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¡Jaijagat! Cultura de la noviolencia para un mundo cada vez más violento
"En un mundo global, con violencia creciente, es preciso afirmar la cultura de la noviolencia y el diálogo cívico como base para un cambio social eficaz", sostiene el autor.
Que en el mundo sobra violencia es una evidencia incontestable. Venezuela, Palestina, terrorismo, el Mediterráneo como la frontera mas letal del mundo para los migrantes y refugiados, el hambre que lejos de disminuir crece según los últimos indicadores, la trata de seres humanos para la explotación laboral y sexual… Por no hablar de las tensiones políticas, la violencia contra las mujeres, el paro y la precariedad, formas de violencia que también aumentan. Así nos lo mostró Rajagopal P.V. de Ekta Parishad, la organización de los Sin Tierra de la India, cuando en 2014, durante el Congreso Rompiendo Cadenas, explicaba que “el hambre es violencia, la miseria es violencia, la economía es violencia”.
En aquel mayo de 2014, Ekta Parishad era candidata al Nobel de la Paz por su lucha no violenta frente a la miseria que padecen los empobrecidos de la India. Y lo fue porque durante casi 10 años organizó Janadesh, la campaña de lucha no violenta más importante desde Gandhi. Durante 30 días de 2007, 25.000 hombres y mujeres procedentes de los sectores más pobres de la India recorrieron a pie los 350 km que separan la ciudad de Gwalior de la sede del Parlamento, en Delhi. El objetivo: iniciar una huelga de hambre masiva para exigir una redistribución justa de las tierras. En consecuencia, el Gobierno tuvo que escuchar.
Los empobrecidos son el único colectivo de la sociedad que, por su propia naturaleza, desea que la situación cambie. Son las víctimas las que necesitan dejar de sufrir la opresión. y son ellas las que por una razón existencial ponen en marcha mecanismos de promoción y de lucha que les permitan alcanzar el cambio que necesitan.
Janadesh, que significa ‘veredicto del pueblo’, fue una marcha fruto de muchos años previos de trabajo. Visitas, formación en cada casa de cada pueblo, aportación de un puñado de arroz para la única comida de cada día del camino. Esta marcha pretendía una lucha social y política hacia el gobierno y sociedad indias, pero no era menor en el cultivo interior de la noviolencia. Como seguidores de Gandhi, saben que una lucha violenta es una lucha perdida porque el gobierno tiene todos los medios para reprimirlos; que “la violencia sólo engendra violencia” y que una lucha que debe servir a toda la Humanidad no puede nacer de oprimir violentamente al contrario. Fue preciso un proceso de formación y de interiorización de esta forma de vida. Como enseña Rajagopal en sus encuentros, “practicamos también una lucha con nosotros mismos recordándonos que la lucha es un servicio al otro y no una cuestión de vanidad personal”. Rajagopal no tiene casa, se dedica a caminar y a formar en la noviolencia a quien lo desee.
En un mundo global, con violencia creciente, es preciso afirmar la cultura de la noviolencia y el diálogo cívico como base para un cambio social eficaz. Revueltas y revoluciones que han nacido de ayer para hoy no han construido un tejido social sólido que asiente los cambios que los que sufren el paro, el hambre o la esclavitud necesitan. Todo lo más que han cambiado ha sido el sentido y la dirección de la violencia. Sólo movimientos de largo recorrido, como en su día lo fue el Movimiento Obrero europeo de finales del siglo XIX, han sido capaces de aportar pasos de liberación. “Sólo permanece en la Historia aquello que construye solidaridad”, nos enseñaban los viejos militantes obreros.
Una Tercera Guerra Mundial sin declarar, pero que opera con eficacia mortal, en porciones, como denuncia el Papa Francisco, y que está cubriendo de víctimas tanto los países del Sur como nuestras calles. La guerra, el comercio de armas y la explotación de los recursos naturales, están en el fondo de las migraciones forzadas de miles de personas, familias y pueblos.
Sigue siendo necesaria pues la lucha no violenta como respuesta. Por eso los empobrecidos de la India siguen en lucha y quieren marchar, esta vez desde Nueva Delhi hasta Ginebra. Jaijagat2020 es el nombre de esta próxima marcha, que significa ‘victoria del mundo’, de todos, porque no es posible que el mundo se haga solidario y sea justo si es a costa del sufrimiento de los demás.
Julián García es militante del Partido SAIn.
Los próximos 2 y 3 de junio se reúnen en Madrid miembros de Ekta Parishad, Jaijagat Europe y la Plataforma Jaijagat.es, que promovió inicialmente el Partido SAIn y que engloba a diferentes organizaciones. Este encuentro tendrá especialmente presente el drama de las migraciones forzosas, incluyendo el testimonio y las demandas de personas y asociaciones de migrantes, como Migrapies y el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid. Esta Campaña espera convocar a un millón de personas en el mundo por la Paz en 2020, y tendrá su final en un Parlamento de los Pueblos en octubre de 2020 en Ginebra, como celebración del 150 aniversario del nacimiento de Gandhi.
Es el capitalismo, estúpido, (es una expresión, creo de Clinton, no va por el autor).
Francisco, «representante» de aquel que no tenía más que lo puesto, y que decía que antes entraría un camello por el ojo de una aguja que un rico en los cielos, que dimita de presidente de la mayor multinacional capitalista y despojado de todo bien y comodidad eche a andar con los desheredados de Jaijagat2020.
Si dicen que representan a Jesús que prediquen con el ejemplo como según se cuenta hacía él.
(Ser mejor que otros pontífices no es suficiente para creer en tal institución)