Machado, apenas pude leerlos en mi adolescencia porque estaban prohibidos. Pero, sin saberlo, siempre me he identificado con ese tipo de poesía.
Luego, sin saberlo también y sin tener educación literaria, escribo mis sentimientos para mí y, poco a poco, no sé si más vosotros que yo me vais considerando poeta. Pero yo nunca quise ser poeta. Siempre escribí cuando tenía la necesidad de decir algo, pero como no me salía por la boca, pues lo escribía.
¿Cree que sus poemas más conocidos son los mejores?
Yo no tengo capacidad para decir si son los mejores o no porque no entiendo de literatura, aunque deben ser todos muy malos porque no tienen ni rima ni métrica ni su puta madre. Es cierto que hay un manojo de poemas que han marcado mucho más que los demás, pero no tienen que ser los mejores.
Yo a la gente siempre le pregunto cuál es el poema que más les gusta y durante mucho tiempo me ha venido gente diciendo poemas que para mí son importantísimos pero que yo pensaba que para la gente no serían de los mejores. Pero cada cual es distinto, cada necesidad mental es distinta y cada pasión es distinta. Yo quiero a todos mis poemas aunque ciertamente a unos les tengo más cariño que a otros, principalmente a los que me han ayudado a salir de situaciones difíciles.
Lo que está claro es que, obviamente, Ama ha sido el poema que más ha marcado de todos, con mucha diferencia.
¿Para usted significa algo Ama?
Para mí significa muchísimo, tío. Es un poema que habla de la rebeldía social contra toda esta puta basura:
Hay que dejar el camino social alquitranado
porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas.
Y, además, puede ser que haya cuatro versos de Ama que la gente no conozca porque Robe no los incluyó en la canción.
¿Cuáles?
Vivís en una noche sin estrellas
andáis un mismo camino cuan orugas
os vais dejando pudrir en las entrañas
los caminos de libertad de vuestra alma.
Otra de las palabras que conforman el título del primer libro es “libertad”. ¿Qué es?
[Empieza a entonar la canción Cadenas, de Jarcha: Libertad, qué gran palabra para el preso / carcelero tú nunca podrás gozarla]
La libertad es dificilísima a todos los niveles. Ni los que tengan el poder absoluto tienen la libertad. En el primer libro hay un poema, el último, que me atreví a titular Libertad. Dice algo así:
Eres paloma blanca.
Eres paloma gris.
Eres ceniza invisible.
No cortes tu vuelo, paloma, y vuela libre.
Serás para los demás
paloma negra, paloma inútil.
Para tus palomos, paloma gris.
Pero cuando vueles libre, paloma,
siempre serás paloma blanca para ti.
Y eso es la libertad, ser quien tú quieres ser, aunque se te ponga por delante el muro de Berlín, que cayó, o ahora el muro de México que quiere hacer este desgraciado.
¿El dinero nos hace menos libres? ¿Escribiría algo por petición o por dinero?
Sí. [Risas]. Porque alguien me lo haya pedido ya lo he hecho… Y por dinero, puesto que con lo que me da la puta Seguridad Social de este país que son 681 euros después de haber cotizado 42 años no tengo pa´ tirar pa´lante del todo, pues sí, lo haría. Si el que me ofrece dinero lo tiene y con mis poemas encima él va a conseguir dinero, pues claro, ¿por qué no se lo iba a cobrar? Si seguramente yo voy a tener más capacidad que él para repartirlo.
¿Se fía de la prensa?
¡No!
¿Por qué?
Porque ya me la habéis preparado más de una vez. Ya me lo dijo Robe [Iniesta] al principio, que yo era un parvolo… Y qué razón tenía, porque sigo siéndolo.
No, no me fío de vosotros porque mayoritariamente venís a lo que venís. Y estáis deseando que yo me equivoque y diga alguna burrada porque eso a vosotros os viene de puta madre para el titular. Os abro las puertas de mi casa en libertad, sin cobrar una perra por esto y encima me traicionáis. Sois vosotros los que siempre queréis venir; a mi me toca la polla si venís o no, pero encima no me traicionéis. Y ya me ha pasado un par de veces, una de ellas muy fuerte.
¿Qué te pasó?
Fue con un periodista de la Rolling Stone hace mucho tiempo, pero vamos a dejarlo estar.
¿La legalización nos haría más libres?
