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La travesía de Lepe
"No fue hasta diez horas después, a la vuelta de la playa, cuando fui realmente consciente de que habían asesinado a una mujer".
El sábado estuve en una playa que se llama La Redondela. Corría brisa, que era lo que había ido a buscar este fin de semana parecido al verano. Llegué por la autovía hacia Portugal. Opté por el interior a la vuelta. Llevaba las ventanillas bajadas y la música alta. Y una felicidad en el cuerpo sin pretensiones de futuro. Busqué con la mirada un grafiti que leí en un muro blanco hace algunos años: si te ilusiona pensarlo, imagínate hacerlo. No lo vi esta vez. Quizá lo hayan borrado. Velocidad controlada. Un hombre negro pedalea una bici entre jaramagos. Del manillar cuelga una bolsa de plástico.
Son las ocho de la tarde. Y la luz de Huelva cae de una manera espléndida sobre el asfalto. Apenas encuentro tráfico hasta llegar al primer pueblo después de La Redondela. En ese momento, al entrar en la rotonda de acceso a Lepe, suena la canción 7 del disco. Y soy consciente por primera vez en el día de que en estas calles han matado a una mujer. Me enteré por la mañana en una ojeada rápida a Twitter. El tiempo de tomar un café. Y no fue hasta diez horas después cuando fui realmente consciente de que habían asesinado a una mujer.
Paro en casi todos los semáforos del pueblo. El coche se me cala en el cruce que lleva a La Antilla. Arranco de nuevo y continúo sin poder quitarme de la cabeza mi reacción tardía. Bares, una tienda de seguros, una alfombra colgada en un balcón… No veo a nadie. Giro para tomar de frente otra rotonda, ya a la salida, y veo a la derecha una señal que indica el cementerio.
Pienso en una mujer de 24 años. No pienso en qué hacía, ni en si tenía hijos, ni en si había denunciado. No pienso en si han detenido al presunto asesino. No sé nada. Pienso en cómo una vida ya no es vida. Observo las copas de los cipreses que se levantan al otro lado de la ventanilla, apenas unos segundos. Lo que tardo en avanzar.
El sonido del móvil y varias vallas publicitarias me devuelven a mi día: sofás, solares, piscinas… Pongo la canción 12: «Oye, esta no es es manera de decir adiós». Qué mal lo estamos haciendo. Qué mal, me digo entre los versos de Cohen y la música de Soleá Morente.
Hoy es lunes. Han matado a otra mujer en Collado Villalba. También me entero por Twitter. Cuatro asesinadas en 72 horas. No corre ni una pizca de brisa.
SOCIALISMO (el genuino, no del tipo PSOE) o BARBARIE.
Transmutar consumismo y banalidad en cooperación, cultura, educación, valores, compañerismo, sencillez…