Yo soy defensor de la legalización de las drogas, sí; siempre que el que la consuma no se meta con los demás y no perjudique al otro. En mí mando yo y me deterioro como y cuando quiero.
La “rebeldía”, el tercer pilar de tu libro, se asocia a la juventud, pero con 65 años usted sigue siendo rebelde.
Joder. Cuando eres joven, tienes tenencia a ser más rebelde por muchas cosas. Y en mi caso, cuando me he hecho mayor tengo más razones todavía. Porque cuando era joven no me daba cuenta de muchas cosas de las que me doy cuenta ahora. Lo que pasa es que quizá ahora las luche menos y haga lo que te he dicho antes: venirme al sosiego en vez de rebelarme contra aquello que me he dado cuenta de que no puedo cambiar.
Si todos pensasen eso nadie lucharía. Además, usted mismo ha dicho que ha incitado a muchos a rebelarse
¡Vale! Pues que sigan ellos la lucha y entre todos lo cambien. ¿Que lo he empezado yo? De acuerdo, pero ahora seguid todos vosotros, unidos. Si yo a ti te he hecho más rebelde pero tú no lo intentas un poco más que yo, no vales para nada. Uníos, tío, gritad juntos por la misma caracola y haced el grito de guerra todavía más fuerte. Que mi voz ya es muy tenue y muy borracha. [Risas].
En el último poema del segundo libro os digo que me dejéis, que me necesito a mí ahora. Que llevo tanto tiempo dedicándome a vosotros que me necesito. Que no penséis que ya no os quiero; pensad que necesito estar conmigo, que hace mucho que me olvidé de mí.
Dejadme que me olvide un poco de todo,
que quiero estar conmigo.
Perdonad mi ausencia
si el estar conmigo lo merece.
No reprocho ni vuestro interés ni vuestro cariño,
pero dejadme estar conmigo,
que lo necesito, como la tierra necesita el sol y el agua.
No quiero estar entre vosotros,
a veces simulando;
estuve tantas veces que me olvidé de mí mismo
y quiero estar conmigo para ordenar
mis sentidos, mis amores, mis olvidos,
para seguir siendo quien soy
y estar contengo conmigo.
¿Lo entendéis? Toda la vida en un bar, aguantando a la gente, haciendo reír…
¿Le apetece hablar de política?
Sí, bueno.
Hay una pregunta que el CIS siempre hace que es algo así como si el 0 es extremaizquierda y el 10 extremaderecha, ¿dónde se situaría?
Me iría fuera de esa escala. No me convence nada de eso. Solo he votado una vez en mi vida en unas elecciones generales porque pensé que quizá eso me convencía. Pero visto lo visto, no volveré a votar. Aunque mi voto no valga para nada, no quiero sentirme responsable de algo que no es digno.
¿Es anarquista?
Sí, yo me defino como un pequeño anarquista encadenado.
Ya me has dejao´, ya me has dejao´.
Hiciste bien;
es imposible soportar
a un pequeño anarquista encadenao´.
Y la religión, ¿qué es para usted?
Una falsedad llenita de sumisión. Algunas religiones me caen mejor que otras. Como te he dicho, yo me considero amigo de la idea de Jesucristo y, por lo tanto, no me quedan más cojones que ser un rebelde contra esa Iglesia que no representa a nadie. Si Jesucristo volviese, que yo no sé si estuvo o no, se vendría tomar un vino antes conmigo que con ellos.
¿Las religiones nos hacen menos libres?
Nos hacen menos libres que la política, tío.
Por último, ¿qué es el “amor”?
El amor es querer.
Pero se puede querer a mucha gente y de muchas formas.
Está el amor familiar, el amor a la mujer, el amor a un amigo, el amor a tu pueblo. Y, en mi caso, el amor a mi viento.
¿Hay amores más fuertes que otro?
Yo siempre he dicho que el amor más grande que hay es el que da una madre a su hijo. La que da todo a cambio de nada. Mis dos madres son mi madre y la naturaleza. Nos los dan todo a cambio de nada. Te dan de comer sin que se lo pidas. Luego, los otros, ya son amores más interesados: te quiero porque me interesa quererte.
Yo por desamor estuve a punto de tirarme por un precipicio. Los desamores son jodidos
¿Por qué no lo hizo?
Porque me acordé de mi madre. Si no, no me hubiese importado. Luego al tiempo pensé «seré gilipollas, con las de tías que hay». Pero estuve al borde del precipicio.
¿Era muy joven cuando eso?
Treinta y tantos.
Ya tenía una edad.
La mente no tiene edad.
¿Esto solo pasa con el desamor de una mujer?
A mí me afecta mucho. No pienso en otra cosa. Te da igual todo, no te apetece vivir. Sin embargo, es un sentimiento muy pasajero, pero hay ahí un tiempo muy peligroso. Hay que aceptarlo: como tú has dejado a mujeres, ellas te han dejado a ti.
¿Es más fuerte el desamor que la pérdida de una madre?
Ridículamente, sí. Os leo el poema:
Asomado al abismo de la montaña,
herido, casi de muerte, por desamores;
olvidado casi de todo y de mí mismo,
sin querer estar conmigo ni con nadie.
Conseguir, por un instante, mi sueño de volar
sin querer, ni ya poder, levantar el vuelo en la picada;
y abajo, en el valle, el silencio eterno y la nada,
sin desamores, sin sufrimiento, sin viento libre y eterno.
Me pienso un instante y retrocedo dos pasos
pensando en el sufrimiento de mi madre,
y veo su sonrisa cuando a casa llego,
aunque llegue triste o borracho sin quererlo.
Ella me dio la vida ilusionada
y mi vida no es mía sino suya;
y si algún día dejara de quererme,
de sufrir o disfrutar lo que a su hijo le pasa,
entonces mi vida sería mía y no suya
y podría hacer con ella lo que me diera la gana;
y volar por un instante, en picado,
hacia lo eterno, que es la nada.
¿Le cuesta leerlo?
No, me satisface. Es un poema muy importante en mi vida.
¿Ha escrito algo últimamente?
Hace mucho que no. Desde que terminé de preparar el segundo libro, que me pasé medio años leyendo 300 poemas, 15 veces cada uno para seleccionar. Quedé hasta la polla de mi poesía, y el duende quedó hasta los cojones y no ha vuelto. Y no lo estoy llamando. No tengo la necesidad de seguir escribiendo. No escribo por escribir, sino cuando hay algo que lo merece.
¿No le da miedo que no vuelvas a escribir?
No, pienso que ya estoy definido en los dos libros.
Todas las fotos de esta entrevistas han sido realizadas por Eduardo Robaina.
UNA MEMORIA HISTORICA A LA ESPAÑOLA.
“Cuarenta años de implacable adoctrinamiento católico en la docencia, que continúa recibiendo la protección de los actuales poderes públicos en lo fundamental, las subvenciones económicas y la habilitación de diplomas y títulos, han incorporado -y en considerable medida perpetuado- el pensamiento confesionalista y la vocación nacionalista de la derecha española que han nutrido al franquismo, produciendo generaciones sucesivas, nacidas después de 1936, que son insensibles -en el mejor de los casos- al debate ideológico o político, o que han asimilado -en el peor- los estereotipos de un ideario católico que destruye el juicio crítico y paraliza la mente”.
Gonzalo Puente Ojea / La Cruz y la Corona
“Aunque el otoño de la Historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de vuestros sueños”.
Miguel Hernández.
LA COLUMNA DE LOS 8000, UNA TRAGEDIA OLVIDADA. Badajoz, septiembre 1936.
Imágenes contra el olvido (Youtube)
http://www.guerracivilenbadajoz.com/videoteca/51-la-columna-de-los-ocho-mil
Para Chinato un abrazo. No te conocía pero me has enamorao.De mayor quiero ser como tú. Jajajajaja, el miércoles cumplo 63.
Un gustazo leer esta entrevista. Y que poemas, cada uno es una lección de sabiduría.
Y que coraje tienen estos viejos anarquistas.
Si hubiera unos cuantos miles de Chinatos que nos lo contagiaran…
Por eso deberías ir a Radio Vallekas, Chinato, porque tenemos la sociedad mucho que aprender de personas como tú.
Nos dices: Si yo a ti te he hecho más rebelde pero tú no lo intentas un poco más que yo, no vales para nada. Uníos, tío, gritad juntos por la misma caracola y haced el grito de guerra todavía más fuerte. Que mi voz ya es muy tenue y muy borracha.
Vale, Chinato, sólo que repitas ésto a una sociedad desnortada ya es una gran aportación, hoy más que nunca, necesitamos oirlo.